Prólogo

44 5 6
                                    


Yo Abigail Juliana Smith hice una promesa a mi familia pero no logré cumplirla.

Y todo sucedió muy repentinamente pero a la vez estaba muy previsto, así sucedió todo.

Baje de mi motocicleta y salí corriendo hacia el gran edificio que estaba delante de mi y mi enemigo, eran las 10:45 pm y tenia que matarlo a él, Mark Scott, con mi fusil en mano, subí por las escaleras hasta la terraza, el edificio estaba completamente vacío y oscuro, es muy raro, dije para mi misma, llegue a la terraza, me agache en la esquina, posicione el fusil y visualice a Mark, estaba en el penúltimo piso del edificio, hablando con Edgard Miller, un empresario con mucho billete y igualmente enemigos, al lado de Miller estaba su perra personal, Amber Brown, sonriendo con una sonrisa más falsa que mi abuela, apuntando a la cabeza de Mark, espere el momento justo, respire profundo y le disparé , sintiendome satisfecha por haber hecho bien mi 'encargo', así le digo yo, pero algo fallo, un tipo se atravesó y lo recibió él en el pecho, todos voltearon a mirarme, algunos sorprendidos, otros con cara de 'ya me lo esperaba',otros con temor pero lo que más me llamo la atención fue que Mark, Edgard  y la perra me estaban mirando con una sonrisa, me dio un poquito de pánico y rápidamente me pare del suelo cuando iba a salir corriendo me llego un disparo en mi pierna derecha.

—Mierda. —Dije antes de coger mi fusil y mirar a todos lados, mire un francotirador que estaba en el edificio de Mark, ¿cómo no me había dado cuenta?, ni yo lo sabia, visualice al tipo y le dispare en la cabeza, salí corriendo o mejor dicho cogeando, como alguien perseguida por el mismísimo diablo, baje las escaleras en dos en dos, pero fue el mayor error que una persona pudo haber cometido, mi fusil se enredo con mis propias piernas por la velocidad que llevaba y caí rodando por las escaleras.

Cuando termine en el sexto piso del edificio, me pare, mi pierna estaba sangrando mucho, amarre mi camisa alrededor de mi pierna y seguí "corriendo" . Unos minutos después escuche pasos de alguien subiendo las escaleras, con mi pecho agitado,cambie el fusil por una pistola, coloque el silenciador y la cargue, me prepare para recibir a la persona, nos disparamos al mismo tiempo, hice una mueca, me llego al hombro.

—Carajo.—Dijo el tipo delante de mi, mirándome con rabia y frustración, ¿Quien no lo haría cuando acaba de recibir un tiro de mi parte? Aunque yo también lo recibí de su parte, nuevamente dispare, a su pecho y luego a su cabeza, cayo al piso como una roca, ¿muerto?, siempre.

Baje todo el recorrido de las escaleras disparando a todo al que se me atravesara, las heridas no me ayudaban mucho, el hombro no me permitía levantar el brazo y disparar era más difícil, salí cogeando por la puerta trasera del edificio, llegue a mi moto, la encendí como pude y me fui de ese lugar lo mas rápido posible, ya que la policía estaba detrás de mí.

Llegando a la quinta avenida la policía me encerró, sentí pánico, me iban a meter a la carcel y apenas tengo 16 años.

—Baje de la moto, coloque sus armas en el piso y lleve sus manos en la cabeza.— Dijo un policía con un megáfono, yo por supuesto no quiero ir a la cárcel, nunca pero nunca me iba a dejar encerrar en la cárcel.

—Nunca le voy a dar ese gusto.—Dije cogiendo mi pistola y disparando como pude a los cuatro policías frente a mi, acelere la moto a 200 kilómetros por hora, perdiéndome en la fría noche.

Todo lo peor había pasado, eso había pensado yo, pero no fue así, llegue a la empresa de mi padre, subí al veinticinco piso y hay me esperaba toda mi familia, que solamente era mi madre y padre.

—Espero que te hayas encargado de él no quiero otro defraude como lo hizo tu hermano mayor.—Dijo mi padre con su típico rostro, mirada seria, frente arrugada y voz gruesa.

Never©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora