8

799 47 0
                                    

Antes de ir a trabajar esa mañana, pase por una tienda y me compre algo dentro de todo elegante, quería ir bien y linda. Fui a trabajar, un poco a escondidas, para que nadie me viera entrar y salir, ni mucho menos, que se dieran cuenta que soy la sirvienta y no una señora de mucho dinero. 

Entre a trabajar y me puse hacer las cosas que eran necesarias en ese momento, ayude algunas de mis compañeras, cuando en un momento, el conserje me tomo del brazo y me dijo que necesitaba mi ayuda. 

-Hay un importante almuerzo en la habitacion 407

-Lo mire-

-Si quieres el puesto mas alto, debes tener una buena postura, y esta es tu oportunidad. Vamos 

Sin dejarme ninguna opción, nos fuimos a la habitacion donde el señor Mariano estaba por almuerzo con algunos hombres importantes como el, directamente entre a la habitacion y sin que el se fijara en mi mientras se asesoraba con el conserje me escape a la cocina. Me quede ahi hasta que Thomas entro.

-¿Sucede algo?

-No, nada, solo... estoy un poco nerviosa

-Bueno, vamos, vamos rápido 

El conserje iba  pasándome las cosas que tenia que llevar a la mesa, lo hacia lo mas rapido y prolijo posible. Cuando los seis hombres, entre ellos Adolf y Mariano, se sentaron a la mesa casi me muero de los nervios. Temblaba. Por suerte, Thomas no preguntaba ni decia nada sobre mis manos sudorosas pero yo iba escondida entre todas las cosas que llevaba a la mesa. Siempre tapandome la cara con ellas. 

-¿Entonces como van las asambleas? -Dijo uno de ellos

Mientras yo servia el vino

-Bueno, tenemos una mañana y pasado, tenemos que hacer una buena letra si queremos que nos voten -Dijo Adolf

Voltee para irme rapido

-Señorita, un poco de hielo -Dijo Marino

-Baje la cabeza- Si, señor, enseguida 

Fui por el hielo y Thomas me tomo del brazo. Me miraba fijamente a los ojos

-Si no te tranquilizas, te van a salir las cosas mal

-Si, señor -Dije y lleve el hielo

Cuando volví a la cocina, sin decir nada como hasta ahora, Thomas tomo el plato siguiente que iba a servir y me lo quede mirando. El iba a serví, ¿Por que?

-Puedes seguir haciendo tu trabajo, Carolina -Dijo y salio

-Bufe-

Todo mal me salio. 

Sali de ese lugar como una llama. Me fui al cuarto de las sirvientas y ahi me duche y me cambie para la gran noche que me esperaba. Johanna y las demas me ayudaron un poco con el maquillaje y el peinado. Ellas si que eran excelentes amigas, y espero nunca perderlas. 

Habitación 407 TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora