Te busco, te vas. Me voy, volvés.
Vos necesitás razones, yo necesito besos.
Me besas, pido una razón.
Te doy razones, me devolvés besos.
Te vas otra vez, te lloro, te extraño... sigo sin razones.
Me voy otra vez, volvés a buscarme, seguís sin razones.
Hablando de círculos, qué estresante es el nuestro.
Cuántas vueltas vas a dar a esta rotonda...
para que siempre te ceda el paso, nauseabunda.
A medida que cada vuelta me destiñe, todo esto se vuelve un poco menos atinado.
Pero sigo yéndome y seguís volviendo a tocarme la espalda.
¿Eso seré? ¿Una puerta que siempre abre?
Estoy mareada, puedo frenar en cualquier momento y vas a chocarme dura y fría.
Todo dado vuelta, volarán nuestras cabezas...
y cuando me veas lejos, sobrarán las razones
Y faltarán los besos.
Vas a volver cuando me frene por completo, cuando ponga cerrojo a tu mar de putas dudas.
Vas a volver porque siempre te hice sentir que eras un engranaje clave para este sistema de mierda que te dejé forjar.
Me equivoqué.
Vas a volver.
No voy a estar.
