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Muchas gracias a todos los que leéis mi historia y, sobre todo, a los que me habéis dejado vuestro comentario: Snape_es_mi_pastor, BoxPandora, mabel-chan13, Gappss, miushinoshmi, Persefone90, Grody10, xcUnicorxc. También quiero agradecer a Persefone90 que haya mencionado mi historia en su fic.

Aquí os dejo el nuevo capítulo. Espero que os guste.

OoOoO

Capítulo 5

Cuando Harry despertó por la mañana, le dolía cada rincón del cuerpo y no se sentía capaz de abandonar el calor y la comodidad de la cama del capitán, que se había levantado a punta de alba, como cada día.

Sin embargo, recordó que el barco todavía necesitaba ser reparado y que seguramente todos estarían ya manos a la obra, por lo que se obligó a poner los pies en el suelo y se vistió con parsimonia.

Se sorprendió al encontrar sobre el escritorio un abundante desayuno y se dio cuenta de que estaba famélico cuando las tripas le crujieron con furia. De pronto recordó la noche anterior y no pudo reprimir una sonrisa: no habían cenado nada, así que el capitán había tenido el detalle de hacer que le trajeran aquel espléndido desayuno al camarote, sabiendo que por la mañana estaría tan hambriento que sería capaz de comerse las piedras.

Dio buena cuenta de todo lo que había en la bandeja y después subió a cubierta, sintiéndose con mucha más energía. Lo que no esperaba era que todos lo mirasen de aquella manera. Por algún motivo, un silencio se hizo entre los marineros cuando él apareció. Cohibido, susurró un quedo "buenos días" que salió ronco y áspero, y de inmediato se acordó de los incontrolables gritos y gemidos que había proferido la noche anterior sin importarle nada ni nadie. Entonces se dio cuenta de lo que pasaba y sus mejillas se encendieron de un rojo furioso. Lo habían oído todo. Habían oído sus explosiones de placer mientras el capitán le regalaba el mejor -y el más escandaloso- orgasmo de su vida.

—¿Buenos días? —sonó una voz a su espalda, cargada de rabia—. ¿Quién te has creído que eres?

Draco Malfoy lo miraba con un odio visceral que rezumaba de su rostro y de sus palabras. Los ojos brillantes, los puños apretados a ambos lados del cuerpo, los labios fruncidos, las aletas de la nariz temblando enfurecidas. Parecía un búfalo a punto de embestir.

—¿Qué problema tienes, Malfoy? —preguntó, sin amilanarse.

—Mi problema eres tú, Lord Potter —¿Cómo podía lograr que su propio nombre sonase como un insulto y su título como una burla?—. Te dije que te alejaras del capitán, que no te atrevieses a tocarle.

Harry se cruzó de brazos, harto del rubio.

—Pues lo siento por ti, pero anoche él no tuvo ningún reparo en tocarme a mí y hacerme muchas más cosas, además.

El primer puñetazo ni siquiera lo vio venir. Ocurrió tan rápido y fue tan imparable, que sólo descubrió que había sido golpeado cuando se encontró en el suelo y con el rubio inclinado sobre él a punto de pegarle de nuevo. Apartó la cara con rapidez, pero no la suficiente como para evitar que el puño impactase de nuevo sobre ella. A partir de entonces, sus propios puños se pusieron también en movimiento.

Mientras se peleaban, los piratas hicieron corrillo a su alrededor, jaleando a Draco para que le diera una paliza a aquel noble que campaba por su barco como si le perteneciera. En determinado momento, Ron y Hermione se hicieron paso entre los marineros, intrigados por ver qué ocurría, y ella soltó un agudo chillido cuando vio que era su señor quien se estaba peleando.

Entonces el capitán Snape se plantó en el centro del corro que se había formado y se produjo un silencio total en la cubierta, con la única excepción de los gruñidos y sonidos del forcejeo entre los dos luchadores.

El príncipe de los maresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora