2.El chico del sombrero

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Llego el día tan esperado para Fernanda y Camila, era viernes, el día del concierto. Dieron las 5 de la tarde y las chicas estábamos en casa de Cam arreglándonos. Opté por usar una falda corta negra y una blusa de manga larga, ya que se había pronosticado frío y lluvia para ese día. Hize 'beach waves' en mi cabello, y me maquille. Al igual que Cam y Fer.

-¡Pero si estamos guapísimas! Ya estamos listas.- dice Cam bromeando.

Nos dirigimos al auditorio para hacer fila y alcanzar un buen lugar. Nos formamos y de repente sentimos un hambre espantosa.

-Tengo hambree!- se queja Cam
-Yo también... si tan solo una amiga tan buena que tuviera auto, que está justo a lado de mi pudiera ir por algo de comer...- dice Fer tirándome indirectas.
- Si, si, está bien, iré a una cafetería. Debe a ver algún starbucks cerca de aquí. Bueno, ahora vuelvo- dije saliendo de la fila para ir a mi auto.

Entonces fui a él starbucks más cercano que estaba  a 15 minutos de ahí. Llegue a aquel starbucks, me formé y el barista me pregunto qué era lo que iba a ordenar, yo le dije que me diera dos Refreshers, un frappe de vainilla y 3 sándwiches. Me pregunto a qué nombre iba a poner la orden y yo le dije mi nombre. De repente un chico bastante alto y castaño con unos lentes se formó a mi lado. Llevaba un sombrero. El chico iba con una camisa abotonada azul y las mangas a 3/4 del brazo, unos jeans, y unas botas. Su aspecto físico se me hacía muy familiar. Me empezaba a poner muy nerviosa porque no paraba de mirarme, entonces le mire disimuladamente. Esa cara se me hacía tan familiar, me alarmó. Me sonroje muchísimo. Mordi mi labio. Mi respiración iba a mil. Cuando el giro la mirada para el otro lado (eso creí, porque llevaba aquellas gafas de sol con las que no se podía distinguir a donde miraba). Suspiré algo aliviada... Me estaba poniendo muy nerviosa. Cerré los puños para no ponerme más nerviosa Seguro que me había hecho ilusiones... Me volvió a mirar y yo me le quedé viendo fijamente de reojo. Cada vez me pongo más y más roja. El se rió muy bajito. No me había dado cuenta... pero la cafetería se vació, solo quedaba el barista (que llevaba un buen rato haciendo las bebidas) el chico misterioso y yo. Trague saliva.

Aquel momento agridulce había durado demasiado yo solo me preguntaba ¡¿Donde fregados había quedado el barista con las bebidas?! En ese momento llegó el barista sin las bebidas a atender a aquel chico. Tomó su orden y puso su nombre a un tal Juan Pablo. Entonces ahí comencé a recobrar la memoria de porque se me hacía tan familiar ese chico. Claro, era aquel chico del sombrero de Morat.-Pense.
No me la creía. Me puse aún más nerviosa, pero logré controlar mis nervios. Debo admitir que se ve muchísimo más guapo en persona.
En ese momento se quitó las gafas de sol, y aquellas dejaron al descubierto su perfecto rostro y sus adorables ojos cafés, era un ángel bajado del cielo.
Mis mejillas recobraron el rojizo al instante. Sin querer se le calleron las gafas de sol, y mi cuerpo automáticamente sin pensar se agachó a recogerlas, el hiso lo mismo al mismo momento y sin querer nuestras cabezas chocaron. El soltó una risa sutil y yo solo me sonroje. Sentí un dulce escalofrío
-Pe... perdón- dije roja como un tomate en un hilo de voz y se las di.
-Gracias, eres muy amable.- dijo con una angelical, perfecta y adorable sonrisa. Sus ojos se clavaron en los míos.
-De...na...da- dije intentando mirar para otro lado para no ponerme más nerviosa de lo que estaba. Me derretía mirando aquellos ojos y su perfecto rostro. No quería que se acabara aquel momento.

-¿cómo te llamas?- me dijo Juan Pablo

El Chico del Sombrero || Juan Pablo IsazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora