Luego de estar una semana tomando rehabilitación contra el amor y esos males, habia decidido ser la misma.
Una amiga decía que desde que me habia enamorado mis poemas habían perdido gracia, habían perdido ese toque lo que los hacia particular.
Pero de nuevo estaba en el ruedo, habia vuelto a el mismo sitio donde amaba vivir libremente.
Ese miércoles habia salido a comer con mi amiga pero como cosa casual de nosotras terminamos en nuestro estanco favorito tomando nuestra bebida favorita( micheladas).
Para ese entonces ya habia dejado todo quieto con R y habia decidido dejar de sentir la bobada que sentía por el de los ojos lindos.
Ese dia un amigo que llamare D me habia estado escribiendo para ir a rumbear en plaza de la Castellana pero como yo no tenia planeado salir entonces le dije que llegara al bar donde yo estaba.
D para contextualizar es un estudiante de Ingeniería Civil de mi universidad que habia conocido en ese mismo bar uno o dos meses antes.
D es un muchacho de 25 años, blanco, de buen porte, labios gruesos, pestañas largas y cejas pobladas. Tiene su gracia y no es precisamente la camioneta.
Él llego justo cuando yo habia decidido ser la misma ave libre y aventurera.
Empezamos a tomar ahí, luego en plaza, seguido en su casa para finalizar en playa a las 7 de la mañana. Él, mi amiga y yo.
Como cosa rara, yo ese dia le estaba enviando fotos y videos de lo que hacia a el de los ojos lindos.
Quería hacerle sentir celos inconscientemente.
Llegue de playa como a las 4 de la tarde con una borrachera mas grande que yo, me acosté y dormí hasta las 7 y media que sonó mi celular.
Adivinen quien era.
Si. Él, el de los ojos lindos, cuando vi su mensaje me pare de un brinco.
Pudo haber sido Maluma quien me escribiera y no contestaba por el guayabo que tenia, pero era él, no pude evitarlo.
Ese dia me dijo que fuera a su casa para que viéramos una película y habláramos un rato.
No habia acabado de terminar la frase cuando ya yo estaba en la puerta de su vivienda.
Es que él me hace tener voluntad de puta.
Yo iba predispuesta a tener mucha acción, hasta me había puesto mis mejores pantis, pero él ese dia no quería sexo; quería hablar conmigo.
A mi me sorprendió en gran manera que me dijera que también me quería y me contara muchas cosas más de su vida.
Ese día empecé a sentir que yo no era solo un pasatiempo en su vida.
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El chico de los ojos color verde mar
Teen FictionMuchas mujeres hemos pasado por una etapa de nuestras vidas en la que tenemos turismo emocional, es decir que nadie logra llenar el vacío que nos agobia y es por eso que andamos de cuerpo en cuerpo, de alma en alma, destrozando nidos y emprendiend...