Sus abuelos aquella mañana habían viajado a la ciudad para unas consultas médicas volverían en un par de días.
Adolfo fue a almorzar a la casa, Tomas lo había saludado pero fingió estar indispuesto para no estar en la mesa con ellos.
Cuando el volvió de las oficinas moría de hambre se adentró en la cocina y escucho como Lana entraba a la casa, había salido con aquel chico, que haces pregunta a su hermano, quien no le contesto.
Si tienes hambre puedo prepararte algo, abuela me ha enseñado algunas recetas, no no tengo hambre, que te pasa por que estas así, no es nada que sea de tu incumbencia.
Cual es tu problema, cállate Lana no me salgas con que tu has estado sufrimiento estos años y que venías para cuidar a los abuelos cuando en realidad lo haces por otra cosa.
Que estas diciendo, claro que venía por ellos, pues más bien parece que lo haces para revolcarte con ese idiota.
Aquí el único idiota eres tú dijo corriendo hacia su habitación, no voy a llorar repetía mientras trataba de atajar sus lágrimas.
Sintió como alguien se sentaba en su cama Lana tienes razón soy un idiota es que estaba enojado y sabes como soy aveces no logró controlar mi carácter podrido.
Estaban en el sillón mirando la tele pero con sus pensamientos en otra parte, has tenido varios novios pregunta, no sólo Adolfo y tú, sólo unas que otras aventuras temporales, ella lo fulmina con la mirada, estas enamorada de él, es muy bueno y atento conmigo estoy luchando para corresponderle como se merece, pero es difícil no logró quererlo más de lo que querría a un amigo es raro.
Escuchar que su hermana no estaba enamorada de aquel chico lo tranquilizó un poco. Lo has hecho con alguna chica pregunta, que dice sin entender, si has hecho el amor.
No no he hecho el amor con nadie, sólo tuve sexo con alguna que otra chica dice provocando que ella se sonrojara completamente, le tira una almohada es lo mismo dice, claro que no, hacer el amor es tener sexo con la persona que amas entregarte por amor mientras sexo puedes tener con cualquiera por diversión.
Ella se quedó pensando en aquello, mis amigas todas ya lo han hecho, y tu dice temiendo la respuesta que ella daría, Adolfo quiere dar ese paso, ya hace un año que salimos pero yo no me siento preparada para hacerlo, simplemente no quiero, no puedo dice, agachando la mirada.
Si antes odiaba a aquel idiota ahora mas al saber sus intenciones, de sólo pensar en que el pudiera tocarla y hacerla suya, le hervia su sangre y un puño había formado en las manos, que pasa pregunta ella, mientras un fuerte trueno se escuchaba y empezaba a llover, nada responde, creo devemos ir a dormir Lana.
El entro a ducharse se había colocado su pantalón de algodón que colgaba de sus caderas mientras su torso seguia desnudó, ella entró en aquel momento quedando a apreciar aquella vista, el parecía mayor que un chico de 17 años era mucho mas maduro que ella, aquel torso marcado, su pelo mojado y un tanto alborotado, era lo más sexi que ella haya visto, que quieres Lana, puedo dice, como si me harías caso si te digo que no.
Se tiro en la cama, me dan miedo las tormentas, no logró dormir así sola, y como hacías cuando yo no estaba, pues dormía con los abuelos, encerio, si los abuelos no tienen problema responde; en definitiva eres un caso perdido dice acomodandose a su lado.
Sabes todo este tiempo que no estuviste aquí me sentia tan sola incompleta dice, me prometes que no volveras a alejarte de mi, te lo prometo le dijo besando su frente.
El despertó por los ruidos que ella emitía, estaba soñando, la miro tratando de descifrar que podría ser aquel sueño.
Sentia aquellas manos recorrer su cuerpo y que hacía que su sangre hirviera y que su piel se incendiara, sus labios la recorrían aquella sensación era tan exquisita, no sabía cómo alguien podía hacerla sentir así, lo apartó mirando a esos ojos grises que estaban aun mas oscuros, Tomas dijo, si respondió este volviendo a su labor, por favor sigue decía mientras repetia su nombre.
El al escuchar como ella repetia su nombre entre sueños, Lana dijo despertandola, que pasó pregunta ella sin entender, estabas soñando, ella lo miro y sin querer noto aquella erección que se notaba perfectamente dentro de aquellos pantalones.
El se levantó rapido saliendo de aquella habitación, ni siquiera entendia como podía reaccionar su cuerpo de esa manera por el simple hecho de escuchar su nombre en los labios de Lana.
Ella se sonrojo y se quedó ahí sin saber que decir, pensando talves el se habia dado cuenta del sueño que ella tuvo, era el primer sueño que tenía así y porque con su hermano, pensó una y otra ves en aquello.
Al dia siguiente cuando despertó, el ya había ido a las oficinas.