La Hermandad Nuclear

15 1 0
                                    

James fue al aeropuerto de la Hermandad Nuclear a hablar con su líder. Nada más llegar, vio que el aeropuerto estaba cerrado a cal y canto y vigilado por guardias, que le preguntaron qué hacía allí.

-Vengo buscando a vuestro líder - respondió James.

-¿Para qué? - preguntó un guardia.

-Quería preguntarle acerca de Los Saqueadores y el Enclave.

-¿Te han seguido?

-No. Al menos que yo sepa.

-Muy bien. Pasa.

James entró en el aeropuerto fácilmente, pero cuando entró, Andrea salió de su escondite, se deshizo de los guardias sin mucho esfuerzo y entró. James no sabía que Andrea lo estaba siguiendo, así que no se preocupó por nada. Llegó al edificio del líder de la Hermandad Nuclear, Eddie, y le preguntó por Los Saqueadores y el Enclave.

-Los Saqueadores son uno de nuestros enemigos principales - respondió Eddie -. Aunque no lo creas, Los Saqueadores y el Enclave nos superan en número, y nos van a aniquilar completamente. Solo espero que ninguno de los dos bandos encuentren este sitio. Deberías ir a ver a...

En ese momento dieron la alarma. Eddie no sabía qué pasaba, así que encargó a James ir a comprobarlo. James salió y fue a socorrer a un soldado de la Hermandad herido.

-¿Qué ha pasado? - preguntó James.

-Una mujer entró en el aeropuerto - dijo el soldado -. No se sabe cómo, pero ha avisado a Los Saqueadores, y junto con el Enclave, han entrado en el aeropuerto. Hay que detenerlos.

-¿Cómo es esa mujer?

-Pelirroja. Ojos azules, mestiza, a juzgar por el color de su piel. Yo diría que mide 1,75 metros.

En ese momento, el soldado murió, y James le cerró los ojos. Sin embargo, James sabía lo que pasaba. La descripción de la mujer de aquel soldado coincidía con la de Andrea. James fue a buscarla, y la encontró en la puerta de la sala de máquinas.

-Andrea, ¿qué haces aquí? - preguntó James.

-Idiota - respondió Andrea -. Han puesto precio a tu cabeza. Los Saqueadores quieren la recompensa, y el Enclave también, así que han decidido aliarse. Te he estado siguiendo todo el tiempo. ¡Nos has llevado a la guarida de nuestros enemigos! Sin embargo, ya no sirves de nada. Así que ahora te mataré y llevaré tu cuerpo a Los Saqueadores y al Enclave. El Supervisor de tu Refugio te busca, vivo o muerto. Así que te vamos a entregar muerto.

Andrea sacó una pistola láser, pero James le disparó en la mano y la desarmó. Entonces, Andrea cogió una espada de oficial chino que había en un cadáver, y James cogió otra que había en otro cadáver.

-Je - dijo Andrea -. Mi enemigo es un chico que no ha hecho esgrima en su vida. Esto va a ser fácil.

Andrea atacó a James, pero James la esquivó. No obstante, Andrea atacó otra vez casi al instante, pero James paró el ataque, y al siguiente ataque de Andrea, James esquivó la espada de su enemiga y la empujó hacia abajo, dejándola indefensa, así que le metió cuatro puñetazos. Andrea se recuperó y volvió a atacar a James, pero James paró su ataque y le dio con el mango de su espada en la cabeza a Andrea. Andrea se mareó por un momento, pero enseguida se recuperó y volvió a atacar a James. Sin embargo, James paró su ataque y le metió un codazo. Andrea se echó hacia atrás, pero se recuperó y volvió a atacar a James. Sin embargo, James consiguió parar el ataque de Andrea, y entonces le cortó las manos con su espada. James cogió la espada de Andrea y, junto con la suya, se la puso al lado del cuello. Entonces, llegaron Eddie, el líder de Los Saqueadores, Andrew, y el líder del Enclave, Edward.

-Muy bien, James - dijo Andrew -. Muy bien. Ahora, mátala.

Andrea miró a su líder sorprendida. James se quedó quieto.

-No debería - dijo James.

-Hazlo - dijo Andrew.

-No, James - dijo Eddie -. No lo hagas. Matar a un oponente desarmado va contra el código de honor de la Hermandad.

-Pero si no lo hago me matará ella a mí - dijo James.

-Por eso mismo - dijo Andrew -. Mátala, o te matará ella a ti.

-Hazlo - dijo Andrea -. Mátame. ¿Eres capaz?

James se enfadó, pero retiró las espadas y dejó a Andrea con vida.

-Deberías haberme matado - dijo Andrea.

-Sí - dijo Andrew -. Debería haberlo hecho, porque ahora te matará ella a ti.

Andrea cogió una espada con la boca y le hizo un corte a James en el brazo. James se echó hacia atrás, y entonces se echó en el suelo.

-Sabía que no serías capaz, amigo mío - dijo Andrea -. Ahora, morirás.

-No - dijo Andrew -. No lo mates. Nos vendrá bien tener prisioneros. Capturad a todos los miembros de la Hermandad que hayan sobrevivido y llevadlos a nuestra guarida.

Los Saqueadores y el Enclave capturaron a los soldados de la Hermandad y los llevaron junto con James a la guarida de Los Saqueadores. Allí, Andrew proporcionó a Andrea dos prótesis cibernéticas en las manos, y los médicos curaron a James para que Andrew lo interrogara.

-Vale, James - dijo Andrew -. Hagamos esto fácil. Dime dónde están los demás asentamientos de la Hermandad y no morirás.

James se quedó callado con cara de asesino.

-Vale - dijo Andrew -. Si no hablas, te quedarás confinado hasta que hables.

Andrew mandó llevar a James a la celda más confinada del asentamiento de Los Saqueadores. Allí, James fue encerrado en un escudo eléctrico, pero vio la forma de escapar: las rejillas de ventilación. El único problema era sobrecargar el escudo para que se desactivara. Abrió el panel de control y unió el cable rojo con el amarillo, pero no funcionó. Probó a conectar el azul con el rojo, pero tampoco funcionó. Como última oportunidad, probó el azul con el amarillo, y funcionó. El escudo eléctrico se sobrecargó y se desactivó. James había encontrado la oportunidad de escapar, y sabía que su objetivo ahora era acabar con Andrea y con Andrew. Lo demás podía esperar.

El Yermo NuclearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora