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—¡Y con ustedes! ¡La Reina de Kalos! ¡Serenaaa! —Los altavoces anunciaron su nombre por todo lo alto, mientras las luces se apagaban y encendían en sesiones de colores alternados, acompañados al movimiento de los pompones del público.

—¡Es mi llamado! —se despidió tras bambalinas y colocó un pie en el escenario, tras de ella Braixen, Pancham y Sylveon. Sin embargo, no volvió a dar un paso más.

—¿Braixen?... —la miró extrañada su inicial y mejor amiga.

—No... no puedo Braixen... —las gemas azuladas que tenía por ojos, se movieron en temblor al darse cuenta que estando a un paso de aparecer, iba a tener que dejarlo todo atrás. Sus piernas no le respondían por lo que terminó cayendo sentada al suelo. —¿Eh?... —las lágrimas rodaron declive sobre sus mejillas.

POKÉMON XY&Z

OTHER WAY TO BATTLE

V

Había aprendido a lo largo de los años que jamás debía resignarme, si perdía trataría de volver a intentarlo, si me caía me levantaría yo misma y si por un momento dudaba de mi futuro o el destino que yo misma que estaba labrando, me detendría, pero sólo un momento, para pensar, para analizar que podía mejorar y una vez decidido seguiría adelante. Pero en una situación así... tan incierta, me hace sentir que nada es seguro y es ciertamente desconocido... como si un enorme muro se hubiera levantado frente a mí, traspasado solamente por los incandescentes rayos de mi sol...

Había abierto los ojos a la realidad, encontrándose en su antigua habitación, acostada sobre su cama. ¿En qué momento se había quedado dormida?... Las lágrimas venidas desde sus sueños, aún yacían frescas sobre su rostro, por lo que trató de limpiarse sin moverse demasiado, para no despertar al ocupante del otro lado de la cama. Verlo en esos momentos era como contemplar el amanecer, se perfilaba hermoso a sus ojos en medio de toda la tristeza que no puede evitar la embargue.

Se había quedado dormido mirándola... o esa es la impresión que le daba, estaba acostado de lado, con la cabeza apoyada sobre la otra almohada, los cabellos revueltos caían sobre su frente, escondiendo la espesura de sus cejas y pestañas que tanto le encantaban contemplar, en sí sus facciones le parecían de lo más atrayentes, siempre el filo de su rostro la llamaba a colocar su mano sobre éste y una vez más lo hizo, dejándose llevar por el momento, estaba ahí para ella, sin siquiera notarlo. Su sola presencia la alegraba.

La mano fina y pálida posó despacio los dedos sobre su mejilla y la articulación de su mandíbula, obligándola a colocar su pulgar sobre el labio inferior del entrenador.

—Gracias por estar... —apenas y susurró, ensimismada, por lo que abrió grandes los ojos segundo siguiente al sentir humedad en su dedo. Ash había atrapado el dedo que ella apoyaba sobre su labio, sujetándolo con ambos.

¡Mi dedo! ¡Mi dedo está dentro de su boca! —se le pusieron de punta algunos cabellos cual estuviera conectada a una corriente de electricidad estática, hasta que lo vio abrir los ojos y mirarla fijamente. —Tonto...

Tan divertido... tan juguetón... a veces era como estar con un niño y otras... me hacía sentir que era capaz de hacer lo que sea, cuando sea...

Tomó su mano entera con la suya y jugó a darle pequeñas mordiditas en las falanges proximales de los dedos. —Este podría ser un buen desayuno —le sonrió.

—¿Estabas despierto?... —se sonrojó al pensar que había estado mirando su rostro dormido según ella.

—Me desperté cuando alguien metió su dedo dentro de mi boca... no podía respirar —río animoso, al ver la reacción de nerviosismo que despertó en ella, que se encogió de hombros cual quisiera que la tierra la tragara.

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