En las Dimensiones de la Esperanza

58 10 0
                                    

Recobro la conciencia después de unas horas, ya los efectos del calmante han pasado y no siento su influencia. Aunque quiero llorar al recordar lo sucedido, algo en el ambiente es diferente. Una tristeza abrumadora se cierne, y todo parece estar sumido en depresión. Pero pronto, algo llama mi atención.

Veo a una figura vestida de negro que pasa lentamente. Asomo la cabeza por la puerta y veo a otras personas caminando sin rumbo, algunas llorando, otras en rincones oscuros. Lo que todas comparten es el intento de eludir a esa figura, que se hace evidente por el aura de temor que la rodea.

Sorprendentemente, me atrevo a preguntarle a esta figura sobre mi ubicación. "¿Sabe dónde estoy?" Las palabras se tambalean en mi boca, pero la figura se detiene y gira hacia mí. Mi mirada se encuentra con la suya, y siento una extraña conexión. Su apariencia es aterradora: piel plomiza y sucia, sin ojos ni nariz, solo una boca sin labios. Es la personificación de la muerte.

En lugar de temor, siento una sensación diferente al ver a la muerte. Siento que puede ayudarme, una extraña esperanza me envuelve. La muerte me pregunta si no tengo miedo, y su voz es fría y solitaria. Mi respuesta no llega de inmediato, quedo en silencio, indeciso entre si es una pregunta o advertencia.

Sus ojos me penetran, y finalmente respondo con temblor en la voz. Le pido que se detenga, y cuando lo hace, pregunto con urgencia. ¿Dónde estamos? ¿Qué es este lugar? La muerte sonríe, y comienza a revelar la verdad detrás de mi situación.

En este universo, existen infinitas dimensiones, como en una sala de espejos. Cada acción que tomamos en la vida crea un árbol de posibilidades, y no todas las dimensiones son iguales. En algunas, los eventos se desarrollan de manera diferente. Tal vez en una dimensión soy obeso, en otra ya estoy muerto, en otra nunca nací. Y en otra, quizás mi amiga sigue viva.

Escucho atentamente mientras la muerte continúa explicándome. Todos los niños nacen con una habilidad especial, una capacidad para moverse entre dimensiones. Los amigos imaginarios, las visiones de fantasmas y las pesadillas son manifestaciones de esta habilidad. A medida que envejecemos, la perdemos en su mayoría, pero a veces, algunos la conservan.

Esos sueños horribles que todos experimentan son lugares a los que no deberíamos ir, donde las almas atormentadas no pueden descansar. Cada dimensión representa un resultado posible, y el camino que tomamos en la vida nos lleva a diferentes realidades. Todos tenemos esa elección.

No puedo contenerme más, tengo que interrumpir. Pregunto por ella, por cómo puedo volver a verla. La muerte me mira, y con un tono más suave, me dice que puedo soñar con ella, pero es peligroso. Ella está en un lugar donde las almas con asuntos pendientes esperan olvidar y aceptar su destino. Puedo hablarle, pero solo si estoy seguro de que estoy en ese lugar. Si lo hago, debo tener cuidado, ya que no terminará bien para mí si me equivoco.

La muerte comparte su propia experiencia, cómo ella fue la primera en hablarle, preocupada por lo que pasaría conmigo. Me explica que cuando su hora llegó, no le importaba lo que venía después de la muerte, solo le preocupaba mi destino. Y habla de cómo extrañará mucho al anciano al que acompañó al sueño. Su corazón estaba roto por saber que yo estaría solo.

Finalmente, le pregunta cómo puede decirme todo lo que siente. Mi respuesta es asistirla al sueño de un anciano que estaba a mi lado en el hospital. Ella le contó lo que sucedía, y él recordó su propia pérdida y anotó su mensaje en un papel debajo de mi almohada. La muerte sonríe, y el mundo a su alrededor se oscurece.

Despierto, es temprano. Me asomo por la ventana y observo los parques del hospital. Me pregunto si lo que la muerte me contó es verdad. ¿Podré volver a verla? De pronto, recuerdo la carta. La encuentro debajo de mi almohada y la observo con expectación.

Al Final De Las Pesadillas [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora