Kougyoku 3

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Está delante de mí, Sesya está protegiéndome. La imagen de ella entregándome a esos hombres se vuelve difusa ante la certeza de que me va a salvar. No me ha traicionado, no me ha engañado... Se preocupa por mí, ¡seguro!

Me seco las lágrimas de los ojos y retrocedo, todavía en el suelo. Pero ahora me siento mucho más aliviada.

El soldado lanza una estocada sobre ella, quien la esquiva con relativa facilidad. Recuerdo las horas perdidas en el jardín de nuestro palacio, observando a mis hermanos entrenar y luchar entre ellos. En secreto, Kouen me enseñó varias técnicas, aunque ambos sabíamos que jamás podría llegar a ejecutarlas... ¿Quién nos iba a decir que terminaría siendo cazadora de mazmorras? ¿Quién podría haber imaginado que yo realmente serviría para luchar?

Sin embargo, la sangre de Sesya impacta en mí al no poder esquivar un ataque enemigo. Ella se retuerce y lo rodea, en vano. Su espada sale volando y cae varios metros más allá. El soldado, un hombre de mediana edad que me recuerda ligeramente a mi padre, no le da tiempo a desenvainar su otra arma. Le pone la suya al cuello.

–Has perdido, Sesya –le bufa, furioso–. ¿Puedo hacerte una pregunta? –Ella no responde–. ¿No se supone que nos la has entregado? ¿Qué haces ahora salvándola?

–Matarla no está en los planes de nadie... ¿Qué haces tú fuera de tu puesto?

El hombre descarga una violenta bofetada contra el rostro de Sesya, y acto seguido escupe sobre ella.

–Te creía más peligrosa...

Mis ojos se abren de par en par, al mismo tiempo que mi pulso se acelera. Apenas he visto lo que ha pasado. No he presenciado un combate, ni siquiera una serie de ataques... todo ha sido muy rápido. ¡Pero Sesya no es así! ¡Sé que no es tan débil! Mis hermanos no la respetarían tanto y no confiarían en sus habilidades... ¡Pero han venido a Tártalo por ella! Y Kouha... Kouha sufre por ella, porque estoy segura de que no está muerto...

El corazón se me para durante un instante ante la mirada de Sesya. Con sus ojos, me está suplicando que la ayude. Y yo sé a qué ayuda se refiere.

Me llevo la mano a la cabeza y tomo mi contenedor metálico. Sostengo mi pinza entre mis manos y la aprieto contra mi pecho, rogando a Vinea que vuelva a prestarme su ayuda. Mientras, el soldado sigue golpeando y burlándose de Sesya.

Pienso en mis hermanos, en que sufrirán si no consigo salir de aquí. Además, Sesya me dijo que mi poder sería de gran ayuda para Tártalo... Ahora mismo, soy la única que puede salvar a mis hermanos. ¡Y no debo darles más disgustos! Si desde el principio no hubiera salido de casa de tío Kuraiden, tal vez esto no habría pasado.

De repente, siento que todo mi magoi se está concentrando en mis manos, pasando rápidamente al contenedor metálico.

«Por favor, Vinea...» Los ojos se me vuelven a llenar de lágrimas.

Y es entonces cuando la espada del soldado atraviesa uno de los costados de Sesya, que queda tirada sobre el suelo manchando la hierba con su sangre. El hombre se gira hacia mí.

–Rodrik se pondrá muy contento si le llevo viva a Sesya, ¿no crees, princesa?

Pero yo estoy totalmente paralizada, incapaz de decir o hacer algo. En este momento de confusión, el soldado agarra uno de mis brazos y tira de mí para ponerme a su altura. Sus ojos fríos me examinan mientras me dice algo que no alcanzo a oír...

Entonces, una pequeña voz me golpea desde el interior y me pide calma. Al comprender mi situación, cierro más mi puño en torno al contenedor metálico y aprieto mi mandíbula, conteniendo las lágrimas.

«Si Sesya muere... yo ya no serviré para nada» me digo. «Si no soy capaz de despertar mi poder... ¡Por favor, Vinea! Demuéstrame por qué me elegiste.»

Esta vez, mi djinn parece haber escuchado mis plegarias. De repente, una cantidad ingente de magoi cruza mi brazo y recorre mis dedos para entrar en contacto con el contenedor metálico. La bonita pinza de oro se deforma entre destellos para volverse una espléndida espada envuelta en agua.

El soldado me suelta, atónito, y me deja caer de nuevo en el suelo. Cuando el resplandor cesa, contemplo la espada de Vinea con pura fascinación. Estoy tan paralizada por el asombro que no soy consciente de que mis ojos lloran hasta que el hombre cae al suelo tras un horrible sonido gutural. Antes de que me dé cuenta de lo que sucede, su respiración se corta envuelta en gorjeos sanguinolentos... y muere. Tras el cadáver, Sesya empuña una daga con la que ha debido de atravesar sin escrúpulos su garganta. La mujer, pálida y herida, se arrastra hacia mí y me sonríe con satisfacción.

–Lo has conseguido, Kougyoku... –jadea, segundos antes de caer al suelo.

Sus ojos se cierran, aunque su respiración continúa. Yo aún sostengo en mis manos la espada de Vinea, mientras observo el cadáver del soldado sin verlo. Una duda pasa por mi mente, veloz.

No he usado la espada del djinn, y en su lugar, Sesya ha matado a una persona frente a mí. Pero... ¿es realmente tan espantoso? ¿Acaso no iba yo a matarlo?

De repente, todo se pone nubloso. Lo último que veo antes de cerrar los ojos es el pálido rostro de Sesya y mi pinza dorada tendida entre las dos. Después, la oscuridad me envuelve con su frío manto.


Nota:

Hola a todos!!! Aquí os he traído doble ración de fanfic, para compensar por mi tardanza. Sé que a nadie le importa, y que probablemente muchos se salten este apartado tras leer el capítulo :/ Pero  quiero desahogarme. He estado atareada con Selectividad... Tener tres exámenes en un mismo día no ha sido tan terrible como lo pintan, de verdad. Sobre todo porque a lo largo del curso me he juntado con dos exámenes en un día... y hubo uno, un jueves... El Jueves Fatídico. En él tuve cinco exámenes. ¿Sabéis qué? Que me salté los dos últimos y los hice al día siguiente, pero no se lo digáis a nadie... ;)

Ahora en serio, menuda semana. Que si corre que no llego al autobús, que si averigua en qué aula es el próximo examen porque la universidad es más grande que el Imperio Kou, que si encuentra el DNI entre el Fairy Tail que está hecho mi cuarto... Un desastre, vamos.

¡Pero aquí está el fanfic, porque lo prometido es deuda! No estoy muy segura de si va por buen camino, y  he de decir que ya lo tengo todo maquinado y el desenlace puede ser bastante inesperado... O no, ¿quién sabe? ¡El caso es que me estoy rallando y eso, a casi cuarenta grados, no mola nada! T.T

¡Y esto es todo, amigos!  ¡Descansad y disfrutad de las vacaciones, que el verano es la más sofocante de las estaciones!











El Imperio Kou: Tártalo (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora