N u e v e

18 2 4
                                    

Lo que siempre había deseado, soñado y anhelado, ahora era pasando siento que es un sueño y que tarde o temprano me tocará despertar lo cual no quiero, y no lo deseo, siento una explosión en mi cerebro no lo puedo creer, sus labios suaves y carnosos están besando a los míos, aún sigo con los ojos abiertos y sorprendida, el sigue con los ojos cerrados su rostro está muy cerca al mío, ahora puedo ver con más detalle cada facción de su rostro.

Ya se me había olvidado cuando fue la última vez que bese a alguien, si mal recuerdo no lo he tenido, oh rayos soy una inexperta, espero y no mueva sus labios con los míos por qué va a parecer si tratara de besar un cubo de hielo, mis compañeras decían que: "para aprender a besar debes intentar con tu mano o con una manzana".

Quizá suene ridículo, por qué para mí si que lo era, tan solo verme haciendo eso sería raro, mi mayor temor esta que mamá o papá me encontraran besando una manzana o mi mano, saben la vergüenza que iba a pasar, y más que mis padres aman contar todo con la familia, a mí no me importaría ya que no solo yo soy torpe, diría mi madre: "Nadie nació sabiendo a caminar Elisa" Así que no había problema, el problema eran mis primas, envidiosas y cizañosas.

Nunca entendí por qué ellas eran tan hipócritas, me acuerdo la vez que me regalaron un conejito blanco por mi cumpleaños y lo llame "Kookie" era completamente blanco con una mancha café alrededor del ojo izquierdo, y si ellas les exigieron a mis tíos un conejo para cada una, lo malo es que se les murieron una semana después, y cuando iban a mi casa siempre lo molestaban y no me gustaba.

Incluso se llevaban mis juguetes por qué cuando iba a visitar a mis tíos, se me hacía extraño que tuvieran los mismos juguetes que yo, y cada día me queda sin que jugar, pero como era hija única y lo soy, papá se encargaba de comprarme más juguetes mucho mejores que los anteriores, provocando más la ira a y la rabia de mis primas.

Volviendo al tema del beso en el que no quiero romper, el abre poco a poco sus hermosos y claros ojos, mirándome fijamente se aparta con sutileza.

—Y..— Pregunta con una sonrisa ladina.

—¿Y?— Respondo aún anonada.

—¿Te gusto el beso?—

No sabía qué responderle, no puedo decirle si al momento, que tal y lo hizo por qué Lucas se lo dijo, aún no me creo que me haya besado por voluntad propia.

—No, besas pésimo alguien debería enseñarte a besar correctamente— Trate de hacerme la valiente, ofendida y sobre todo experta.

—Auch, ¿oíste eso que sonó?—

—¿Oír que?—

—El crujido de mi corazón al romperse en mil pedazos—

—Hay ya, pareces vieja exagerándolo todo, ¿sabes? Ya ni yo me comporto así— Hable sarcásticamente dándole un leve puñetazo en el brazo derecho.

—En fin, ¿quieres ir a tomar un café?—

—No me gusta el café— Por dios Elisa ¿que te pasa estas mal de la cabeza?, cuantas veces no fantaseaste con que te invitara a salir.

—O ¿quieres que vayamos a recorcholis?— Se veía tan lindo moviendo sus labios, esos labios me besaron, aún no se la razón exacta.

—No me gustan los juegos— Por todos lo cielos Elisa, estas demente.

—Ya se vamos al cine— Ya, basta no puedo negarme más, ¿o sí?.

—Prefiero quedarme en casa a leer— Si claro, sobre o todo babear encima de ellos, mientras duermo.

Mi amiga una maldita zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora