Ese día ambos terminaron temprano con sus deberes en la universidad, y Yuuri le había pedido que lo acompañara a recoger a Greta a casa de sus padres.
Llevaban ya varias semanas de esa forma, viéndose la mayor parte de la semana luego de que Wolfram terminara su trabajo en la universidad. De alguna forma la relación que ambos mantenían había progresado bastante con el paso de los días, ese necesidad que sintieron de querer seguir frecuentandose luego del experimento, seguía latente, desde ese día era obvio que su relación iba mucho más allá que una simple amistad.
Porque no era una amistad.
Ninguno de los dos en toda su vida se había sentido de esa forma con nadie más, y se lo habían dicho el uno al otro, y estaban más que bien con eso.
En todo ese tiempo, Wolf no había visitado la casa de Yuuri, y estaba nervioso por eso. Pero no podía negarle al pelinegro algo como eso, porque se notaba que estaba mucho más nervioso que él. La razón de que Yuuri quería que lo acompañara a su casa era porque había decidido contarle a Greta la verdad sobre sus padres. La pequeña estaba a unas semanas de cumplir 10 años, ya no era una bebé, y era una niña muy inteligente para su edad, debía decirselo ahora, o se arrepentiría de que se enterara por su cuenta después.
Yuuri no quería estar solo en un momento así, necesitaba a alguien que le diera apoyo y fuerza para hacerlo. Cuando le pidió a Wolfram ese favor, el rubio no pudo negarse por ningún motivo, el miedo en la mirada de Yuuri y el nerviosismo que se notaba con cada palabra que daba, derribó por completo todas sus barreras, siendole imposible decirle que no a esos profundos ojos negros.
La casa de los padres de Yuuri se encontraba casi a la misma distancia de la Universidad que la del mismo Yuuri, sólo que en dirección contraria, sin ningún problema podían ir caminando a ambos lugares.
Yuuri extrañamente fue en silencio en todo el camino, Wolfram tampoco quería decir nada, sabía que el moreno debía tener muchas cosas en la cabeza, y si podía darle su apoyo con sólo estar a su lado durante ese día, se quedaría sin pensarlo.
Pasaron unos minutos hasta que llegaron a casa de los Shibuya, Yuuri abrió la puerta y enseguida fueron recibidos por una alegre niña que corría hasta la entrada.
- ¡Yuuri! - en cuanto la pequeña vio al chico pasar por la puerta de entrada, se acercó hasta abrazarlo, siendo gustosamente recibido por el otro.
- ¡Greta! - rápidamente correspondió al abrazó, tomandola fuertemente entre sus brazos, levantándola del suelo - ¿Cómo te portaste? ¿Te fue bien en la escuela? - Wolfram entró detrás de Yuuri, cerrando la pierta tras de si, viendo con una sonrisa como era tratada la pequeña morena por su cariñoso padre.
- ¡Me porté muy bien! Shori fue a recogerme. - contaba la niña animada en los brazos de Yuuri - ¡Ah! ¡Hoy tuve un examen y saqué un 10! - fue hasta ese momento en que Greta se percató de la presencia del otro chico allí, y se cohibió un poco.
- ¡Esa es mi Greta! - al decir eso el mayor apretó más el agarré de la niña. Pero notó como era ignorado, al ver como su hija centraba su atención en el chico rubio detrás de él. Sonrió - Greta, él es el chico del que te hablé - en ese momento se giró completamente encarando al rubio que se había mantenido en silencio hasta entonces. Yuuri dejó a Greta en el suelo, la pequeña se acercó a Wolfram por instinto.
- Mucho gusto, mi nombre es Wolfram - el rubio se agachó un poco, para quedar cercano al campo de visión de la morena. Estaba nervioso. Nunca trataba con niños, y no sabía como actuar con ellos, no sabía si sería bueno en eso.
Pero se esforzaría, por Yuuri.
Greta sonrió tímida y extendió su mano hacia Wolf, quien la miró sorprendido ante la ¿madurez? de la niña. Sin embargo, la estrechó gustoso.
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36 Preguntas
FanfictionLa profesora Anissina trae algo nuevo entre manos y Wolfram es su principal candidato para ser su conejillo de indias... -¿De qué se trata? - cuestionó el joven una vez que vio a la ojiazul girándose hacia él. -En la Universidad de Columbia en...