VII

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Anuar.
La estaba esperando en el sofá mientras leía un correo que me había mandado mi mejor amigo.
Él era un agradable italiano que conocí en un intercambio, y con el paso del tiempo se convirtió en mi mejor amigo. En el correo decía que pronto vendría a México a visitarme, estaba ansioso por verlo después de tanto tiempo.
Se preguntarán ¿porqué por correo y no por Facebook, WhatsApp u otro medio?
Pues lo conozco desde hace unos años, y en ese momento él y yo no conocíamos otra cosa que no fuera el correo electrónico jaja.
En fin... él sabía la situación por la que estaba pasando. Sabía que pronto iba a irme, y yo le pedí antes de saber que estaba enfermo; que me hiciera una sesión de fotografías con mi amada esposa. La verdad es que toma unas fotos increíbles, y que mejor persona que mi italiano favorito para eso.
Y bueno al parecer mi hermosa Reyna ya estaba lista, porque acabo de escuchar unos tacones.

–¿Cómo me veo mi amor? –preguntó Zoé moviendo su cabello hacia un lado.
—Mmm~ ¿quieres saber la verdad cariño? –respondió Anuar mientras hacía un gesto con su mano tocándose la barbilla.
–¿Me veo rara verdad bebe? –dijo Zoé con tristeza–. Siento que he subido un poco de peso.
–Pues honestamente pensé que te quedaría bien... pero te queda ESPECTACULAR mi Reyna –respondió Anuar dándole un beso en la muñeca a Zoé–. Así que ya vámonos preciosa, porque hoy vamos a cenar en tu lugar favorito.
–No imagine que iríamos ahí cariño jaja.
–¿Porque mi Reyna? –preguntó Anuar mirándola a los ojos con extrañeza.
–Pues es un lugar muy popular cielo, y es muy difícil conseguir una reservación y más en esta época.
–Pues yo tengo mis contactos nena jaja, así que tú no te preocupes por nada. Y por favor disfruta conmigo esta noche –dijo Anuar guiñándole un ojo a Zoé.
–Bueno mi vida... confió en ti.

Le abrí la puerta del coche, y durante todo el camino escuchamos su música favorita. Parecía una adolescente en su época de rebeldía; cantando como si no hubiera mañana. Y bueno, para no dejarla sola me uní a ella. Éramos el dúo rebelde. Así como en los viejos tiempos.
Solo que ahora somos adultos... y además estamos casados.
¡Amo estar casado con la mujer de mi vida!

Zoé.
Estaba muy contenta, pero realmente muy contenta. Mi esposo había conseguido una reservación en el lugar donde me pidió matrimonio hace unos años. Era un lugar muy hermoso y además me traía lindos recuerdos.
Él cree que es mi lugar favorito por la comida jaja, si supiera que mi comida favorita es la de él.
Mi comida favorita siempre fue la de mi madre, pero ya no está en este mundo. Ella está en un lugar mejor.
Recordarla me puso muy sensible y no pude evitar soltarme a llorar. Pero a llorar como nunca.

–¿Mi Reyna estás bien? –preguntó Anuar mientras le abría la puerta del coche a Zoé.
–Eso creo... solo recordé un pedacito de mi vida.
–Zoé mírame a los ojos –dijo Anuar tomando las manos de Zoé.
–No cielo... no quiero.
–Mírame a los ojos y por favor dímelo –insistió Anuar.
–Es mi madre cielo... la extraño como no tienes idea, y a mi padre también –respondió Zoé con lágrimas en los ojos.
–Calma preciosa, ven para abrazarte –dijo Anuar abriendo sus brazos de par en par.
–Es que cielo... ¿porqué tuvieron que irse? ¿Porqué me dejaron sola? –dijo Zoé entre lágrimas.– ¿porqué tuvieron que marcharse cuando más los necesitaba? ¡Dime Anuar!
–Cariño cálmate. Hemos hablado de eso muchas veces y hoy yo quiero verte llorar, pero de risa –dijo Anuar mientras abrazaba con más fuerza a Zoé.– recuerda que la vida no es eterna mi amor. Y tus padres están juntos en un lugar mejor. Y estoy seguro que están orgullosos de la mujer que eres y de todo lo que has logrado tú solita. Porque eres una gran mujer, eres un tesoro de la vida misma.
–Perdóname mi amor... es solo que últimamente he estado muy sensible. Perdón si me alteré –dijo Zoé recargando su cabeza en el hombro de Anuar mientras lo abrazaba.
–Tú jamás estarás sola preciosa, es más... jamás lo estuviste. Y ni siquiera en tus sueños lo estarás –dijo Anuar limpiando las lagrimas de Zoé sutilmente.
–Cuidado con mi maquillaje bebe, no quiero que se arruine más de lo que ya está.
–No se arruino nada cariño, solo limpiaba tus lágrimas.
–¿Seguro cielooooooo? –preguntó Zoé un poco dudosa.
–Si bebe, deberías verte en un espejo o en tu celular para que me creas –respondió Anuar mirándola a los ojos.
–Bueno cielo te voy a creer, pero si me estás mintiendo... sufrirás una broma muy pesada.
–ja ja ja en tus sueños cariño, solamente en tus sueños podrás hacerme esa clase de bromas –dijo Anuar en tono burlón.
–Ay papacito, de verdad muchas gracias –añadió Zoé mirando a los ojos de Anuar.
–No tienes porque agradecerme preciosa, yo siempre estaré a tu lado, siempre para ti. Así este en el cielo, así esté al otro lado del mundo, a dos horas de ti, o incluso en el espacio. Yo siempre estaré para ti nena. Siempre –dijo Anuar.– Así que dame esa bella sonrisa, que sin ella no soy nada.

Creo que esto del embarazo cada vez me pone más sensible, y la verdad yo no quería arruinar está hermosa velada. Así que me calme y me puse a pensar en otras cosas.
Como en el bebé, y yo ya quería decírselo.
Pero tenía que esperar más días. Y créanme que la espera se pasaba demasiado lenta.
Quería decirle «Mi amor estamos embarazados, vas a ser papá. El mejor papá del mundo», pero aún no podía contarle nada.
Y mientras esperábamos la cena (que por cierto fue en la misma mesa donde me pidió matrimonio. Una mesa especial y sobre todo alejada de casi todo para tener tranquilidad y solo respirar nuestro amor) yo acariciaba mi vientre, aún no se notaba el embarazo... pero al tocar mi vientre sentía algo mágico. Pues cargar una vida más contigo es algo realmente sorprendente.

–Y bueno mi hermoso bebé, aún no sé tú sexo. Pero no importa lo que seas. Tú papi y yo te amaremos mucho, mucho, mucho –dijo Zoé en voz baja, mientras acariciaba su vientre.
–Cariño ¿qué dijiste? –preguntó Anuar.

Al parecer lo último no solamente lo pensé, también lo dije. ¡Ups!

–Oh cielo... es que vi al entrar una pareja, y la mujer está embarazada. Solo me puse a imaginar cómo sería lo nuestro, si tuviéramos un bebe –respondió Zoé un poco nerviosa.
–Ya veo mi Reyna, con razón acariciabas tu vientre –dijo Anuar mirándola a los ojos fijamente–. Pero no hablemos de eso ahora cariño, porque hoy y los demás días que vienen, serán únicamente para ti. Y el tema de los bebés vendrá para después, ¿entendido mi Reyna?

¿Era real lo que me estaba diciendo mi esposo? ¿Acaso ya no quiere familia conmigo? ¿No seré lo suficientemente buena, como para ser madre?
¡Dios mío! Solo espero que Anuar no me pida el divorcio. Aunque yo confío en él y se que me ama.
Ok Zoé, cálmate por favor. Cálmate porque él mismo te acaba de decir que lo más importante ahorita eres tú. Así que quizá solo sea eso.
Deja de exagerar, que el embarazo te pone más y más sensible. Así que deja de imaginar cosas que no son y disfruta esta hermosa velada, en compañía de tu amado esposo.

–¿Estás bien cariño? Porque te veo muy seria –preguntó Anuar tomando las manos de Zoé.– ¡y además estás muy fría! ¿Quieres mi abrigo amor?
–Sí chiquito, solamente me quede pensando. Pero no tiene importancia. Así que vamos a cenar y llegando a casa te digo en que estaba pensando ¿te parece bebe?.– añadió Zoé apretando con fuerza las manos de Anuar.
–Me parece bien cariño, porque hoy es tu noche. Nuestra noche. – respondió Anuar con una enorme sonrisa.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2017 ⏰

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