Give Me A Reason To Start Again (Oliver Sykes Y Tu) [TERMINADA]

Capítulo 16

Tomo mi maleta y salgo al pequeño Lounge, todos los chicos están allí, incluyendo a AA. La gira termino y por fin hemos llegado a mi ciudad.

Mi padre debe irse directamente al aeropuerto ya que la gira por Europa empieza en un par de días.

El resto de BMTH, regresan a Reino Unido, al igual que los chicos de AA.

Mi padre está hablando seriamente con Oliver, sobre que debe "cuidarme" muy bien bla bla lo típico.

—ya estoy lista. —digo interrumpiendo su charla, por suerte.

—ya estamos por llegar. —contesta mi padre.

—ven y despídete decentemente de mí. —dice Alan.

Lo abrazo fuertemente, lo voy a extrañar.

—cuídate. Pero en especial, no te termines enamorando de él. —susurra en mi oído.

Muy tarde, ya lo estoy. Lo miro confundida, pretendiendo que no entiendo su comentario. Pero ya no dice nada.

Me despido del resto de los muchachos.

—No te olvides de mí. —dice fingiendo llorar. Dramático.

— ¿Cómo voy a olvidarme de ti? Eso jamás, Danny. —lo abrazo.

—usen condón. —susurra en mi oído.

Maldito Danny. Lo fulmino con la mirada.

—preciosa, ¿no quieres mejor venir a Inglaterra con nosotros? Estarás mejor con nosotros. —dice Ben o mejor dicho grita, para que Oliver lo escuche.

—estaré bien. —suspiro cansada. —aparte no puedo faltar más a la escuela.

—entonces en verano. —sonríe y deposita un beso en mi mejilla.

Solo falta mi padre.

—detesto esto, de verdad. Odio las despedidas. —dice con un gran suspiro.

Nos abrazamos con fuerza por al menos cinco minutos, antes de separarnos besa mi cabeza.

—cuídate papá. —sonrió leve.

—igualmente, conejita. Hablaremos todos los días, Y pórtate bien. Nada de estar con Matt a solas en la casa, conoces las reglas.

Oliver me ve con confusión y con el ceño fruncido. Genial.

—solo es un amigo. —digo totalmente incomoda.

—hemos llegado. —dice Oliver, tomando nuestras maletas.

Bajamos y con un rápido gesto decimos adiós.

Tomo las llaves y abro la puerta. Hogar dulce hogar.

Dejamos nuestras cosas en la estancia e inmediatamente, me carga al estilo nupcial, rio sorprendida.

Sube las escaleras y yo me aferro a su cuello.

Conoce muy bien, la casa, por lo que sabe cuál es mi habitación. Lo ayudo a abrir la puerta de este.

Me deposita con delicadeza en la cama.

—no sabes cuánto he deseado esto. —susurra.

Esta encima de mí, procurando no dejar caer todo su peso.

—me encanta estar así contigo. —admito con una enorme sonrisa.

Nos besamos con delicadeza, sin prisa alguna. Amo el sabor de sus labios. Nuestras lenguas jugueteando sin parar.

El beso lento, empezó a tornarse con mucha más intensidad, nos separamos para coger aire, pero en seguida nuestros labios volvieron a moverse al compás saboreando cada segundo.

Tomo algo de valor y ahora yo soy la que quedo arriba, sus manos se posan en mi cadera sosteniéndome, las mías se quedan en su pecho.

Mi blusa es arrancada y aventada en algún lugar del cuarto. Trato de sacar su camiseta, pero fallo notablemente. Ambos reímos por mi torpeza, yo más por vergüenza.

—amo cuando te sonrojas. Te ves tan inocente. —sus ojos se llenan de un extraño brillo.

Quedamos como en el principio. Él encima.

Continuamos besándonos, explorando cada pequeño rincón.

Muerde sin mucha delicadeza mi labio inferior, gimo ante el contacto.

Nos despojamos del resto de nuestras ropas. Ahora solo piel contra piel.

Toma algo de su billetera, un sobrecito metálico. Se coloca el preservativo y entra en mí de golpe, gimo de dolor un poco. Todavía no me acostumbro, pero no es tan doloroso.

Así continua, penetrándome, ahora entrando con más delicadeza. Los dos gemimos sonoramente, disfrutando de esta hermosa soledad.

—Oli..ver. —digo entrecortadamente.

—oh...nena. Estas tan estrecha. —dice con la voz ronca.

Los dos llegamos al orgasmo casi al mismo tiempo.

Terminamos acurrucados en la cama, con la respiración agitada. Lo último que siento es como besa mi frente, hasta que mis ojos se cierran de cansancio.

(...)

Despierto gracias al sonido insistente de mi teléfono. Oliver me tiene rodeada con sus brazos.

Con delicadeza me levanto, envuelta en una sábana. Alcanzo mi celular rápidamente sin ver quién es.

—_________, me has tenido muy abandonado. —dice mi amigo Matt con lago de enojo en su voz.

—lo siento. Pero acabo de llegar y lo primero que hice fue dormir. —muerdo mi labio recordando lo que paso hace unas horas.

—veámonos hoy. Tienes que contarme como te fue. Voy para tu casa. Bye.

Ni siquiera puedo negarme porque corta la llamada. Necesito despertar a Oli. No puede encontrarnos así.

—hey, Oli. Despierta. —lo sacudo con delicadeza.

— ¿Qué pasa nena? —dice soñoliento.

—mi amigo Matt no tarda en llegar. —muerdo mi labio.

—No le abras la puerta o dile que se vaya. —ordena.

—es mi mejor amigo Oliver. No puedo correrlo, solo porque tú quieres. —digo algo molesta.

—no quiero sonar posesivo, pero ese tal Matt no me da buena espina. —frunce el ceño.

—pues lo estas haciendo. Anda levántate, te caerá bien.

Camino hacia mi closet, elijo mi ropa interior. Tomo una sudadera gris y unos shorts negros.

Camino hacia el baño, me alisto y salgo.

Oliver ya no está en el cuarto.

Escucho su voz y la de Matt. Seguro llego cuando estaba arreglándome. Bajo las escaleras y me encuentro con ambos sentados cada uno en cada extremo de la sala.

Oli viéndolo fijamente con enojo y Matt intimidado por su mirada. Al verme este suspira con alivio.

Se levanta y me abraza, le correspondo, pero Oliver tose falsamente y nos fulmina con la mirada.

Va a ser una tarde algo intensa...