A la edad de 12 años hablaron por primera vez de la muerte, su abuela materna había fallecido y se encontraban en aquel pais tan frío.
Tomas soy una mala persona, porque dices eso, porque dicen que tengo que estar triste por la muerte de abuela y no lo estoy no siento nada de tristeza, si es por eso entonces somos malas personas le dice abrazandola.
Que pasa cuando la gente muere Tomas, pues ya no pertenece a este mundo si fuiste buena persona vas al cielo y si no al infierno es eso lo que dicen, ah entonces ya se donde está abuela dice ella riendo, cállate Lana o mamá te escuchara.
Ese año habían terminado la escuela con honores, se habían ganado sus ansiadas vacaciones, estaban en esa cascada hablando si seguirían en la misma escuela a la que iban ya que también contaba con preparatoria, o talves los mudarian en otra, eso ya lo hablaremos con papá Lana, ellos deciden sobre nuestra educación.
Eso es lo que más odio de ellos que nunca se preocupan por nosotros si no en los que ellos quieren, vivimos la vida que ellos quieren, no la que nosotros queremos.
Hasta hoy yo nunca tuve una amiga con quien ir a jugar y tu tampoco, pero nos tenemos a nosotros le dice el, si no se que pasaria de mi si intentarán alejarme de ti Tomas.
El a su corta edad ya entendía mucho del manejo del negocio de su abuelo este estaba más que orgulloso de el y le repetía que no había duda que tenía su sangre.
Las vacaciones terminaron y cuando volvieron a la ciudad se enteraron lo que sus padres habian decidido. Ella iría a un internado en Inglaterra a la preparatoria en la que había estudiado su madre para convertirse en una dama instruida, a él lo enviarian a los Estados Unidos.
Lana había gritado a su madre y desde ese momento no paro de llorar, Tomas había discutido con su padre por aquello y lo había llamado débil, por hacer que su madre siempre decida todo y esto le había costado una cachetada por parte de su madre, a lo cual no se inmutó al contrario le dedicó una mirada de repugnancia y desprecio.
Por lo que también estaba castigado, Lana no llores, por favor, la odio Tomas como puede hacernos esto, como pudo pegarte y papá no hizo, ni siquiera dijo nada.
La noche antes de irse ella le hizo prometer que cada vacaciones ellos la pasarian en la casa de sus abuelos que eso jamás cambiaria, te quiero Tomas y yo a ti Lana dijo abrazandola pero esta se separó y junto sus labios con los de el en un dulce beso.