29.

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- ¿Yo? ¿Cómo crees que te voy a pedir eso Yam? Estas loca.
- Es que eres muy ocurrente – siguió acostada de su lado –
- Solo un poco – sonrió –
- Me iré a dormir – se incorporo –
- Esta bien ¿ya te sientes mejor?
- Si, ya... - sonrió – me iré a mi recamara, descansa Ponce.


¿Ponce? – Pensó Ramiro– solo me dice así cuando esta molesta por algo, o cuando no hago algo que ella quisiera que hiciera, acaso... ¿quería que le hiciera el amor? se le iluminaron los ojos.

No dejo de pensar en su recamara, y cuando se dio la vuelta, olfateo el aroma que había dejado Yam minutos antes de estar ahí, es que ella... le es tan perfecta, le es un ángel, quiso ir mejor a ver como estaba, verla por ultima vez antes de dormir, para estar mas tranquilo... antes de llegar a su habitación, se dio cuenta que Yam ¿hablaba con alguien?.... se fijo por el cerrojo de la puerta y solo estaba ella, en su cama, con un diario entre sus piernas y al parecer todo lo que escribía, lo decía en voz alta.


"No se que me pasa, no dejo de pensar en el... hoy fue un día maravilloso... moría por besarlo, me pierdo cada vez mas en su mirada, en esos ojos hermosos que me dicen mas que mil palabras, tengo tantas ganas de recorrer su cuerpo con mis manos, que no aguanto... quisiera ir tras el, decirle todo lo que siento, decirle que estoy enamorada de el, desde hace mucho tiempo, y dios... amo cada vez que se... masturba, me excita tanto verlo hacerse eso, pero me encantaría hacer el amor con el en estos momentos."


Ramiro se quedo boca abierta después de lo que acababa de escuchar, en verdad Yam sentía todo eso... y que pena – pensó – me ah visto mientras me masturbo – se sonrojo – aun con todo lo que sabia, con todo lo que se había dado cuenta que pasaba, se quedo ahí, mirando lo que hacia, la deseaba tanto... y solo llevaban días juntos, viviendo en esa casa y todas las pasiones que despertaba en el, eran difíciles de comprender, pero Yam se levanto, dejo el diario en su mesa de noche, y se comenzó a desvestir, natural y normalmente como ella lo hace, se quito la ropa hasta quedar en ropa interior, Ramiro ya traía un abultamiento demasiado notable entre sus pantalones, que no pudo evitar entrar de una vez a su habitación.


- ¡Ramiro! – dijo sorprendido y cogió una sabana para taparse –
- Yo... lo siento – dijo sin dejar de verla –
- Salte por favor -le ordeno, pero al mismo tiempo rogaba por que se quedara con ella –


Ramiro no dijo nada, solo se acerco a ella y la beso... la beso... y lo mejor de todo, es que esto no era un sueño... la beso, masajeo sus labios con los de ella, llenándose los dos de saliva, compartiendo el mismo aire, Yam aun seguía sosteniéndose la sabana, pero Ramiro con una mano se la quito y la arrojo hacia la cama, se separo un momento con los ojos llenos de sentimientos de excitación, y el corazón palpitando a mil por hora. Yam se ruborizo, Ramiro la admiro semi desnuda y la volvió a besar.

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Detrás De Mi Ventana | YAMIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora