Toda la hora estuvieron hablando entre susurros y esos momentos sentía que solo estaban ellos y nada más. Los temas eran de los más triviales que realmente carecían de importancia, como su rutinaria vida, pero les daba igual. La compañía del otro de alguna manera les hacía sentir bien. Menos solos y menos raros. El tiempo en contra de todo pronóstico pasó relativamente rápido y si no fuera porque habían visto como la gente empezaba a desocuparse.
— ¿No quieres ir a tomar un café conmigo?— pregunto el azabache siguiéndole los pasos a la chica.
—Creo que no podre — se excusó pensando en que tal vez su primo fuese por ella—es que vendrán por mí.
—Oh entiendo— resoplo con resignación.
—Pero— le interrumpo— puedo llamarle y decir que me tardare un poco más— dijo en una indirecta que aceptaba a su proposición.
—Claro, te espero.
Pronto saco el celular mandando un mensaje de texto a Neji de que iría a comprar unas cosas al salir y que llegaría a casa más tarde solo; no espero ninguna respuesta.
—Ya está— dijo acercándose.
—Genial...hay un lugar cerca de aquí— divagaba un poco.
—Vamos ahí— concordó sintiéndose extraña por cómo le hablaba.
Ella no era así. Ni siquiera con personas muy cercanas a ella hablaba con tanta fluidez como lo hacía con aquel desconocido.
Sin más interrupciones fueron a la dichosa cafetería que se encontraba a unas dos cuadras del hospital. Era grande y su ambiente agradable, fresco. Una música de los the cranberries se escuchaba de fondo. Como era natural el lugar estaba lleno, sin duda el nublado día hacia juntar a las personas en busca de algo caliente que los reconfortara y en caso de ellos solo una excusa para seguir hablando.
— ¿Qué quieres?— pregunto de improviso.
—Un moka— respondió lo primero que se le vino a la mente.
—Está bien— tomo un respiro largo echando un vistazo al lugar— ¿puedes buscar un sitio donde sentarnos? Yo iré por las bebidas— pidió.
—Claro— asintió mientras tomaban sus caminos.
Encontró un muy buen sitio al fondo del lugar sentándose en un asiento a donde podía ver a Obito claramente. Algo no cuadraba muy bien. No entendía porque estaba en terapia, a su vista se veía alguien demasiado normal o por lo menos para estar ahí. Dejo de mirarle cuando se dio cuenta de que la veía también con una expresión confundida. Bajo la mirada de inmediato sintiéndose incomoda.
— ¿Pasa algo?— oyó su voz. Levanto de nuevo la mirada percatándose que estaba a su lado y le pasaba su moka- aquí tienes.
—No, nada— negó mientras tomaba el café— gracias.
—Ten cuidado, está caliente— se adelantó.
—Okey—dice tomando un trago con cuidado.
— ¿Te puedo hacer una pregunta?— pregunto pero en un tono que se notaba que dudaba de eso el también.
—C-claro—asintió regresando a su antiguo nerviosismo.
— ¿Qué hace una chica tan linda como tu rodeada de locos?— fue directo al grano dejando a la chica con la cara hecha un poema.
—Yo...es difícil de explicar— dijo agachando la cabeza y apretando la taza— es una larga historia.
—Vamos, estamos en confianza— dijo poniendo una mano por encima de la pelinegro que no se atrevía a mirarlo.
—Hace- empezó a contar— tres meses yo quise suicidarme.
—Oh...lo lamento, no debí preguntarte.
—No- negó— no...no te preocupes. Tampoco es algo que me afecte ahora.
—Sí, supongo que sí.
— ¿Y tú? ¿Cuál es tu historia?
— ¿Mi historia?— repitió quitándole la mano que le brindaba apoyo— supongo que la mayor parte fue mi culpa.
— ¿A qué te refieres?— pregunto totalmente perpleja.
—Pues...
—Obito—una voz hizo callar al joven que volteo al igual que la Hyuga a pesar de que a ella no le hablaban.
Era una mujer de la misma edad que Obito o esa parecían. No había mucho que resaltara en su persona. Cabello color castaño corto y sus ojos del mismo color. A simple vista también se veía que era una buena persona. Había algo en sus rasgos que hacía que te sintieras en calma.
—Hola Rin— saludo el azabache. Esa sonrisa amplia dejaba muy en claro lo incomodo se encontraba, haciendo que la chica de cabellos oscuros le diera curiosidad del motivo.
—No te había visto en estos días, me tenías preocupada—dijo en un tono serio y luego vio que no estaba solo- disculpa no te había visto, disculpa...hola—saludo cortésmente que no parecía ser un simple y horrible sarcasmo.
—M-mucho gusto— dijo desviando la mirada como era su costumbre.
—No he podido ir a la universidad porque el trabajo me está absorbiendo demasiado—mentía. Hacia una semana que le habían despedido— pero justificare, no hay problema— dijo, aunque en cierta forma le gustaba le gustaba que se preocupara por él.
—Es que no está bien que faltes— suspiro para después agacharse quedando a su altura y susurrarle—es tu novia ¿verdad?
—.... — no dijo nada el momento o su cerebro no captaba nada para procesarlo. Tenía que desmentirlo, ahora— ¡No es mi novia!— grito alterado. Eso no había sido la reacción que hubiera querido mostrar en esos momentos.
— ¿Qué?—preguntaron al mismo tiempo las dos chicas. Como quería que se lo tragara la tierra.
—Jejeje— rio un poco Rin ante la reacción de su amigo- siento haber malinterpretado eso.
—No, para nada— dijo apresurado el Uchiha— y ¿Qué haces aquí?—cambiaba de tema a su conveniencia.
—Vine a comprar unos panquesitos— le enseño una pequeña bolsa de papel que contenía los postres—y como te vi quería saludarte.
—Ah...vale.
—Bueno solo venía a eso, ya me tengo que ir— le dio un beso en la mejilla— nos vemos— se despedía mientras se marchaba del lugar.
No hubo mucho ruido después de eso aparte de las conversaciones ajenas y la ajena voz de Niall cantando Dream en el fondo del local. La falta de un tema de conversación era algo tenso y agobiante en realidad.
—Esa chica...Rin...te gusta ¿verdad?
— ¿Por qué lo dices?— respondió a ese pregunta con otra.
—Se te nota— decía— es algo más claro que el agua.
—Tal vez pero—hace una pausa para tomar un trago de su café que estaba menos caliente— no creo que sea correspondido, lo sé—afirmo abrumado por la verdad que el solo sabía.
La chica lo miro comprensivamente. Un amor no correspondido dolía demasiado. Ella también lo vivía. Tal vez tenían algo en común
Continuara.
YOU ARE READING
Pactos de sangre
FanfictionTodos alguna vez hemos caído en la obsesión. Es muy natural en el ser humano y nunca llega a ser anormal. Sin embargo ¿Qué pasaba cuando esto pasaba los límites de dicha normalidad? Obviamente esto se convertía en una patología; era malo y muy pelig...