Capítulo 6. Nada tiene sentido.

104 12 8
                                    

Se dio la vuelta y pude ver sus pupilas dilatadas. Mierda, iba drogado… Las cosas se estaban poniendo más feas por cada segundo que pasaba. En estas situaciones lo mejor era ser como un perro sumiso, no decir nada y que la suerte te acompañara. Se acercó a mí, pero yo retrocedí por instinto.

-Vamos, ¿no quieres divertirte conmigo? –Preguntó.

Escuché a Abigail llorar aún más fuerte, lo que me puso los pelos de punta. Apreté mis puños y di un paso adelante.

-Cuando quieras.

Richard sonrió levemente.

-Tu hermana ha roto mi CD. –Dijo solamente.

-Seguro que no lo hizo a propósito.

-Me da igual si lo fue o no, ella no se merece tener la vida que tiene.

-¿Qué? –Pregunté notando que el corazón me martillaba el pecho. -¿Estás loco? ¡Es solo un CD!

-Puede.

Se rió y siguió avanzando amenazadoramente hacia mí. Yo no tuve otra que retroceder por su cercanía. Podía golpearme en cualquier momento. Choqué mi espalda contra la pared y maldije por lo bajo. Me cogió del cuello de la camiseta y me elevó un poco del suelo. Ahora venía lo de cada día. Puñetazo en el estómago, insulto y amenaza.

Richard me golpeó el estómago sacándome un grito de dolor y me insultó de mil formas diferentes. Abigail gritó mi nombre y trató de llegar dónde yo, pero Richard se giró y la empujó violentamente.

Venga, Richard, no te cortes, ahora falta la amenaza.

-Como digas algo de esto a tus padres, juro que te mataré a ti y a tu hermana.

 Sonreí levemente. Sentía unas ganas tremendas de sacarlo de quicio, aunque sabía que eso tendría repercusiones.

-¿Y qué si les digo?

-Te vas a enterar.

-Vamos, ¿qué hay peor que lo que estás haciendo con nosotros?

-Cosas peores, mucho peores…

Entorné los ojos y él sonrió con arrogancia.

-Antes de que puedas decir o hacer algo, ya habría llamado a la policía. –Contraataqué.

-¿A sí? ¿Y por qué no lo has hecho ya?

Hice una media sonrisa. Pasé una mano por mi bolsillo y saqué disimuladamente mi móvil. Richard no pareció percatarse, pero mi plan se arruinó justo cuando estaba a punto de acabar el número. Abrió los ojos como platos y sacó mi Iphone de las manos tirándolo lejos de mí. Escuché un sonido de romperse algo.

-¡Oh, no, tío! ¡Que vale dinero! –Me quejé.

Richard me soltó el cuello de la camiseta y yo aproveché ese momento para escabullirme de él.

Corrí hasta Abigail y la cargué en mi espalda antes de abrir la ventana y mirar a través de ella. No parecía muy alto, vivíamos en una casa y estábamos en el segundo piso. En realidad sí que era alto, pero quería convencerme de lo contrario.

-Mejor eso que no lo que sea que nos pueda hacer Richard. –Pensé.

Miré hacia atrás, a Richard, que ya se acercaba a grandes zancadas dónde nosotros. Dirigí mi mirada a Abigail por encima de mi hombro.

-Cógete fuerte.

Ella se cogió a mí con fuerza y mis brazos quedaron libres. No se podía decir que era un peso pluma (era esbelta, pero mayor y sus huesos pesaban más, obviamente), mas tenía suerte de que yo hiciera gimnasio y además fuera más alto que ella. Me subí a la repisa exterior de la ventana y sentí la mano de Richard coger mi brazo con fuerza. Me giré hacia él y le propiné con un puñetazo en la cara.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 05, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A TODAS HORASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora