S i e t e

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—¿Qué haces aquí?, hay al niño lo arrestaron cierto? Jajajaja— Su cabello ya no estaba arreglado como la noche anterior, sino que estaba alborotado, su ropa arrugaba, tenía labial en el cuello, de seguro pasó la noche con Steysi, lo cual no me sorprende siempre ha sido y será una maldita perra.

Los policías que lo llevaban arrestado pararon enseguida, genial uno de ellos era Flores y el otro era Han Chan (el segundo amigo y colega de papá, originario de Corea del Sur).

—A ti también ¿no?, de otro modo lo veo que igual estés acá cariño— Al decir eso Flores le apretó el brazo derecho el cual sostenía, haciendo que Lucas pusiera una cara de desagrado y retadora.

—Más respeto para la señorita, si que quieres pasar 48 horas preso— Respondió Flores con seguridad, intentado intimidar a Lucas, lo cual me alegra.

—¿Y eso por qué?, solo me habían dado 24 horas, además quién es ella para que me hable así— Hablo dandole una mirada fría.

—Pues nadie importante, solo es la hija del comandante que te dio solo 24 horas, no entiendo cómo no te dio más tiempo encerrado maldita escoria—

—Para mí no es nadie importante y la trato como se me de la gana creo que valdrá la pena estar encerrado más tiempo— Hablo tan descaradamente sin importarle las consecuencias.

—Déjalo no tiene caso hablar con el, nunca entenderá, espero y lo encierren bien Flores— Respondí sin más que decir ya que era cierto, tratar de entablar una conversación, es como hablarle a la pared, por más que se le digan las cosas, no entiende.

—Así se hará pequeña, ¿ya te vas?, si quieres puedo llevarte tu padre estaría de acuerdo— Flores se ofreció llevarme a casa, ya que aún traía las cosas que había comprado.

—Esta bien, pero ¿y el?, ¿no es tu hora de trabajo?— Me preocupo el hecho de que le llamaran la atención, por faltar a su trabajo.

—Pues es mi hora de mi almuerzo la verdad, y por el, Han se puede encargar ¿Cierto?— Volteo para verle a la cara, en cuanto a Han...

—Claro, no es ningún problema, sería todo un placer meterlo preso por daño a la propiedad ajena—

Oh, ahora el niño de papi se dedica a robar, genial otro Brayan para la sociedad...

—Yo no robé nada, solo que.. bah no tengo que darte explicaciones a nadie ¿nos vamos?— Habló como si quisiera en verdad estar preso, ósea para librarse de mi.

—Flores no te molestes puedo ir sola, nos vemos—

Salí de la conversación despidiéndome de todos menos de Lucas, me pare enfrente del ascensor plateado presione un botón esperé a que abriera, para luego salir de la comandancia, tome un taxi ya que me dejaría enfrente de mi departamento, pague y baje, camine del jardín a la entrada principal subí las escaleras hacia el doceavo piso, camine hacia mi apartamento 17 B, saque mis llaves y abrí la puerta café de madera muy hermosa, entre y encendí las luces estaba muy ordenada, entre a la cocina color salmón con un toque de marrón y acomode todo lo que había comprado en la alacena y algunas partes en la nevera.

—Hoy si fue un día algo agotador, que hago ahora?— Miré el reloj, eran las 2:50 pm, como es que tarde tanto en la comandancia, tomando en cuenta que salí a las 10:00 am, luego tarde 1:30 comprando, luego a las 12:00 pm llegue con papa, como pude tardar tanto, no me dejaron tarea, ya no tengo amigas, estoy aburrida, diablos ¿que hago?...

Me pregunto qué habrá hecho Lucas para que lo arrestaran, bah olvídalo Elisa no vale la pena desperdiciar tu tiempo en el, me pondré a lavar algo de ropa, y ordenar lo que falte.

El fin de semana pasó muy rápido, me pregunto qué rumor habrán inventado de mí en la escuela ya que ahora Steysi ya no es mi amiga, quizá se habrá corrido uno que otro rumor, el cual no debo tomarle importancia.











(...)










Me encuentro ahora en mi cama encima de él, mientras mis piernas rodean su torso, lo beso desesperadamente al igual que el a mi, nuestras respiraciones cada vez son más aceleradas por el momento, el me quita la ropa que llevo con tanta desesperación, ahora él se posiciona encima de mi, deja una línea de besos de mi boca y va bajando poco a poco, yo me curveo gracias a la ola de placer que siento por sus besos.

—Quiero que grites mi nombre Elisa ¿entendido?— Yo solo asiento siento que no salen ni saldrán palabras de mi boca.

Quita mi sostén muy rápido para luego llevar uno de mis pezones a su boca mientras que con su mano izquierda acaricia la otra, yo solo puedo dar leves gemidos, lo que hace que sienta un gran bulto que me rosa constantemente en su pantalón.

Posicionó mis manos atrás de su nuca, empieza a meterme un dedo, lo que me hace brincar un poco, luego dos mientras los mueve poco a poco en círculos para finalizar con tres dedos, sacándolo y metiéndolo constantemente en mi zona íntima, lo cual provoca que mis gemidos sean más fuertes...

En la habitación que siempre está en silencio, ahora se ve invadida por nuestros sonidos y dulces gemidos de placer, que ahora son como música para nuestros oídos.

Me recostó en la cama con sutileza ya que me había dilatado un poco se quita la mayoría de la ropa y saca de sus bóxers su miembro bastante erecto, lo cual me sorprende el tamaño, lo cual ya no me incomoda, ahora quiero tenerlo dentro de mi.

—Ya metémela— Hablo con tanta desesperación que se nota fácilmente, no entiendo por qué hablo sin formular o pensar antes mis respuestas, pero este no es el momento de pensarlo.

—¿Cuál es la palabra mágica?— Si descaro es tan evidente quiere que le ruege, pero también lo desea tanto como yo.

—Por favor—

Me levanto y me acerco a él por encima de la cama, lo agarro del cuello y lo aviento a la cama, empiezo a bombear su miembro erecto, haciendo que suelte gemidos aún mayores.

—Oh nena sí que sabes hacerlo—

Yo suelto un pequeño gemido, para luego llevármelo a mi boca, empiezo besando y lamiendo su glande, y poco a poco voy bajando más, mis movimientos son más constantes, que por parte de él ahora siento que me folla la boca, y no me quejo no digo palabra alguna, solo se oye como me atraganto un poco gracias a sus movimientos.

Ahora él se sienta y con su mano derecha acomoda su miembro para que me siente, yo lo hago poco a poco empiezo con saltos leves, ahora brinco lo más que puedo, el besa mi cuerpo, yo solo disfruto del momento, ¿que si me encanta mucho? Pues no sé cómo explicarlo se siente bien, es genial, es un placer incomparable como a comer algo que te gusta.

Solo se oye el choque de su miembro con mi cuerpo mis gemidos lo hacen excitar más, después de llegar al climax siento como su líquido pre-seminal me llena inundándome por completo, el sale de mi muy lento tratando de no dañarme...

Me recuesta y baja a mi feminidad y la besa poco a poco..

—¿Pero no ya habías acabado?—

—Jajajajaja, nena esto solo es el comienzo—

—Pero... Que mier...—





























(~)

Mi amiga una maldita zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora