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Yam resignada por lo que había pasado, se tiro en su cama, con todo y el dolor de cabeza que le había provocado el beber tanto, se quedo profundamente dormida.

Cuando escucho el timbre de la puerta... pensó en no levantarse, y que mejor su mama fuera a abrir, pero después de escuchar el timbre sonar y sonar, no le quedo más remedio que ir a ver, se sentó en la cama rápidamente, se puso una bata, unas pantuflas, se tallo los ojos y se toco la cabeza al sentirse aun un poco mareada, miro en su reloj de noche, y marcaban las 3:17 a.m. Bajo con la insistencia del timbre, se asomo por la ventana y vio a Ramiro ahí parado, abrió la puerta y lo hizo pasar.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas así? Ven, siéntate – lo tomo de la mano.

Ramiro se encontraba en estado de ebriedad, con los ojos hundidos en lágrimas.

- Ya no puedo – decía llorando – ya no puedo, estoy harto, no sé cómo mi papa nos pudo haber hecho esto.
- ¿De qué se trata? ¿Qué te pasa? Puedes contar conmigo – le sobo el brazo, como gesto de darle más confianza.

Ramiro ya no podía mas, se abrazo y se pego mas con Yam para sentir su abrazo reconfortador. En eso escuchan unos pasos en las escaleras, era la mama de Yam.

- ¿Qué pasa? ¿Qué hace Ramiro aquí? – pregunto su madre-

Yam se separo de Ramiro.
- Mama, Ramiro tiene problemas y no puede ir a su casa ahora ¿te importaría que pasara aquí la noche en la sala?

La mama de Yam se quedo pensando un momento y no le quedo más remedio que aceptar, confiaba en su hija y en que no pasaría nada que no debiera pasar.

- Esta bien, si necesitan algo estaré arriba, no se desvelen mucho. – se marcho –

Ramiro le conto lo que pasaba en su casa, le platico con lujo de detalle como después que ella se marcho de su habitación, y el se regreso a la fiesta, se encontró con Jazmín, el se quería olvidar del incidente sucedido, y lo que hizo fue seguir bebiendo, bebiendo y bebiendo, dijo que no estaba consciente de lo que paso, pero solo recuerda que se besaron y el novio de Jazmín llego y le armo un escándalo, asi es, su "novio". Poniéndole uno de los ojos morados. Y después vio como Jazmín se iba con su novio.

Se sintió humillado, y utilizado, Jazmín solo lo buscaba para darle celos a su novio, uno de los chicos populares, se sentía frustrado, y para terminar, cuando llego a su maldita casa, encuentra una discusión entre sus padres, como peleaban y su papa forzaba con su mama para que no lo golpeara y le dejara explicar el por qué del brillo labial de su camisa, ese fue el colmo para Ramiro, tenía tanta frustración encerrada solo para él, que no quería meterse en su habitación y llorar y llorar, debía desahogarse con alguien y fue así que recurrió para los brazos de Yam.

Mientras que Yam lo escuchaba pacientemente, y trataba de calmarlo, le dio un poco de agua, después de que Ramiro termino de contarle todo lo que le pasaba, se puso un poco más tranquilo, los segundos y minutos pasaban rápidamente, tanto que ya eran las 4:02 a.m. y al día siguiente debían ir a la preparatoria, así que sería mejor que durmieran.

- No quiero dormir solo – confeso Ramiro un poco más tranquilo –
- No puedo dormir aquí contigo – le acaricio un poco el cabello –
- Quédate conmigo hasta que me quede dormido, por favor.

Ramiro parecía un niño pequeño en verdad necesitaba ayuda, se acomodo en el sofá, Yam bajo unas mantas, y el se acostó mientras que Yam estaba sentada en la alfombra, acariciándole el cabello, diciéndole que todo estaría bien, que confiara en ella.

Yam se moría por dentro ¿Cómo puede ser posible eso? Ramiro es tan frágil, y ella también, así que debía devolverle el favor cuando ella se emborracho y Ramiro la saco de ahí, se moría por volver a besar a Ramiro como hace unos momentos, pero no lo podía hacer, no después de lo que le había contado, que había besado a Jazmín.

Se los imagino y sintió frustración y como todo el coraje se invadía de ella, pero aun así no le podía reclamar nada, Ramiro no la miraba más que como una amiga con la que se podía desahogar, después de unos momentos así, acariciando su hermoso cabello, y susurrándole cosas al oído, quedo dormido.

Yam se fue a dormir a su habitación, se quito la bata y no pudo aguantar la tentación de mirarse en el espejo, poco a poco se despojo de su ropa, quedándose en ropa interior, se recogió su cabello y se lo dejo hacia un lado, se miro y comenzó a acariciarse la cintura, imaginándose como seria si Ramiro la acariciara, después siguió acariciándose los hombros, con los ojos cerrados, jamás había sentido esa sensación de que una persona que deseas te acaricie y se apodere de tu cuerpo, siguió con lo de ella, imaginándose como le hacía sentir ese placer, se acaricio sus pechos y los podía sentir endurecidos, la reacción en ella comenzó a crecer, deseaba, ansiaba, NECESITABA sentirse amada, pero la consciencia de que hacia algo malo le gano, y mejor se fue así a acostarse, se acostó y trato de quitar todos esos pensamientos de su mente, y relajarse, aunque se le hacia un poco difícil, haber sentido sensaciones nuevas, y tener a Ramiro dormido en su sala, en vez de tenerlo en su cama, con todo lo que había pensado no se había percatado que su mano se encontraba en su entre pierna, jugando con sus bragas, como trataban de meterse esos dedos entre sus partes intimas, no aguanto la tentación y comenzó a meter sus dos dedos y comenzó a sentir satisfacción, metiéndolos y sacándolos, cuando comenzó hacer movimientos con sus caderas y soltar unos leves gemidos, se dio cuenta que había llevado las cosas al extremo, mejor se tranquilizo y se maldijo por eso.

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Detrás De Mi Ventana | YAMIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora