Cap. 4. Caminantes

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Skylar p.o.v


Por fin nos han sacado de ese infierno con esos críos. Ha pasado una semana, pero ahora hay otro problema, caminantes.

Corro hacia mi celda a coger mi arco y me encuentro un caminante y le mato. Cojo mi arco y voy a buscar a mi hermana y a Daryl. Encuentro a Dianne y le clavo una flecha al caminante que la estaba atacando.

-¡Hermana!- digo abrazándola

-Tendrías que haberte quedado en tu celda- dice mi hermana poniendo una mano en mi mejilla. Otro caminante, mi hermana le dispara...

Hemos tardado bastantes horas, pero hemos acabado con todos los caminantes, no han mordido a nadie que me importe, y eso está bien ¿No?

Me acerco a la habitación de Glenn, está tumbado en la cama pero despierto.

-Hola pequeñaja- dice Glenn al verme, le doy un abrazo.

-Oh vamos- digo sonriendo- si casi te supero en altura.

-Claro, sigue pensándolo- dice Glenn. Me quedo hablando con él y después voy a mi celda, me encuentro con Carl.

-Hola.

-Skylar, menos mal que estás bien, no te vi desde lo de los caminantes.

-Sé defenderme y lo sabes- me fijo en la cintura de Carl, lleva una pistola, la cojo- ¿Y esta pistola?

Carl me la arranca de las manos- me la ha dado mi padre- dice guardándola de nuevo.

-No hacía falta que me la arrancaras de las manos, creo que sé cómo manejar un arma- digo cruzándome de brazos, Carl me abraza, le devuelvo el abrazo.

-Lo siento no sé qué me pasa- dice abrazándome todavía. Me separo de él y me voy hacia los establos, no hay casi animales y no veo a Harley.

-¡Michonne!- digo corriendo hacia ella- ¿Y Harley?

Michonne pone una mano en mi hombro, eso me preocupa.

-Le mordió un caminante, lo siento mucho cariño- dice Michonne dirigiéndose hacia el interior de la prisión.

Me tumbo en la hierba y miro al cielo, unas lágrimas resbalan por mi cara, Harley, solo era un caballo dirán algunos, pero para mí era como mi mejor amigo, aparte de Carl claro...

Ya han pasado unos días desde lo de los caminantes. Estoy tumbada en mi cama pensando en mis cosas.

-Hola- dice Carl entrando a mi celda con un bol de ¿Fresas?

-¿Fresas?- digo cambiando de posición.

-Sí- dice Carl sentándose a mi lado- son fresas cultivadas por Hersel. Cojo una fresa, la miro y la muerdo. Está deliciosa.

-Qué rica- digo sonriendo. Carl agarra mi muñeca y se lleva mi mano a su boca y muerde la fresa, me quita el resto de la fresa y la tira, después entrelaza su mano con la mía y su otra mano la poya en mi mejilla. Se empieza a acercar a mí lentamente.

¿Carl me va a besar? ¿Qué está pasando? Nuestras caras están a unos cinco centímetros y yo estoy empezando a cerrar los ojos cuando oímos una explosión, separamos nuestras caras y nuestras manos.

-¿¡Qué ha sido eso!?- grito con un poco de ansiedad.

-No lo sé pero quédate detrás de mí- dice cogiendo mi arco y dándomelo.

El principio del fin (Carl Grimes y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora