- Entonces ¿todo está bien? - me preguntó Agustín mientras caminábamos hacia el set de grabaciones donde Ruggero estaba haciendo el video para su nueva canción.
Agustín es el que me había recomendado para trabajar con Ruggero, ya que los dos somos latinos, y gracias a eso nos entendemos bien, gracias a él estoy trabajando con el amor de mi vida y mi ídolo.
- Sí, todo bien ¿por qué? - le pregunté. - Te noto algo raro...
- ¿A mí? ¿Raro, Karol? - asentí mientras veía algunas cosas en la cámara que él había estado filmando. - Tú eres la que estás rara, tú y Rugge andan raros.
- No, no es cierto. - le dije caminando más rápido pero él me siguió el paso.
- Te conozco desde que tenias nueve años Karol, dime qué pasa...
- No pasa nada Agus, en serio. - le dije cuando entramos al set de grabación, en seguida captando la atención de Ruggero que nos miró extrañado.
- Oh vamos, no soy idiota. - me dijo en español para que nadie nos entendiera.
- Lo sé, pero te estoy diciendo la verdad.
- Está bien. - se puso en frente de mí, impidiéndome la vista de Ruggero. - Solo te digo una cosa.
- ¿Qué?
- No te dejes llevar por Rugge solo porque estás enamorada de él.
- ¿Por qué escuche mi nombre y por qué están hablando en español? - dijo Ruggero en ingles atrás de Agustín, y él me miró con los ojos muy abiertos.
- Nada. - se volteó hacia Ruggero. - Solo le estaba comentando algunas cosas de cómo dirigir el video.
- ¿Y por qué en español?
- Porque a veces nos gusta recordar nuestro idioma natal. - le dije a Ruggero, él me miró frunciendo el ceño, sabía que no me había creído del todo.
- Está bien. - miró a Agustín. - Gastón te ha estado buscando.
- ¿Dónde está?
- Creo que está en el camerino.
- Dale, voy entonces. - Agustín me miró. - Ve lo que te dije, solo quiero que tengas cuidado. - me dijo de nuevo en español haciendo que Ruggero quede algo confundido, luego comenzó a caminar alejándose de nosotros.
- Y otra vez el español, dime Karol ¿de qué hablaban?
- Ya él te lo dijo, estábamos hablando de tu video y de su dirección.
- ¿Por que será que no te creo? - me encogí de hombros comenzando a caminar hacia la mesa de comidas y bebidas que había en el set, pero el me siguió. - Karol, no me dejes hablando solo y dime la verdad.
- Es eso Ruggero, esa es la verdad, no te estoy mintiendo.
- ¿Se pasaron más de una hora afuera, hablando de la dirección de el video? - agarré un café y tomé un sorbo, pasé mi lengua por mis labios saboreándolo... si que estaba sabroso. - No vuelvas a hacer eso. - me dijo serio.
- ¿Qué cosa? - le pregunté confundida.
- Eso, pasarte la lengua por tus labios, me excita, no lo hagas. - mis mejillas comenzaron a sonrojarse. - Al menos no aquí que no puedo hacerte nada. - me dijo algo frustrado. - Dime de qué hablabas con Agus.
- De un problema familiar que tengo. - dije inventando otra mentira para ver si esta vez me creía.
- ¿Y desde cuando tienes esa confianza con él?
- Ruggero, conozco a Agus desde que teníamos nueve años, además, es la única persona aquí a la que le tengo suficiente confianza como para contarle algunas cosas.
- ¿Y yo qué? - me dijo indignado. ¿Es mi impresión o está celoso?
¡Vamos Karol, no seas ridícula!
- Tú eres mi jefe Ruggero, no es lo mismo.
- ¿Por qué no lo es?
- Porque no, además no tenemos esa clase de relación, lo de nosotros solo es trabajo. - dije algo desilusionada. Ruggero me miró acercándose.
- ¿Estás segura de eso? - me miró a los ojos. El tenerlo tan cerca siempre me ponía nerviosa, pero es que sus ojos, su boca, su cabello, todo de él era hermoso y cuando se ponía en el plan de "yo soy perfecto, mírame" y se me acerca así, no doy más.
- Sí. - le respondí. - Estamos en el set de grabación Ruggero. - le dije algo nerviosa.
- ¿Y eso qué?
- Que no podemos hacer nada.
- Osea que quieres hacer algo. - me dijo sonriendo, causando que me sonrojara otra vez. - Y pensar que cuando te estoy follando quedas igual de roja y acalorada, casi igual que ahora, y la respiración se te comienza a acelerar igual.
- Me recuerdas muy bien... - murmuré.
- ¿Cómo no? El tenerte debajo de mí temblando por los orgasmo que te doy es magnífico Karol, no te lo puedo negar, y sé que a ti también te encanta, porque cariño, esas caritas y esa manera de besarme y de entregarte a mí no lo haces obligada, lo haces porque quieres y con gusto, aunque me mientas diciéndome que es porque te obligo, y eso no es cierto.
- En cierto punto sí. - traté de hablar, con todas esas palabras y esa manera de mirarme y sonreírme mientras me hablaba, me había puesto muy nerviosa y me había hecho recordar todas las noches que habíamos pasado juntos.
- ¿A qué te refieres?
- ¡Ruggero! - gritó una mujer atrás, los dos miramos y nos dimos cuenta que era Candelaria.
¿Qué hacía Candelaria aquí? ¿Será que regresó con ella?
A mi corazón se le hizo un hueco nuevamente. Ruggero volteó a verme.
- Te llama tu novia.
- Esto no se queda así Karol. - me dijo, no me negó que era su novia, osea que confirmado... volvieron. - Tenemos que hablar.
- ¡Ruggero! - gritó otra vez Candelaria.
- ¡Ya voy amor! - lo miré otra vez perdiéndome en sus ojos. - Esta noche espérame en mi cuarto y por favor, ponte un maldito hilo de encaje. - lo miré sin responderle nada, no quería hacerlo, estaba dolida por haberle escuchado llamar "amor" a Candelaria pero no podía decirle nada, porque no somos nada. ¡Maldición, no somos nada! - Responde ¿lo vas a hacer?
- Es una orden ¿no? Lo tengo que hacer...
- Exacto. - me dijo claro, mientras después comenzaba a alejarse de mí caminado hacia Candelaria, viendo como ella se enrollaba en sus brazos...
¡A veces quisiera odiarlo!