Capítulo 3. Claire aquí, Claire allá.

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Una semana después me dieron el alta. ¡Ya era hora de salir de ese infierno! Allí dentro el tiempo pasaba lentísimo. Respecto a lo de Claire... No volví a verla en ese tiempo. Tenía muy claro que podría haber sido un efecto secundario de todo lo que me daban en el hospital.

-Cómetelo. -Dijo mi madre tendiéndome una magdalena.

Al principió me negué, no tenía hambre, acababa de desayunar, pero acabé accediendo para que mi madre se callara. Subimos al coche y nos dirigimos a la casa de mi padre. Esta vez conducía él, mi madre se sentó en el asiento de copiloto y Abigail, Paul y yo detrás. No desconfiábamos de Paul, solo que aún no estaba en condiciones de conducir. Cuando llegamos, pasamos al interior y los adultos se quedaron fuera. Me encantaba la casa de mi padre, era enorme y con unos alrededores preciosos. Aunque estaba un poco alejada de la ciudad, era perfecta. Me fui a mi habitación con las maletas y las dejé encima de la cama.

-Bonita casa. -Dijo alguien detrás de mí.

Dejé ir un grito ahogado y me gire bruscamente buscando quién había hablado. De nuevo me crucé con los preciosos ojos de Claire.

-No es real... -Me dije a mi mismo cerrando los ojos. -No lo es...

-¿Lucky?

-Claire.

-¿Sí?

-Deja de torturarme, ¿quieres?

-No te torturo, ya te dije que no fue tu culpa.

-Oh, la Virgen, me estoy volviendo loco. -Murmuré saliendo de la habitación.

-¡Espera! -Gritó Claire. -¡Solo quiero hablar contigo!

Cerré la puerta detrás de mí y casi me choqué con Abigail, quién me miró con el ceño fruncido.

-Deberías estar más atento.

-Perdón.

Miré detrás de ella y vi que Claire trataba de mirarme por encima de su hombro. Di un paso atrás sintiendo mi corazón volver a latir a mil pulsaciones por segundo. Abigail pareció percatarse de mi alteración.

-¿Todo bien? -Preguntó mirando tras ella extrañada. Claire alzó una ceja y miró a Abigail, quién miró más allá de ella. Se volvió hacia mí y me dijo algo, pero yo solo escuché la voz de Claire.

-Odio esto de que no me vean.

Parpadeé y, dejando a Abigail con la palabra en la boca, fui a buscar a mi padre, quién estaba sentado con su novia Susan. Me senté junto a ellos como si así pudiera evitar que Claire viniera. Para mi sorpresa no volvió a aparecer. Poco a poco, me quedé dormido en el sofá.

**

Salí al recreo y me encontré con mis amigos donde siempre. No parecían los de siempre. Estaban serios y me miraban con mala cara. Cuando nos sentamos en el banco de siempre, se me ocurrió preguntar:

-¿Pasa algo?

Todos volvieron la mirada hacia mí y se rieron con ganas. No era una risa agradable. Parecía que se rieran de mí.

-Que eres un bicho raro. -Dijo Ethan entre risas.

-¿Qué? -Pregunté consternado.

-No eres como nosotros. -Volvió a decir.

-Ethan, ¿qué estás diciendo?

-Que te alejes de nosotros.

Se levantó y me empujó haciéndome caer hacia atrás. Todos se pusieron a mí alrededor y me patearon. Cerré los ojos y dejé de notar el dolor del cuerpo cuando escuché a alguien decir "Lucky" en la lejanía.

A TODAS HORASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora