RAVAGE 194 CHENMIN

ESTA VIVO¡¡¡

Sehun........

Un puño de hierro golpeó mi mandíbula, enviando mi cabeza hacia atrás con el impacto. El sabor de cobre llenó mi boca. Escupí la sangre hacia el suelo.

Asintiendo, miré a mi oponente que estaba dando vueltas en la jaula. Sus ojos se encendieron de rabia, con el fuego que también quemaba dentro de mí. Atrapándolo con la guardia baja, corrí a toda velocidad, chocando contra su cuerpo y empujándolo a la lona. Rodando a horcajadas sobre su cintura, descargué dos golpes rápidos directamente en su rostro, la sangre pulverizó sobre mi pecho; antes de que él sacudiera las caderas me puse de pie.

Mi oponente se empujó fuera de la lona. Todo el lugar quedó en silencio mientras otros combatientes se reunieron en torno a mirar. Nos miramos y rodeamos, jadeantes,chorreando de sudor, listos para atacar. Entonces sonó un disparo al aire, señalando el final de la batalla.

No me moví. No alejé los ojos de mi oponente. Tampoco él. Me agaché, listo para atacar de nuevo. Entonces alguien se interpuso entre nosotros. La neblina sangrienta de mi mirada se alejó, marcando mi regreso al aquí y ahora.

-Tiempo fuera, chicos -dijo Viktor.

Retrocedí tres pasos mientras trabajaba en calmarme. Miré a través de la jaula y alcancé ver a mi oponente hacer lo mismo. Cerrando los ojos, inhalé y expiré diez veces. Pensé en Luhan, mi esposo, y mi bebé no nacido. Pensé en nuestra casa y mi posición como knyaz(jefe). Tenía que hacerlo. Tenía que recordarme que ya no estaba en el gulag. Ya no era un combatiente de la muerte preso en la jaula.

Sintiendo una mano golpear mi brazo, abrí los ojos para ver a Viktor mirándome con una ceja levantada. Asentí, dejándole saber a mi entrenador que estaba de regreso.

Sehun estaba de vuelta. La sed de sangre de mi alter ego, Raze, se había disipado, aunque sólo fuera por hoy.

Viktor se hizo a un lado y me acerqué a mi oponente, Jongin, cuyos ojos también estaban cerrados mientras se centraba en sí mismo.

Esperé hasta que sus ojos se abrieron y me mirara por encima de su hombro.

Cuando le tendí la mano, Jongin respiró profundamente y entrelazó su mano en la mía. La sacudí una vez y la soltó. El pecho de Jongin seguía bombeando rápido cuando dijo:

-Va a tomar algún tiempo acostumbrarme a esto -hizo un gesto entre los dos-,resistir el impulso de matar. No extraer tu último aliento. Restringiendo mi instinto asesino en el último segundo.

Mi mandíbula se apretó instantáneamente al reconocer el sentimiento.

-Un día lo hará.

Jongin me miró durante un segundo demasiado largo, entonces preguntó:

-¿Tú también?

Dejando caer mis ojos, asentí y respondí:

-Rezo para que un día en el futuro despierte sin albergar el deseo de matar o derramar sangre.

jongin cerró los ojos, después echó un vistazo a la puerta cerrada de la oficina, la puerta cerrada de la oficina en donde se encontraban nuestros chicos, y dijo:

-Entonces voy a rezar por ese día también. -Agarrando su toalla del suelo, Jongin limpió la sangre de su pecho y el rostro y dijo-: Quiero ser más fuerte, un hombre más normal para mi kyungsoo. No esta versión de mí que sueña con detener corazones y romper cráneos. Todavía no entiendo esta vida. A veces, es demasiado para mí.

-Se palmeó la cabeza-. Hace que me duela, aquí.

Mirando por encima del hombro de mi hermano para asegurarme de que la puerta de la oficina estaba cerrada, le dije: