§prēkk

Capítulo 11 ♣ Brandon

Sinceramente me siento desconcertado, pero seguro. Con mi chaparrito al lado, me siento seguro en cualquier lugar.
Anoche llegamos a algún tipo de piscina de esponjas, con muchas literas colgadas una sobre otra, son unas nueve camas queen size, sujetas con cuerdas y por cierto, muy difíciles de trepar, pues la alberca de esponjas es muy honda y no hay escaleras fijas en las literas, sino que hay que subir por la cuerda.

Desde hace un par de semanas calculo yo, no hemos hecho nada más que comer lo que nos arrojan en las cajas de embalaje, dormir y sudar. En el trayecto de los días ha aparecido un baño, este no tardó mucho más que dos días, pues Atn estaría asqueada de la marranada que hicimos la vez pasada. Pero el tiempo no ha sido ningún muro para mi felicidad.

Estos días he estado conociendo mejor a Lalito, la verdad es tan tierno, tiene una personalidad tan rica y tanto que decir, opinar, discutir y persuadir que jamás me canso de estar con él. Disfruto siempre hablando sobre libros, él habla mucho sobre Stephen King y las historias cortas que disfruta escribir, también sobre el completo kit de escritura que le compraron sus padres, me cuenta como usa plumas profesionales para escribir en pergamino los capítulos de sus historias, y plumas de caligrafía para los títulos y subtítulos, como disfruta el encuadernar sus obras y guardarlas en los anchos estantes de caoba en su casa. El me prometió que en cuanto regresara a su casa me daría una copia de sus ejemplares más preciados y me escribiría uno dedicado completamente a mí. Me encanta este chico, creo que me voy a enamorar de él. El amor... Bello y trágico a su vez, pero, esta vez solo pienso en lo que disfruto, lo que disfrutaré, y así años tras años con mi Lalito...

Me quedé dormido. O al menos me di cuenta en la mañana, cuando al moverse Lalito de mi brazo la circulación reinició su proceso. Hoy el techo es de vidrio, y creo que nos deja ver el cielo, el cielo de verdad, con sus nubes y su azul claro.

Después de una media hora, beso la mejilla de Lalo

- Despierta pequeño dormilón

- Buenos días, ¿Qué hora es? -dice tapándose otra vez con las gruesas cobijas

- Deben de ser las ocho de la mañana

- ¿Ah, si? -pregunta en tono travieso- ¿Y cómo sabes?

-Mira tú mismo -digo señalando el techo con la cabeza

-¿Es el cielo ancho?

-Pues, sí, muy ancho... De hecho no es que sea ancho pero es como si envolviera toda la esfe...

-Pues yo te quiero el doble de lo que el cielo pueda abarcar

Este chico es... vaya...

En la mañana juego un poco con Ed, tratamos de ver si alguien logra tocar el fondo de las esponjas, pero el fingió estarse ahogando para que lo sacara y le diera respiración y asó robarme un beso... Es tan cursi y....

En la tardenoche, estaba con Lalo observando el cielo estrellado en la litera mas alta, supongo que estamos a gran altura, pues las estrellas se ven claras y bellas, la Vía Láctea se ve clara y magestuosa. 

Empiezo a tener sueño, me acomodo con Lalis y entonces me relajo y empiezo a prepararme para dormir, cierro mis ojos y...

¡Levántense bola de huevones!

No puede ser, esas voces no.

-¿Qué no conocen el respeto? -doce un chico amargamente mientras se coloca sus gafas

Aquí no nos pidas tales cosas

Por un momento siento que todo está bien, hasta que aparece un humo blanco y siento mi cuerpo erguirse involuntariamente

¿Quieren ver?¿Creen eso?

La niebla se disipa, mis ojos pueden ver con un poco más de claridad, estoy parado e un cuarto azul, estrecho <qué sorpresa> que puedo ver claramente en cuestión de segundos, frente a mi hay un espejo, lo observo por un momento y veo a un Brandon sucio y adormilado, pero la iluminación del cuarto empieza a reducirse y el espejo se transforma en un vidrio cristalino que muestra una habitación con paredes angulosas y mucho más amplia, me siento en el piso, esperando por la prueba siguiente.

En eso, Lalito abre una puerta que se funde con el azul de la otra habitación y se acerca al vidrio, ahora temo que esté en peligro y yo no pueda hacer nada, mi espalda se pone recta de temor, pero él no hace nada ni le hacen nada, se acerca al vidrio y posa dos dedos en su superficie, lo veo observarme.
Pero, en eso veo que alguien más entra en el cuarto, las luces bajan al fondo y no logro distinguir quién es, pero se acerca a Lalito, el me sigue mirando sin percatarse del sujeto extraño que se aproxima a él, cuando está a un par de metros me alarmo, me levanto de golpe y le advierto a Lalo sobre la persona de atrás, que camina lo suficiente para poder ver que es... ¿Diego?¿Qué?¡Ese idiota ya murió! No puedo creer que haya regresado por Lalito, pero su cara es perpleja, seguramente lo odia por haberlo rechazado, y me odia más a mi, viene por mí, lo siento romper el vidrio y matarme con los fragmentos, se acerca al vidrio, está a un escaso metro de mí, me cubro de los vidrios que se romperán... Y no se rompe nada. Descubro mi cara, y veo la misma escena que vi antes de desmayarme por la pérdida de sangre, Diego regresó para violar y ultrajar a mi... ¿Lalis? Parece que está... ¿Feliz? Pero Diego debe de aterrarlo, debe de estar terriblemente lleno de pánico, Diego es un...

Eduardo aprieta el trasero de Diego, le empieza a quitar la ropa y... Solo lo besa, tan vivaz, firme y, de una forma tan dulce e inocente al mismo tiempo que están completamente desnudos. Eduardo está... Y Diego no pone resistencia ni castigo. Pensé que me quería. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir, como esperando que cambien las cosas cuando los abra.

Así las horas pasan, el cristal se esconde en el suelo, ellos no separan sus bocas...

Me levanto, camino junto a ellos y solo puedo mirar a Lalo con tristeza.

Camino hacia la puerta de la que salió Diego, sabía que es sabandija se libró de la lava y huyó cuando no veíamos, cruzo la puerta y me giro para cerrarla, pero veo que Diego y Lalo corren hacia mi, me aparto rápidamente de la puerta por reflejo, y ellos corren hacia un negro profundo, empiezo a ir hacia allí, hasta que choco con un pilar que al tocar me percato de que tiene un interruptor, lo pulso y la habitación se ilumina. Mostrándome la cabeza de Lalo, colgada en un gancho para carne giratorio. No contengo las ganas y dejo a mis lágrimas salir, me pongo a llorar, y quiero que sepan que no me importa llorar, no soy un hombre de verdad, no lo protegí de lo que él no pudo ver, no soy un hombre y puedo llorar, y aunque lo fuera no me importa, Lalito, las mejillas que besé esta mañana se encuentran drenándose y gélidas esta vez.

Una puerta rechina

Eso es todo como puedes ver, regresa con los demás.

Les hago caso. Ya nada importa.

Sigo por un pasillo angosto e iluminado con escaleras, planos inclinados, escalones, cuerdas y uno que otro túnel, hasta que llego a una resbaladilla que da a las esponjas, caigo en ellas sin mucha prisa, pero siento algo firme y me doy cuenta de que caí sobre alguien

-Perdón, no fue mi...

-¡Hola amor!¿Te fue muy mal a ti? Yo la pasé horrible sin ti

Espera, ¿Qué?

-Lalo, acabas de morir allá atrás

-¿Qué?¡No! Estuve en una habitación llena de escritores famosos muriendo frente a mi, vi como molían el cerebro de King allá adentro, fue aterrador <irónicamente>

Tomo un profundo respiro

-¡Malditos hijos de puta, me engañaron y yo de pendejo les creo!¡Al carajo sus putas pruebas o lo que sean, púdranse maldita plopus de pseudo personas o robots!

No recibí respuesta, solo un golpe de una caja de madera en la cabeza. Y negro.