Capítulo 5. Bienvenido a la vida real.

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Aún siendo tan temprano, me levanté de la cama y me vestí. Con el corazón acelerado, traté de bajar las escaleras con el mínimo ruido. Cuando salí, giré la cabeza hacia los dos lados tratando de situarme. Estaba en la calle del pueblo dónde vivía mi madre. Eso quería decir que tenía cinco minutos hasta llegar a la casa de Claire. Sin hacer caso de Abigail, quién estaba detrás de mí preguntándome qué rayos hacía, eché a correr. Los minutos que estuve corriendo, creo que fueron los más largos de mi vida. Quería volver a verla y, sobre todo, expresar lo que sentía por ella… Porque de alguna manera, ese sueño había despertado algo intenso en mi interior. Toqué el timbre de su casa y miré la hora de mi móvil. Las siete de la mañana. Su familia iba a matarme por ir a su casa tan temprano estando de vacaciones de Navidad.

-¿Luke? ¿Qué haces aquí? –Preguntó el padre de Claire.

-Necesito verla. –Le respondí sin hacer mucho caso mirando por encima de su hombro.

Y entonces la vi. Se acercó soñolienta rascándose un ojo.

-Vete papá, yo hablo con él.

El padre de Claire asintió y ella me miró inquisitiva.

-¿Pasa algo Lucky? –Bajó su mirada por mi cuerpo y frunció el ceño. -¿Dónde vas con manga corta? ¿Es que quieres coger una pulmonía?

No le contesté con palabras, sino con un beso. La atraje a mí todo lo que pude sintiendo su calor y, de repente, dejé de tener frío. Sus labios eran suaves y, por cada paso que ella hacía hacia atrás, yo también lo hacía para delante tratando de que no hubiera distancia entre nosotros. Finalmente posó su mano en mi pecho para alejarme suavemente.

-Lucky… -Susurró.

-Claire, te quiero. –Le dije entrecortadamente. –No te vayas de mi lado, por favor.

-¿Se puede saber qué te pasa? –Preguntó nerviosa.

-Que me he dado cuenta de mis sentimientos.

-¿Te encuentras bien, Lucky? ¿Es que ya no eres el Luke Evans mujeriego, popular, amigable hasta no poder más y, sobre todo, que no cree en el amor?

-Me he dado cuenta de que el amor de verdad existe, y lo tengo ante mí.

Me incliné para volver a besarla pero ella puso su mejilla en medio y mis labios se posaron en su cálida piel. ¿Estaba rechazándome?

- Recuerda que estoy con Mark… -Susurró a pocos centímetros de mis labios.

-Oh, sí, Mark… -Me alejé rascándome la nuca. –Lo siento.

Ella sonrió y sus ojos tomaron un brillo divertido que me extrañó un poco. Tartamudeé un, “felices navidades” y ella puso la cabeza gacha.

-Pero si hoy es el último día de vacaciones navideñas.

-¿En serio? –Ella alzó una ceja. –Oh, sí, sí, ya lo sabía. Bueno pues… Nos vemos mañana… En el instituto. –Eso ultimo pareció más una pregunta que nada.

Me volví a mi casa despidiéndome de ella con un beso en la mejilla pero, antes de entrar, decidí ir al parque de al lado para poner en orden mi cabeza. Cuando llegué me senté en el frío césped y me froté los brazos buscando calor.

¿Había sido un sueño? ¿O esto era un sueño? No tenía nada claro. Si había besado a Claire eso significaba que era real, por lo tanto, todo lo de antes…

-Buenos días, primito. –Saludó Elizabeth sentándose a mi lado y cogiendo a su perrito raza yorkshire para subirlo a sus piernas.

Ahora se me hacía extraño reconocerla como prima, teniendo en cuenta que fue ella la que me animó cuando no tenía a nadie con lo de Claire. Se inclinó y me dio un beso en la mejilla de buenos días.

A TODAS HORASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora