capitulo 5

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Se encerro en su habitación a llorar como pudo aparecer así como si nada, ella no lo perdonaria no lo haría lo había necesitado tanto estos años y el nunca se preocupó por ella te odio repitio una vez más.
Lana lo escucho en la puerta, Lana por favor abreme necesitamos hablar, estuvo un rato así y después se rindió, ella no estaba preparada para gritarle todo lo que se merecía, de tanto llorar se había quedado dormida, despertó y miro ya eran las 10 de la mañana, y en ese momento recordó que el había regresado abrió la ventana mirando hacia el campo y lo pudo ver cabalgando hacia las oficinas, aprovechó para bajar a ver a su abuela y desayunar.
Hija tienes que hablar con tu hermano, escuchalo seguro tendrá sus motivos no lo haré sólo espero que ya vuelva a irse, pues lamento decirte hija que pidió poder quedarse un tiempo, así que tarde o temprano tendrás que hablarle.
Cuando llegaba el medio día volvió a subir a su habitación a encerrarse, porque queria quedarse, para que decia.
Esa tarde el estaba en la sala hablando con su abuelo, cuando Adolfo llego enseguida le digo dijo una de las chicas subiendo las escaleras, unos minutos después bajo Lana con un vestido rojo que le quedaba perfecto, la observó, ella ya era toda una mujer, ya no era aquella niña que el prometió dejar de ver.
Sin siquiera mirarlo saludo con un beso en los labios a aquel muchacho y se subió en su camioneta se habian ido.
Ella estaba furiosa toda la tarde habían hablado de Tomas, después se habian ido a cenar, estaban frente a la casa,  tranquila amor es tu hermano piensalo le dijo, se besaron por un largo rato.
Tomas había subido a su habitación a esperarla, ya había oscurecido y ella todavía no llegaba, el informó que no cenaria, se sentó en aquel rincón.
Estaba dormitando cuando escucho unos ruido que lo despertó, cuando miro vio como Lana se deshacía de su vestido.
La observó aquel cuerpo, es tu hermana le dijo una vos en su cabeza lo sacó de aquellos pensamientos, ya volviste hablo, mientras ella saltaba del susto, que haces aquí dice tapándose, pues buscando la forma de hablar contigo.
Ya es tarde y estoy cansada por favor sal de mi habitación, no lo haré hasta que me escuches, no quiero escucharte, ni siquiera quiero verte no se para que demonios volviste gritaba ya con sus lágrimas rodando por su mejilla, odiaba ser tan débil y terminar llorando siempre.
Volví porque te extrañaba tanto dice abrazandola, ella sollozo en su pecho olvidando todos los insultos y las cosas que tenía preparado para decirle. La soltó vistete le dijo cuando se dio cuenta que la tenía sólo en ropa interior.
Puedo quedarme preguntó ella no dijo más nada sólo se acostó y el tomó aquello como un si, y se acostó a lado de ella abrazandola, no dijeron nada esa noche.
Ella se sintio tan protegida tan bien como hace tanto tiempo no lo hacía.

Cuando el Amor es ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora