BUSTED'n BLUE

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Flotaba en la inmensidad cuando tú presencia ya me faltaba,
no sabía que hacer, tampoco podía correr.

Comencé a recapitular los hechos
paso a paso,
duros contra mi pecho.
No tengo como reprochar
lo que jamás tuvo el derecho de ser mío,
éramos dos células pérdidas,
dos entes sin lugar.

Quisiera poder haberme ido,
o al menos no llegar tan lejos,
estoy en punto de no regreso
estoy varado en tu inmensidad.

A tu lado hubo carencias,
y sin contar las tristezas
me decidí quedar.
Tuve hambre,
tuve sed,
tuve miedo,
aún a pesar de todo ello
decidí quedarme
pues te había escogido a ti
al menos ese momento.

Fue más tu ausencia que tu presencia
fue toda esta indiferencia
era triste todo esto
era todo interferencia.
Cuando te decidiste alejar
sentí haber muerto,
ya no quería seguir
ni contigo ni con la vida.

Me quitaste todo deseo y derecho
toda libertad de continuar.
Solo flotaba a la deriva
navegaba sin bandera,
era náufrago, era un maldito,
todas tus penas
eran las que me hacían flotar.

Cada día descendía un poco más
quería saber si de asfixia se podía morir,
si es que dolía el huir.

Encontré que no hay ningún punto
en el que el mar se fusiona con el cielo
tal como tú decías,
eran solo mentiras
quizás ni si quiera me querías.

A tu lado conocí la belleza,
supe percibir lo invisible,
Fui el único
que supo apreciar lo que había dentro de ti,
pues eras una racha de indecentes
que solo te buscaban un momento
y te dejaban sin más.

Tus corrientes frías y cálidas
eran el pan de cada día,
a veces no sabía si eras calma o tempestad,
pero supe vivir con ello
tuve la valentía de intentar.

Y fue una voz en la orilla
un grito desesperado que me llamaba.
No había notado
que solo eras una salida
un abandono a mi realidad.
Quería alejarme de ellos
pero no sabía ser nada solo,
pues contigo la vida era igual.

Me acerqué lentamente
nadé hasta acercarme un poco más,
me tomo en sus brazos y me sostuvo.
La sal del agua fue lo único que se fusionó con mis lágrimas.
Cuando por fin tuve la fuerza para irme
sentía frío,
tenía miedo de dejarlo todo
pero hoy te aseguro que ya todo se ha ido,
que por fin puedo dormir feliz.

Nuestro barco
se hundió en altamar,
pues no había pasajeros
tampoco capitán.
Cuando el huracán llego
solo volaron los restos
de nuestro primer velero.
Tú flotaste a la orilla,
yo me hundí
hasta naufragar.

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