XXVI

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—¿Es o no formidable?...

—¿Pero... cómo lo conseguiste?...

—Es mi pago retrasado...

La conversación llegaba a sus oídos, cual estuviera escondido dentro de un túnel, el eco resonaba y lograba retener las palabras, pero los significados se hundían en el mar lejano que se había convertido su pensamiento.

—Se está despertando... —el aviso, fue seguido por algunos pasos rápidos hasta colocarse al lado de su brazo. ¿Dónde estaba? Se sentía tan mal que no quería ni pensarlo, las náuseas y mareos lo atacaron, por lo que los ojos que apenas iba separando, volvió a cerrar, tratando de controlar el malestar.

—Tranquilo... dentro de unos minutos te sentirás mejor.

Era su imaginación o... ¿Lo habían besado?... en sus labios perduraba aquel suave tacto, por lo que los juntó entre sí, cual el recuerdo inmediato le llevara a degustarlo para sí mismo.

—¿Te gustó?...

—¿...Serena?... —trató de abrir los ojos, pero la chica con la que platicaba no se lo permitió, colocó su mano con los dedos extendidos sobre sus párpados, obligándolo a permanecer en la oscuridad.

—Sí... Serena...

POKÉMON XY&Z

OTHER WAY TO BATTLE

XXVI

Cual el detonador de sus recuerdos restringidos se hubiera activado, cuando la vio, se quedó horrorizado, con la respiración entrecortada, al punto de solo ver la mira del arma de fuego apuntándole directamente al pecho y no poder moverse, por la repulsión que sintió de si mismo, se sintió enfermo y basura a la vez, cual quisiera ser rescatado de todas sensaciones que lo invadieron de náuseas, pero a la vez, la culpabilidad de haberlo permitido, de haber sucumbido ante tal acto, que como ella misma le dijo, estaba ligado a su especie.

—Ha pasado algún tiempo... —sonrió, la chica de largos cabellos oscuros frente a él, cuando el sonido de un arma detonada, la aturdió, al tener que soltar la suya propia, al haber sido derribada de sus manos por el disparo.

—¡¿Qué demonios estás haciendo aquí?! —la ex reina había tomado el arma de otro de los agentes que intentaron capturarlos y ahora le apuntaba con ella a Emilia.

—Hola, Serena. —levantó las manos en señal de derrota hacia ella.

—¿Por qué estás haciendo esto?... —caminó de espaldas hasta ponerse frente al Ketchum, que miraba la escena, incrédulo, las dos chicas peleando con armas y él ahí, sin poder moverse.

—Vine por él... —sus palabras, entrecerraron furiosos los ojos de la artista. Estaba cansada de lo mismo, ya había pagado suficiente, para salvarlo.

—Déjanos en paz...

—Desearía poder hacerte feliz... aunque sea un poco, pero ya hemos jugado demasiado y él... no la pasa tan mal conmigo —sonrió por lo bajo, tratando de controlar la risa, ante la expresión de la ex reina que no entendía sus palabras.

—¿De qué estás hablando?...

—Serena... —la llamó el campeón. —No la escuches... —Se paró a su lado, para evitar sentirse tan miserable, al verla cubriéndolo.

—¿Qué pasó?.... —lo miró incrédula, jamás pensaría que las palabras de Emilia fueran ciertas, pero al ver su reacción, sabía que en definitiva, algo de verdad había.

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