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Nunca te vi llorar, ni el día en donde terminaste con tu novio, llevaban 3 meses, si mal no recuerdo, y lo dejaste como si no te hubiera importado un carajo todo lo que habían pasado.
Lo descubriste besándose con su ex novia en una cafetería cerca de la escuela, solo le dijiste que no era posible que hubiera iniciado algo contigo cuando aún no cerraba el círculo con ella, que lo suyo ya había terminado, obviamente, y que ni se le ocurriera buscarte porque no ibas a cambiar de opinión nunca.
Después te fuiste muy tranquila con tus amigos, y por lo que oí, ni siquiera tocaste el tema, lo considerabas irrelevante.
El fue a rogarte a el salón por dos semanas seguidas, todos los días al menos dos veces y en todas tú pasabas de largo, ignorándolo completamente, sin importar todo lo que te dijera, nunca lo tomaste en cuenta de nuevo.
Existían opiniones muy divididas respeto a tu ruptura y tu forma de tratarlo, las más notorias eran quienes decían que te estabas portando como una perra al ignorarlo a pesar de todo lo que habían pasado, y quienes decían que te estabas portando bien respecto a eso, pues él te había engañado y ni loca debías de perdonarlo.
Yo era parte de la segunda opinión obviamente.
Yo sabía que te estabas rompiendo cada día más, y al ver cómo aumentaban las ojeras bajo tus ojos mis sospechas se confirmaban.
No sé si lloraste mientras nadie te veía, solo se que me hubiera encantado estar allí consolándote.

Todo lo que nunca fuimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora