Mi amiga una maldita zorra

Q u in c e

— Termine la llamada y algo me hizo querer volver atrás, pude ver en la esquina de la cuadra ver a Steysi salir del nuevo auto de Thomas,un Ferrari 448 color azul rey, aun no entiendo como una persona de dinero se pueda vender tan fácilmente por 30 malditos dolares es tan confuso.

Pero eso no fue lo que me dolió, sino fue el hecho de haberme mentido y que la besara en ese instante, malditos inmaduros, me da pena ver como existe aun ese tipo de gente, se subieron al auto, Steysi en el lado del copiloto y Thomas en el lado del chófer, yo mejor me apuraba a ir hacia donde papa me cito en alrededor de 8 minutos pasaron y yo ya había llegado al lugar acordado, como en la gasolinera estaba algo desolado opte por entrar a la tienda de autoservicio que se encontraba al frente de la gasolinera,para que no se viera mal, fui a los estantes de galletas y escogí una de sabor limón y me dirijo al mostrador para pagar.

— Buenas noches señorita — hablo el señor de la tienda a mi parecer le calcularía unos unos ¿67? o ¿70?, con una camisa color celeste con rayas blancas, poco cabello blanco.

— Buenas noches — respondí amablemente, sin dejar de ser cortes.

— Es un dolar — busque entre mi bolsa de la chaqueta dinero,mas sin embargo no encontraba las cinco dolares que había metido con anterioridad, pero no me sorprendió el hecho de haber perdido el dinero, o que el señor se diera cuenta de que no tenia como pagar, mas bien fue que alguien entrego el dinero, y esa mano ya la había topado un par de veces.

— Muchas gracias — dijo el sujeto para que volteara a ver a ese rostro familiar — ¿Nos sentamos en la barra? — me pregunto volteandome a ver con una sonrisa.

— Claro — respondí así dejándome el pasar primero, como todo un caballero y por supuesto que le daría el dolar que el pago por mi, no es que no creo que todo en la vida sea gratis, mas bien todo en este mundo tiene un precio, llegamos a la barra que esta cerca de la puerta, como el establecimiento tiene paredes de cristal podre ver cuando llegue papa, abrí el empaque de galletas de limón y le ofrecí una, el acepto —Y por lo del dinero,te lo pagare, se que no es mucho pero me sentiría mas a gusto pagando lo que debo

— ¿Puedo hacerte una pregunta? — hablo el tratando de sacar una conversación.

— Ya lo hiciste — respondí abriendo el empaque de galletas

— Ouh rayos, amm ¿Puedo hacerte otra?

— La acabas de hacer— le ofrecí una galleta

— Esta bien, ¿puedo hacerte dos preguntas?

— Ya lo acabas de hacer — respondi

— ¿Cuando? — pregunto el

—Ahora — respondi

— Lo que quería decir es que no creo que sea necesario ¿no lo crees? —hablo mirando a través del enorme cristal, llevándose a la boca la galleta y dándole un mordisco a la misma.

— No, no, no Max, quiero hacerlo... — el seguia mirando hacia afuera y yo me quede ida mirando el reflejo de los autos cunado se paraban para llenar combustible, es mas, el clima aqui adentro es mas acogedor que el frio que arrasaba afuera — Dejame hacerlo.

Tiempo después llego papa y el salio del lugar, y se metió a un auto muy peculiar.

(15 minutos después)

— Sabes como vengo vestida ¿y aun así me trajiste acá?   —me eche un vistaso en el reflejo de la gran puerta de cristal polarizado del lugar, ya me imagino lo ridícula que me veo.

— Amm, es que no había tiempo de explicaciones, vamos Elisa entremos por favor   — mi padre me rogó a que entráramos a aquel lujoso lugar, no quería hacerlo, pero no me quedaba de otra que entrar.