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Lo único que he...
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El cielo nocturno se agitaba con el humo de arriba. Una flota de aeronaves flotaba bajo, soltando todo lo que tenían en el monstruo: Bombas explotaron en la cara de esa cosa, y se hundió en el mar, rugiendo en un tono bajo de pesadilla. Pronto regresó a la superficie en busca de venganza. Un tentaculo salió disparado hacia el cielo, se enredó al rededor del larguero estabilizador de la aeronave más cercana y la derribó. La condenada nave calló con la misma trayectora que siguió la ballena. Se estrelló de lleno en lo que alguna vez fue un puerto próspero y ardió en llamas.
Los sobrevivientes de la nave escaparon de las ruinas del puerto, extinguiendo el fuego de sus uniformes, extremidades rotas colgando. El soldado enmascarado tropezó y cayó por el lado del puerto que se encontraba cerca de la pared, trozos de ello rodando bajo sus botas, luego esquivó un proyectil en llamas. Una hélice inservible continuaba girando mientras corría a través de los restos hacia el escuadrón montado de armas automáticas en la cubierta. Había solo una que no estaba partida a la mitad o en llamas. Pateó la montadura y la soltó, tiró del arma para liberarla, la transportó sobre su hombro y esquivó a través del angosto pasillo a un superior punto ventajoso.
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"Donde se encontró frente a frente con la bestia de churn."
Ahí, se encontró frente a frente con la bestia de churn. El ojo de mayor tamaño era tan grande como lo era el soldado. Su boca bostezó, lográndose distinguir peces que caen sobre su lengua cubierta en algas marinas.
El soldado nunca había contemplado a una criatura como esta, pero el peligro era el peligro — y todo peligro requería correr o pelear. Con la aeronave ardiendo a sus pies, no había escape.
Apuntó el arma hacia abajo, hacia la garganta del Leviathan y disparó. Ya que estaba cargado con proyectiles explosivos, el retroceso golpeó su hombro, casi descolocándolo. La bestia se convulsionó, gimoteó, se retiró bajo el agua humeante, luego se lanzó hacia arriba con un rugido. No había nada más que hacer más que disparar... Y disparar... Y disparar, disparar, disparar hasta que todos los proyectiles hayan sido depositados en el vientre de la bestia.botas
Las llamas de la aeronave lamían sus botas mientras los proyectiles explotaban en la garganta del monstruo, cortando sus rugidos. Explosiones debajo del agua se fundieron con los sonidos de los propulsores de las aeronaves y madera crujiendo bajo la amenaza del fuego. El monstruo se retorció, gimoteó, retrocedió y hundió sus tentáculos en el agua; salpicando a todas partes.
Así que sus últimos momentos con vida serían así. No era una mala manera de irse, considerándolo todo. Sosteniendo una enorme maldita arma. Tal vez el humo lo ahogaría antes de que el dolor fuera demasiado insoportable.
Fue en ese entonces cuando vió la cuerda surgiendo de la neblina en su cara, colgando de una de las earonaves de arriba.
Se rió. Así que el mundo todavía no había acabado con él. SAW reposó su nueva arma sobre su hombro, se agarró de la cuerda con su mano libre y dejó que la nave lo subiera mientras la goma de sus botas se derretía por las llamas y el monstruo desaparecía, hundiéndose en las profundidades.
