18

5.2K 396 88
                                    

#JuevesdeEntregateaMí

#Claroquesí

#Venquetequierocomer

Hoy era un día un poco ajetreado, tendría una entrevista televisada sobre uno de mis últimos lanzamientos discográficos y como siempre iban a preguntar sobre todo y debía estar preparado incluso para las preguntas indiscretas.

Mi mente era un mar de divagues que tenían un solo nombre que no podía sacar de mi cabeza. Sabía que me comportaba como un bruto pero hasta no tocar fondo no me daba cuenta de mis errores y era una conducta que repetía sin descanso una y otra vez.

¿Cuándo vas a cambiar?

A pesar de todos los años que llevaba trabajando en esto las preguntas eran las mismas, no había nada original en ellas todo era un ciclo gigante sin fin; agotador de sobra. Ellos no se interesaban en contenido de las letras en el primer qué y las razones solo quería meterse en mi vida, investigar, meter sus lenguas afiladas donde no debían para luego repetir mis palabras de la peor manera, creando chismes para ganar dinero de cosas que no han pasado y muchas veces verdades a medias dónde el "medias" parecía una serie de televisión con un "continuará" incluido.

Cerré los ojos mientras la maquilladora aplicaba polvos con una brocha. Era guapo pero necesitaba un poco de ayuda. Había dejado crecer un poco mi cabello así que lo tenía un poco alborotado, me parecía que se veía bien de esta manera, de hecho me agradaba como lucia. En este medio público debía innovar mi imagen cada cierto tiempo para no volverme aburrido y monótono.

Hoy finalizaba el ciclo de entrevistas sobre mi nueva creación, un ciclo que a pesar de ser corto me pareció insufrible, podría por fin relajarme y concentrar mi cabeza en maneras más productivas de no meter la pata. El único detalle que me tenía en tensión era el hecho de que estaba en la ciudad de Lucia, la gran ciudad del mundo Nueva York, podía llamarla, vernos, explicarle todo.

Desde que llegué me encontraba ansioso incluso ingerir la comida se me hacía una tarea casi imposible, parecía tener un nudo en mi garganta que no se iría a menos que tuviera un mínimo contacto con ella.

Quizás las cosas cambiaran si le explicara las cosas y quizás, solo quizás, ella entendería, podría recuperarla y ella olvidaría su odio y quizás seríamos felices juntos. Hay tantos quizás, pero no podía suponer que su corazón tan bueno perdonaran una falta tan grave como la que cometí, traicioné su confianza cuando por fin ella había derrotado sus muros de miedo e indecisiones; solo había logrado subir las barreras nuevamente.

Podría tratar simplemente de...

-Listo.- anunció la maquilladora interrumpiendo súbitamente mis pensamientos caóticos. Me puse de pie con toda la calma que por dentro no sentía, acomodé mi traje, siempre pulcro y fino, y me encaminé al estudio sin darme una mirada en el espejo. Confiaba en no haber quedado como un payaso a manos de la maquilladora.

Fueron los treinta minutos más largos y aburridos de mi vida, sin exagerar, estaba totalmente vencido de repetir lo mismo. Sonrisas falsas, bromas recicladas y ganas de no volver a ser entrevistado más nunca. Siempre que termina el ciclo de entrevistas la última termina siendo la más larga y aburrida aunque todas tengas el mismo límite estimado, su tiempo y mí tiempo valían dinero. Responder lo mismo una y otra vez se volvía agotador y solo quería dejar de fingir. Incluso necesitaba dejar de fingir en mi propia casa, en mi propia vida, en mi propia piel.

Los problemas me abrumaban porque por primera vez en la vida estaba sufriendo las consecuencias de mis actos y estás dolían, se pegaban a mi pecho como un chicle molesto en el zapato. No era algo que podría olvidar con otra ni aunque quisiera hacerlo, jamás me permitiría olvidar a Lucia con otra; mi mente no si quiera podía pensar en un espécimen más único que ella ¿cómo podría tratar de olvidarla con otra? Era incluso tan o más estúpido que el error que me dejó aquí.

Entregate A Mi (EAT2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora