Eran cerca del mediodía cuando le había dejado el mismo a esa chica a su casa. Miro sorprendió al ver esa grande y ostentosa casa. Así que la chica era de dinero, bueno eso en si no tenía por qué sorprenderle pero lo hacía de todos modos. Quería dar esa impresión, aunque no sabía muy bien él porque.
—Creo que nos veremos en otra ocasión— decía con una voz la chica sacándole de sus pensamientos. Volteo a verla y esta vez la chica le esquivo la mirada.
—Ah claro— decía apresurado— nos vemos.
—Pero— paro un poco, como pensando en las palabras correctas — quería disculparme por lo de la cafetería— susurró.
— ¿A qué te refieres?— pregunto realmente confundido ¿Por qué había dicho eso?
—Te hice incomodar con tu amiga—continuaba sin siquiera cambiar esa postura tímida que era el punto débil de su personalidad.
—Oh eso, no te preocupes no es nada— sonrió bastante confiado— no te debes mortificar por eso—se calmó un poco al ver que la chica se había relajado un poco, incluso tuvieron un poco de contacto visual después de eso, indicaba que las cosas se habían relajado ¿verdad?
— ¿En...serio... no te molesta?— pregunto.
—Por supuesto que no me molesta— no entendía todavía porque se ponía así. Y pensaba que jamás lo haría en toda su vida.
—Vale— decía mientras salía del auto, cerrando la portezuela para asomarse por la ventanilla
—Hasta luego— se despidió rápidamente del joven yendo a su casa escuchando un vago "adiós" en la distancia. Eso le hizo sonreír un poco antes de entrar a su casa.
Entro en completo silencio sin encontrarse a nadie. Eso no era ninguna novedad. Ahora su hermana menor debería estar en la escuela y su primo y sus padres en el trabajo. Lo típico: ella estaba sola. Por lo menos veía que ahora podía hablar con alguien y eso mortificaba menos. Fue a la sala sentándose cómodamente en unos de los mullidos muebles sacando su celular 12:05 era lo que marcaba ese aparato molesto. Tenía tiempo de sobra antes de ir a la universidad; podría tomarse un tiempo para comer algo, entretenerse con algo- solo tenía que pensar que sería porque ahora no tenía ni las mínima idea. También estaba la otra opción de salir y vagar como alma en pena por la ciudad pero eso le resultaba aún más tedioso que la primera opción. O podría dormir pero nunca se había considera de esa parte de la población que optara por eso. Suspiro. Estaba sola y sin nada mejor que hacer en su monótona vida. Con la excepción de aquel extraño chico que hizo cambiar un poco eso. Y que vería de nuevo. Quería verlo de nuevo.
¿Sabía que sentía algo por ese joven? Claro que no, el amor a primera vista no era cierto; no era tan boba. Además que estaba en medio otro factor demasiado importante que refutaba la prueba de su falso repetido flechazo y que en constante también era motivo de su interés.
Algo que presentía podían tener en común, algo que sentían los dos, que era igual y la vez diferente; tan lejano y cerca que carecía de realismo antes este mundo. Algo que sinceramente no podía explicar cómo clasificar como anormal. Como le quedaba demasiado bien esa palabra: anormal. Porque también los describir perfectamente a ambos.
Por lo menos sus pensamientos, teorías y conjetura por sus recientes acontecimientos le mantendrían ocupada un buen rato. El tiempo pasaba rápido cuando vuelas a la par de tu mente. Un buena muy buen pagado y seguro en la mayoría de las ocasiones y sentía que era así, pero no lo era. Era todo lo contrario y no podía evitarlo.
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Pactos de sangre
FanfictionTodos alguna vez hemos caído en la obsesión. Es muy natural en el ser humano y nunca llega a ser anormal. Sin embargo ¿Qué pasaba cuando esto pasaba los límites de dicha normalidad? Obviamente esto se convertía en una patología; era malo y muy pelig...