Empieza el experimento.

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-Von Bielefeld, Anissina-sensei te llama en el laboratorio - dijo un joven hombre asomándose por la puerta de la pequeña sala, y así de rápido como llegó también se fue, dejando a un chico rubio solo y un poco confundido por la repentina necesidad de su ser en el laboratorio.

Wolfram Von Bielefeld un chico de 23 años a punto de terminar sus estudios universitarios, de cabello rubio y ojos esmeralda, un hermoso chico a vista de cualquiera. En su último semestre de Universidad se le asigno una especie de trabajo social en el área de investigación de su escuela. Normalmente sólo se dedicaba a apoyar a los investigadores y a consultar una que otra cosa que ellos necesitaran es por eso que el hecho de que solicitaran su presencia en ese lugar era muy... extraño.

Se levantó de la silla en dónde se encontraba y se dirigió hasta el laboratorio. Cuando entró pudo ver como su pelirroja profesora hacía algunas anotaciones en su cuaderno demasiado concentrada pues ni siquiera se percató de su presencia.

-¿Me llamaba sensei? - preguntó acercándose a la mujer.

-Wolfram, que bueno que llegas. Te necesito para un experimento. - dijo tomando al rubio por los hombros, se veía realmente muy entusiasmada.

-¿Q-qué clase de experimento? - comentó algo temeroso, sabía muy bien como salían los extraños experimentos que realizaba esa mujer, y no terminaban nada bien (la mayor parte de las veces). Aún se preguntaba cómo había llegado a ser maestra en la universidad.

-No hagas esa cara. Yo no idee el experimento, sólo me encargaré de comprobarlo. - contestó mientras que se dirigía a la computadora que estaba en el escritorio. Luego de unos segundos unas hojas salieron de la impresora que se encontraba a un lado.

-¿De qué se trata? - cuestionó el joven una vez que vio a la ojiazul girándose hacia él.

-El experimento de las 36 preguntas. - dijo con una sonrisa para después quedarse callada viéndolo fijamente.

-¿Y...? - estaba algo impaciente.

-En la Universidad de Columbia en Vancouver se crearon estas 36 preguntas sobre temas que se deben abordar para lograr el entendimiento entre dos individuos y llevar a que estos se enamoren. Por lo que si dos personas se hacen intercaladamente estas cuestiones, después de responderlas las dos personas quedarán completamente enamorados. - finalizó su explicación dejando a un Wolfram bastante confundido.

-¿Eh? - estaba un poco sorprendido por las palabras dichas por esa mujer, nunca antes había oída sobre algo igual.

-Y tú serás mi conejillo de indias. - comentó juntando sus manos con un brillo de felicidad de en sus ojos.

-¿¡Qué!? - exclamó sorprendido, y un poco asustado.

-Ya me oíste, me ayudarás a comprobar si en verdad es cierto y quedas enamorado o es alguna locura de esos investigadores.

-¡Yo no pienso participar en eso! -

-Tienes que si quieres tus créditos para este semestre. - dijo dejando al ojiverde en silencio - Pero no te preocupes puede que el experimento no funcione.

-¿Y si funciona? -

-Te ahorraras el trabajo de buscar pareja - dibujó una sonrisa en su rostro, irritando al rubio ¿Cómo era posible que se tomara todo eso tan a la ligera?

-... - emitió un gruñido de resignación. - ¿Y quién va a ser la otra persona?

-No lo sé, encontraré a alguien por ahí.

-¿¡Cómo que encontrarás a alguien por ahí!? -

-¿Qué tiene? Necesita ser alguien que tú no conozcas para que funcione mejor. Tal vez busque a alguien de otra universidad. - dijo algo pensativa, regresando a su escritorio. - Bien, ya puedes irte. Te espero aquí mañana.

Y de esa forma, Wolfram salió de la habitación, nervioso por lo que pudiera suceder al día siguiente...


36 PreguntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora