Capitulo 3

50 4 3
                                    

Bienvenidos a Hogwarts

-Yo jamás te he visto en mi vida, capaz te confundiste- le dije un poco nerviosa.

-Tú eres la chica de la librería, ¿verdad?

Por favor suerte, al menos en esta me podías pegar bien.

-Muchas chicas van a la librería hoy en día. No creo que yo sea la excepción al caso

-Si pero muy pocas se tropiezan con alguien y echan sus libros. Además de irse corriendo, SIN decir sus nombres

-Capaz sí sea esa chica, capaz no. Eso no te incumbe

-Tal vez si me incumbe, es decir, si mi vida apeligra es un tema de mi interés

Puse los ojos en blanco y respiré fuerte para parecer "molesta"

-¿Sabes? creo que no tienes que preocuparte más por mí. No me volvería a tropezar contigo ni aunque me pagaran un millón de galeones y si me disculpas seguiré mi camino. Sola

Estaba caminando con paso de diva cuando escucho que alguien a mis espaldas me habla.

-¡TODAVIA NO ME DIJISTE TU NOMBRE!

Me gire y le sonreí.

-Anna, Anna Louisa Meltrozo

Seguí delante e hice como que no lo escuchaba. Escuché salir de su boca un Cedric Diggory.

En el camino de vuelta al vagón me encontré con una niña de pelo rebelde. Cada tanto entraba a los compartimientos y preguntaba si alguien vió a un sapo.

Muy cerca de ella se encontraba un niño de cachetes regordetes y dientes separados. Mientras ella hacia la misma pregunta en uno de los compartimientos decidí pasar por su costado sin que se diera cuenta.

Logré esquivarla con mis súper poderes de bruja-ninja diva y seguí mi camino hasta mi compartimiento con Harry y Ron. A pesar de que al comienzo Harry me ponía nerviosa ahora ya no.

No debí ser tan grosera con él y Hagrid ese día en el callejón. Cuando llegue al compartimiento se lo diré.

Estaba a unos metros de llegar a mi destino cuando me encuentro con tres niños frente a la puerta. Ey, estaban agarrando mis dulces. Y no los conocía.

Nadie, repito, NADIE toca mis dulces sin salir ileso en el acto.

Encontré al sapo del niño que lo estaba buscando. Con mucho asco la agarre y se la tire a los niños.

Lo siento niño, pero mis dulces estaban en peligro. Y tu sapo era lo único la munición más cercana que tenía a mi alcance.

Al aterrizar el sapo en el hombro de uno de los niños, este se asustó tan mal que sus amigos tuvieron que socorrerlos dejando en paz nuestro compartimiento y a mis amados dulces.

Entré al compartimiento para encontrarme con los chicos juntando todos los caramelos que los niños habían tirado.

-¿Quiénes eran los que querían llevar los dulces?

-Malfoy y sus simios guardaespaldas. Vinieron a molestar y se asustaron cuando los amenacé- dijo Ron con el pecho agrandado y una sonrisa ganadora en la cara.

-Si, claaro, bueno déjenme ayudarlos a juntar los caramelos

Se me escaparon unas risitas y junté los últimos caramelos del piso. Me senté junto a los chicos y hablamos sobre Draco cuando volvió la chica del pasillo tocó nuestra puerta. Nos avisó que nos teníamos que poner el uniforme y se fue.

Alina [La Piedra Filosofal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora