Muchas gracias a todos los que leéis mi historia y, sobre todo, a los que me habéis dejado vuestro comentario.
Aquí os dejo el nuevo capítulo. Espero que os guste.
OoOoOoO
Capítulo 4
La frenética y placentera actividad sexual se prolongó por largos minutos, durante los cuales Harry aferró las sábanas con ahínco, necesitado de un punto de apoyo. Sus gemidos ahogados se entremezclaban con los jadeos del hombre que se movía encima de él. Snape le clavaba los dedos en las caderas para embestir con más fuerza contra su voluntarioso culo.
El chico se sentía al límite. Incluso teniendo en cuenta que su henchido miembro no recibía mayor atención que la que le proporcionaba la enloquecida fricción contra el colchón, sabía que no iba a tardar mucho más en correrse, porque la presión intermitente contra su próstata le estaba haciendo llegar al cielo con rapidez. Sin embargo, no anticipó que su orgasmo se iba a precipitar por una simple frase, pronunciada junto a su oído por la áspera voz del capitán:
—Córrete para mí, Harry, córrete conmigo clavado hasta el fondo.
Eso fue demasiado para él. Como si fuera una orden ineludible e impostergable, Harry gimió más hondamente; sus caderas se proyectaron hacia delante en cuatro erráticas estocadas, perdiendo el ritmo que habían alcanzado juntos; y se corrió con fuerza mientras Snape se vaciaba al mismo tiempo en su interior.
Sudorosos y agotados, los dos cuerpos cayeron a plomo y se quedaron tumbados; incapaces de moverse, pero disfrutando al máximo de la deliciosa sensación de piel contra piel y del calor del otro mezclándose con el propio, mientras intentaban calmar sus desbocados corazones; Harry, bocabajo sobre el colchón y con la mejilla apoyada sobre el dorso de las manos; Snape, tendido sobre él.
Se sentía tan a gusto disfrutando del peso del cuerpo del hombre, que había caído en un leve amodorramiento, por eso no pudo evitar un pequeño gruñido de disconformidad cuando el capitán se movió inesperadamente y pareció buscar algo en el cajón de la mesita de noche.
—¿Qué...? —Empezó a preguntar, girando un poco la cabeza para descubrir qué hacía, pero se calló de golpe y abrió los ojos asombrado cuando vio que el capitán había cogido una pluma, un tintero de cristal y un trozo de pergamino con algo escrito encima—. ¿Esa es la carta que estabas escribiendo el día que llegué?
—Mmm... —murmuró el otro a modo de respuesta.
—¿La guardabas ahí? Yo creía que estaba en el cajón cerrado con llave del escritorio.
—¿El cajón del escritorio que intentaste abrir, quieres decir?
—¿Cómo sabes que lo intenté abrir?
—Si no lo hubieras intentado, no sabrías que estaba cerrado con llave.
Harry se mordió el labio inferior, sabiéndose descubierto por su propia estupidez. Intentó darse la vuelta y ponerse bocarriba, pero Snape, sentado a horcajadas sobre la parte baja de su espalda, no se lo permitió.
—No me has contestado, ¿es esa la carta?
—Sí —respondió el hombre, con tono divertido—, es la carta que intentaste leer por encima de mi hombro, la que no buscaste en ningún otro sitio del camarote porque te pareció que el único lugar posible en el que podía guardarla era el más elemental y que quedaba más a la vista, demostrando tu absoluta falta de juicio al descartar cualquier otra posibilidad menos evidente. Por eso la guardé en este cajón. Sabía que, simplemente, no se te ocurriría buscarla aquí.
—No hace falta que te pongas tan condescendiente conmigo —refunfuñó Harry, herido en su orgullo.
Snape resopló divertido, extendió el pergamino sobre la espalda del chico y empezó a escribir. Varios minutos transcurrieron en silencio, el capitán, sumido en su tarea; Harry, intentando morder la pregunta que quería escapar de sus labios. Al final, sin embargo, la curiosidad pudo más y el chico fracasó en su empeño.
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El príncipe de los mares
Fiksi PenggemarUniverso alternativo en que Severus Snape es un capitán pirata en los mares del Caribe. El capitán Snape y su tripulación abordarán un barco y encontrarán un botín que no se esperaban. Slash. Snarry. Severus/Harry. UA. Aventuras, romance, piratas.