Capítulo 4 - Trato

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El hombre estaba ya en el último escalón de la escalera, con sus manos agarradas entre sí en su espalda, su rostro seguía siendo alegre, aunque estaba siendo amenazado por dos personas.

-No tengo intención de luchar, sino todo lo contrario -Dijo el hombre con una voz grave.

Nerón y Nara miraban de forma nerviosa a la tensión entre el resto. Lucas y Abigail parecían haber visto una verdadera aberración, un monstruo esperando a atacar en cualquier segundo.

-Podéis seguir siendo humanos ignorantes y morir entre los bosques de los alrededores. No creo que nadie querría algo así. La otra opción es simple, vosotros queréis volver y nosotros queremos información. Un trato simple en el que todos salimos ganando. - Continuó el hombre con un tono relajado, con sus brazos ligeramente extendidos hacia el frente, con las palmas de sus manos hacia arriba.

-¿Crees que vamos a hacer un trato con un demonio? -Replico Abigail.

El hombre chasqueó.

-Quiero que hagáis un trato con un aliado. -Respondió el hombre

-Tiene razón el hombre -contestó Nerón -Deberíamos escucharle antes de hacer nada estúpido.

Lucas y Abigail miraron a Nerón como si hubiese jurado su muerte. Tras unos segundos, guardaron sus armas y se volvieron más asertivos, aunque Abigail se puso de brazos cruzados, juzgando a Nerón con su mirada. De todas formas,

-Gracias Nerón, me alegra ver que hay alguien con sentido común. Lo único que queremos es conocer un poco más sobre esos lugares, a vosotros os interesa volver a vuestro mundo.

-¿Cómo sabes mi nombre? -Preguntó Nerón, confuso, con un ceja bajada.

-Tienes mucha fama aquí -Contestó el hombre con picardía -Bueno, tenemos que esperar a alguien, seguidme, os iré explicando.

El hombre bajó la escalera y camino hacia la entrada de un pasillo que estaba a la derecha de la entrada.

-No es nada personal... -Dijo dándole la espalda al grupo, mirando hacia atrás por encima de su hombro -Pero agradecería que dejaseis las armas en la mesa que tenéis en vuestra izquierda.

Lucas y Abigail, con resentimiento dejaron sus armas sobre la mesa rectangular que había a la izquierda, la mesa era de una madera clara y ligeramente decorada con unos grabados enroscados. Al lado de la mesa había un sofá de piel , no tenía pinta de que se le daba mucho uso. El hombre estaba ya metido bastante en el pasillo y Nerón y Nara lo seguían de cerca, este se detuvo en seco, sin darse la vuelta.

-Nerón, lo de dejar las armas. También te lo decía a tí.

Nerón se sorprendió ante el comentario y camino hacia la mesa, dejando una docena de cuchillos pequeños puñales sobre la mesa, se dió la vuelta y camino de vuelta por el pasillo de antes, siguiendo las voces. La casa no estaba muy decorada, el suelo de madera estaba encerado y las paredes estaban pintadas de un color blanco, con la luz que entraba desde las ventanas dando una sensación acogedora. Siguió las voces por unos pocos segundos más, pasando por una habitación que supuso que era un baño llegó a un modesto comedor, con una gran mesa circular a la izquierda y una barra justo delante de la entrada a la sala. Daba la impresión de que alguien había sacado una taberna por la fuerza y la hubiese colocado aquí. Detrás de la barra estaba el hombre, con sus ojos centrados en una mezcla de alcoholes que estaba haciendo, al otro lado, junto a Nerón estaban todos los demás, sin saber muy bien que estaba pasando.

-Bueno, aún no me he presentado. Soy Sifer, ya tengo el placer de conocer a Nerón, pero me gustaría saber vuestros nombres.

El grupo se fue presentando uno detrás de otro, mientras que Sifer llenaba de una bebida 6 vasos, colocados unos junto al otro iba vertiendo el líquido de color amarillo dentro de los vasos, con un movimiento de derecha a izquierda, sin derramar nada.

Pasos entre verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora