Capítulo 2 - Perdidos

11 1 0
                                    

Nara y Nerón estaban en un lugar completamente diferente, apenas podían ver nada en la penumbra de una luz artificial casi muerta. Todo estaba cubierto de hierba y plantas trepadoras que se agarraban a las paredes blancas como el mármol y agrietadas. Se movieron ligeramente y la luz parpadeó y tras unos instantes se iluminó por un buen rato, dejándoles ver con claridad dónde estaban. Una sala blanca con una gran puerta abierta que intentaba cerrarse, pero unas largas raíces se lo impedían, a juzgar por la deformación de la puerta, esto lleva pasando desde hace bastante tiempo. la luz se volvió a apagar pero más o menos podían ver por el resto de las luces brillando ligeramente, se fijaron en una pared en concreto que tenía grabado algo en una lengua olvidada, Nerón lo leyó en alto:

-"Capital 21R, conexión planeta BE137 con planeta CT320"

Nara sorprendida le preguntó:

-¿También os enseñan lengua anciana a los Arakes?

-Es una forma fácil de enseñar a niños puros otra estupidez para que se sientan superiores.

- Lo peor... Es que tienes razón.

Nara se sorprendió ante el comentario tan seco de Nerón, pero no podía negar que estaba en lo cierto. Desde lo lejos se pudo escuchar a alguien pidiendo auxilio, Nerón y Nara empezaron a correr siguiendo la voz, cruzaron la puerta pasando por encima de la raíz y persiguieron la voz por largos pasillos sin paredes ni techo, con un suelo blanco como la otra sala. Los caminos se retorcía en esquinas rectas, con algunas paredes apareciendo entre la oscuridad que impedía ver más allá que unos pasos hacia delante. bajo unas rocas había un hombre, ambos iban vestidos con ropas muy extrañas para Nerón y nara. El hombre llevaba un chaleco negro y debajo una camisa blanca con una corbata negra, su piel que parecía albina y sus ojos azules solo complementaban con su pelo completamente blanco como el de Nara, su rostro puntiagudo no parecía demostrar bastante dolor , era más bien como una muestra de decepción, bajo la imposible inexpresividad de su rostro.

-¡Genial! ¡No solo tenía suficiente con estar atascado en estas piedras que encima tenía que venir a rescatarnos una panda de tarados! -Protestó el hombre debajo de la roca.

-No seas así Lucas, no creo que quieran hacernos daño. - Contestó la otra mujer, que miraba alguna forma de poder mover la enorme roca de encima del hombre.

Nerón y Nara se quedaron confusos, Nara movió sus manos y una gran corriente de aire empezó a partir las rocas, las rocas estaban todas medio partidas cuando Nara paró y Lucas dijo:

-¿¡Qué cojones era eso?!

Nerón aún más confuso dijo:

-Es magia, ¿Es que nunca la has visto?

El hombre sacó su cuerpo de la montaña de ahora pequeñas piedras, levantándose y quitando toda la arena y piedrecillas que aún se acumulaban en su ropa. Su rostro seguía con la misma cara lisa.

-Lo más parecido que he visto a eso, es brujería, pero no consiste en ese tipo de cosas.

-No no, nada de eso, yo jamás sería una bruja -Contestaba Nara nerviosa.

-Bueno... Vamos a centrarnos ¿Se puede saber de dónde sois?

-Yo soy de la casa Arake y ella de la casa Elyra

La mujer hizo un gesto extraño, confusa. Tenía el pelo recogido en una enorme y larga trenza que caía sobre sus hombros, la trenza tenía mucho volumen, con un grosor que cada nudo de la trenza era como un puño. Sus ojos eran de color violeta muy llamativos y ligeramente afilados, llevaba una camisa blanca y una falda de tubo negra, toda esa monotonía la rompía una gran pajarita rosa, colocada en su cuello con delicadeza. Su rostro de confusión fue descendiendo cada vez más hasta un gesto extraño, moviendo su cabeza hacia los lados.

-Esperad, Esperad, ¿Me estáis diciendo que sois de otro mundo?

Nerón que parecía darse cuenta de eso hace poco contestó:

-Eso parece... Provenimos de Anexia.

El hombre tenía un rostro serio y expectante como el de Nerón, cogió un aparato del suelo, cúbico y metálico, con una rejilla que emitía un ligero zumbido.

-¿Estas segura que no son solamente una panda de locos? - Preguntaba el hombre mientras trasteaba con el artefacto, completamente incapaz de hacerlo funcionar.

-Una panda de locos no habría podido destruir esa pila de rocas sin tocarlas, además no tienen pinta de ser ni brujos ni no muertos.

El hombre sacó dos escopetas recortadas de los escombros y la mujer le replicó:

-No deberías ir enseñando eso a la ligera.

-¿Qué crees que alguien con la capacidad de partir piedras con "magia" va a temer un par de escopetas?

La mujer simplemente se echó las manos a la cabeza con signo de desesperación , instantes después se sorprendió al ver que ninguno de los dos se sintió amenazado.

Pasos entre verdades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora