13.Eres para mí

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P.O.V. de Mariana

Todavía seguía en su pecho recostada mientras el acariciaba mi cabello. Realmente era un alivio sentirlo cerca de mi otra vez.

-Enserio me alegra mucho que hayas venido a verme, y también... Todavía necesito explicarte lo que viste aquella noche...-dijo.

Me alejé y limpie mis lagrimas una vez más. Asentí la cabeza y suspiré tratando de ponerme sería.

-Te escucho.- cruce los brazos.

-Veras, llegamos al lugar y yo decidí ir por unas bebidas, haciendo tiempo para que llegaras. Me senté y una chica llego y me invitó unos tragos, yo iba a decir que no, hasta que vi que era una fan y de una manera me sentí obligado a aceptarcelo. Tome demás, y el alcohol me hizo efecto mas rápido de lo que pensé...

Hubo una pequeña pausa.

-...Aja.- dije rompiendo el silencio.

-Por lo que recuerdo, traté de levantarme, pero, mi falta de equilibrio me lo impedía. La chica me llevo a un lugar cerca de ahí para que me sentara. Yo estaba muy confundido y ebrio... Entonces, la chica se aprovecho y, me besó... Traté de alejarme, pero falle... Y ahí fue cuando llegaste tú. Pero, Mariana, tienes que saber que todo fue un mal entendido, yo fui un estupido al tom...

-Espera, entonces...¿Ese beso no significó nada?-dije interrumpiendolo. Necesitaba quitarme ese peso de encima que me estaba volviendo loca.

-Claro que no, y no me perdonaría si te perdiera por algo así...- dijo. Vi como sus lindos ojos cafés brillaban por las lágrimas que parecían que caerían en cualquier momento.

Tragué saliva.

-Juan Pablo... ¿Qué es lo que sientes por mí?

-Te amo, más que a mi música.-dijo mientras una lagrima se asomaba de su ojo. Me quería, y yo a él.

-¿Te quedarás?- preguntó. Su mirada era débil.

-¿Tu qué crees?- sonreí. Tome su mano y la acaricie. Después él sonrió de vuelta. Dios, me encantaba su sonrisa, era tan reconfortante, tal como la primera vez que lo conocí.

-Sabes, cuando Simon me llamo diciendo que estabas en el hospital, me aterro la idea de perderte para siempre.- pause un momento. De repente la mirada debil que tenía, cambio a una sonrisa.

-Lo sé, lo sé, fui muy paranoica, pero no te rías.- dije tratando de no reír. Yo seguía parada a lado de su camilla.

-No, no, no me estoy riendo. Solo que... Te preocupaste por mi, aún cuando te negabas a hablarme.- dijo sonriendo tratando de hacerme reír. De repente, los chicos y Fer entraron por la puerta.

-¿Interrumpimos algo?- Dice Simon.

-No, no, solo estábamos charlando un poco.-dije

-Veo que ya hicieron una amiga.- dice Juan Pablo dirigiendo la mirada a Fer y a mí. Voltee a ver a Fer, conociéndola sabía que estaba muriendo por dentro de la emoción.

-Espera déjame adivinar... ¿Fernanda, verdad? Si no mal recuerdo Mariana ya me había contado sobre ti.

-Si, esa soy yo.- dijo Fer riendo nerviosamente. Estaba muy feliz por ella, sabía que le encantaba Morat, y me hacía muy feliz saber que ya se había presentado con ellos.

El Chico del Sombrero || Juan Pablo IsazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora