Capítulo 5 - Diosa

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La enorme pantalla negra mostraba una palabra distorsionada, temblante, que parpadeaba con dificultad. Las letras se alternaban constantemente, en un caos absoluto. Esto continuó durante unos cortos segundos hasta que la palabra se pudo comprender. El cuerpo colgante de la niña colapso y una sola palabra se mostraba en la pantalla.

 El cuerpo colgante de la niña colapso y una sola palabra se mostraba en la pantalla

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Todo el grupo noto como si una enorme presión les aplastara el pecho. Estaban algo lejos del cuerpo de la niña, era una escena surrealista, solo se veía la eterna sala de suelo blanco y oscuridad a la distancia. No se veían ni paredes ni el techo del que salían esos tubos. Solamente se podía ver la pantalla en el fondo, que parecía no flotar en nada y la pobre pequeña colgando en agonía.

-Deberíamos hacer lo que ella dice -Explico Abigail, claramente afectada por el estado de la pequeña niña.

El resto se quedó en silencio, sin saber cómo reaccionar ante tal situación. Abigail se fue acercando lentamente hacia la niña que colgaba unos cuantos metros por encima del suelo, su cabeza estaba parcialmente descubierta, con una chapa que le cubría gran parte de la cabeza, como un casco grotesco, de este cable brotaban cientos de cables, colocados con desorden, algunos ni siquiera estaban puestos.

Se fue acercando lentamente hacia la niña que estaba suspendida en el aire ligeramente alta, con poca distancia entre ella y el suelo. Abigail se colocó enfrente suya, mirando sus ojos rojos, llenos de lágrimas, señalando el fin del sufrimiento, cerró los ojos durante unos segundos mientras Abigail se preparaba para sacar del sufrimiento a la niña. Puso sus machetes en forma de cruz, preparada para acabar con ella en segundos, sufriendo lo mínimo posible. La niña abrió los ojos ligeramente, con tranquilidad, sabiendo que se iba a acabar su tortura, miro a Abigail con agradecimiento cuando su rostro se torció en el mismo terror anterior, intento balbucear algo pero no dio tiempo.

De las sombras salió un proyectil incandescente a una enorme velocidad, iluminaba el suelo con su paso rompiendo la barrera del sonido, el proyectil perforó el cráneo de Abigail, la cual no tuvo tiempo a reaccionar, perforó su cabeza de lado a lado y esta se quedó inmóvil, muerta de forma inmediata. La sangre brotaba desde los dos lados de su cabeza y su boca, proyectándose con presión sobre el suelo blanco, creando un charco carmesí sobre el suelo puro. El sonido del disparo se extendió por toda la sala y después, el sonido del cuerpo inerte de Abigail chocando contra el suelo con los gritos de Lucas, corrió hacia el cadáver y lo levantó con sus brazos, cerrando los párpados de ella. La muerte fue inmediata y ni siquiera tuvo una última palabra, fue un asesinato sucio, sin amenaza ni motivo. Lucas agarró las dos espadas del cuerpo de Abigail y se las puso en la espalda, en su bolsillo había uno de los extraños cargadores que usaba su arma y lo puso en un bolsillo,los ojos serios de Lucas se iluminaron de color azul, chispeando con su furia. Su pelo flotaba ligeramente sobre el suelo y una ala blanca torcida brotaba a través de su traje.

-¡Donde sea que estés, muéstrate y lucha! -Grito Lucas, su voz se volvió grave, profunda, rebotaba en su interior con dolor y furia.

De las sombras salió una persona enmascarada, su máscara era extraña, como una teatral pero deformada, una máscara de comedia fundida en una tragedia dolorida. El hombre llevaba una túnica que colgaba de sus hombros, acabada en pico y sin llegar a ocultar la totalidad de su torso, que parecía estar cubierto por placas metálicas de color dorado, sus piernas estaban cubiertas por unos pantalones marrones, cortados en las rodillas mostrando que sus piernas desde abajo de sus rodillas estaban formadas por piezas robadas de las capitales, una estructura blanca, con partes negras y cables colocados con algo de detalle formaban sus piernas. La persona salió de las sombras, cargando su arma, introduciendo una esfera en su interior que expulsa otra igual, antigua y interme , la bola giro durante unos segundos hasta quedarse estática y un sonido agudo, como un zumbido acompañó ese giro. El arma tenía un largo cañón, que humeaba con un color rojo y descendía en una gran culata donde se situaba la esfera y un gatillo en la parte baja, toda la arma estaba cubierta en un color blanco, con pequeñas venas de color rojo palpitando por ella.

Pasos entre verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora