Toda persona puede luchar por lo que quiere. Sin embargo a veces hay obstaculos de por medio para alcanzar objetivo deseado. Pero eso no lo sabe Christian, sabe que luchará contra todo por ella. Esa chica que por fuera es todo perfeccion pero por...
Caminaba muy a de prisa hacia ese encuentro con los niños. Los cuales sonreían y gritaban felices por verla. En el camino casi se le cae el pequeño bolso azul que traía colgado sobre un hombro.
Pero eso no impidió lograr su objetivo.. Llegar hasta esos niños.
«Yo era como ellos, verla me producía un felicidad infinita ». Y no sabía ¿ por qué?. O al menos no terminaba de descubrirlo.
Tan solo verla dos veces, podía asegurar que ya ejercía un gran poder en mí.
Pude percibir levemente a lo lejos el sonido de su risa. ¡Esa que se había convertido en mi melodía favorita desde el primer momento que la escuché!
La observé, vestía tan perfecta que parecía un ángel.
Traía puesto un vestido blanco de encaje hasta las rodilla. Llevaba una chaqueta de mezclilla con estampados de flores en la espalda, de su hombro colgaba un pequeño bolso azul y sus tenis blancos en concreto «Converse». Su piel blanquesina resaltaba con los colores que llevaba. Y su cabellera castaña se movía en ondas por el viento.
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Esta vez me permite verle más de lo que lo había hecho anteriormente. Pero no podia lograr verla con claridad. Su sonrisa apenas lograba distinguirla desde la distancia que me encontraba.
Y me maldecía de ello... ¿Por qué esa manera de verla en estas dos ocasiones eran a distancia?
Tomé la decisión de caminar sigilosamanete hasta un árbol que estaba cerca de donde ahora se encontraba ella, conversando con los niños, eran más de diez metros de distancia.
Quería armarme de valor para ir hablarle... Pero era lo suficiente cobarde que no me atrevía.
Llegué hasta ahí , evitando a toda costa que ella se dieran cuenta de mi presencia, de mi acoso.
Por qué esto se le llamaba acoso...Claro que lo era.
Busqué de nuevo ver su rostro, ese que tanto anhelaba conocer.
En unos segundos pude darme cuenta que su mirada estaba en dirección a mí. Por un momento pensé que la sonrisa era dirigida a mí, que se había dado cuenta de que existo. Sentí el impulso de girarme y asegurarme que ella me veía a mi. Y eso hice. Desgraciadamente pude darme cuenta que no me sonreía, detrás de mi o del árbol que usaba de escudo estaba una niña de cabellos rizados que corria hacia ella. Era la misma que giraba en el aire ese día en que la ví por primera vez aqui en este parque.
¡Que decepción!
Aproveche el momento y fijé mi vista en dirección a su rostro.
¡Era hermosa! Más que eso la palabra que la describía ante mí era ¡Perfecta! Su melena castaña contrastaba con cada uno de sus rasgos facial. Poseía una nariz pequeña y respingada, labios rosados y carnosos, unos ojos azules o verdes muy vivaces pero no estaba tan seguro que color eran exactamente.
Para mí era perfecta, la mujer de mis sueños.
Las ideas acerca de sentir o intuir que la conocía se instalaban en mí, eran muchos los pensamientos. Me esforcé, martirice mí mente por tratar de recordar en ese momento al verla.
Me llevo unos minutos. ¡Pero lo logré! Ahora estaba más que claro .
Era ella... «Era la chica de ese sueño»
La misma por la que mi hermana me tachaba de loco. Ella existía. Estaba en mi mundo, no solo era producto de mi imaginación.
Mirarla por no se cuento tiempo hizo que recordará parte del sueño :
- ¿Eres real? - le pregunté
- Lo soy - contestó soltando una dulce risa. - La vida, el destino elegirá el momento de que nuestros caminos se junten, solo qué tu llevas ventaja - prosiguió.
No entendía a que se refería pero no importaba solo quería estar con ella.
-¿Por qué me dices eso? - pregunté sin mas.
Ella sonreía y negaba mientras se columpiaba.
- Calma... no más preguntas debo irme pero no te pongas triste nos encontraremos y sonríe mas a menudo que me gusta verte feliz - pronuncio.
Ella se detuvo y se paró, se posó frente a mi y fijo su vista, me di cuenta que tenía unos ojos preciosos " Eran azules" depositó un dulce y suave beso en mi mejilla.
Luego lentamente se acercó a mi oído .
- Recuerda ¡Enamórame cada día! - susurro.
Su risa era igual , sus ojos... ¡Debían ser el mismo color «azules»! Era ella la chica del sueño del cual estaba enamorado.
