SYNERGIE

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Después de tanto pensarlo
ya no me quedaba mucho que decir,
las batallas de mi cabeza
eran más duras que mis palabras.
Todo lo que debí haber dicho
quedó guardado en un recuerdo.

¿Que más pude haber hecho?
Jugábamos bajo tus reglas,
bajo tu techo.
No importaba cuanto lo intentará,
siempre salía perdiendo.

Estábamos tan felices,
eras el amor de esta semana.
Pero mientras más pasaba el tiempo,
más cuenta te dabas que te usaba
más cuenta me daba que no me gustabas.

Pensarás que un idiota soy,
quizás puede que tengas razón.
Soy yo el que pasó horas al teléfono
buscando si había algo en tu voz
que me hiciera cambiar de parecer.

Pero mientras más hablabas, más callaba.
Cuando te ibas me tranquilizaba.
Porqué cada vez que te recordaba,
los ojos llenos de dolor cerraba.
Tengo el cuerpo lleno,
de simbologías de tu dureza,
marcas en la cabeza.

Es tu unión la que no funcionaba,
la manera en que esto caminaba
rara vez tenía resultados
pocas veces lo encontraba.
Las luces que brotaban a mi alrededor
me pedían que me retirará.
Hoy es más un hecho, más que un anhelo.

Difícilmente tengo la culpa de esto,
debes entenderlo primero.
No seré yo quien acabe con tu matrimonio,
serás tú y tu maldito odio.

Pero no quiero ser una pieza más de tu martirio,
aún cuando sabes que tú eres el dolor y la reacción.
Recuerda que en el momento que ponga un pie fuera,
cuando esté del otro lado de la puerta,
con o sin mi,
todo se ira a la mierda.

Tú me enseñaste a ser así de duro,
me dijiste que nunca debía
de creer en alguien más.
Me interpuse entre la puerta y tú
y a pocos centímetros de tu cara,
las ganas de desaparecer se disiparon en el centro de la Tierra.

A pesar de que encontré refugio,
nadie me protegió.
Ahora tú estás en mis plantas
y jugaremos de nuevo este juego.

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