Cada guardián que se quería acercar a Eileen era detenido por Elizabeth, la velocidad en la que corría era impresionante, hasta para ella. El primer guardia que se había acercado, Elizabeth lo había derribado poniendo la espada en sus pies para que él tropezara. Y así fue, el guardia no tardo mucho en levantarse, pero si lo suficiente para que Elizabeth tomara la espada que el guardián había lanzado al aire al caer, para luego atravesar lo con la misma, esparciendo la sangre del primer guardián por el suelo y un poco por la cara de Elizabeth. Sin darse cuenta ella misma había despertado la sedienta de sangre junto con la malicia que ella misma trato de enterrar esperando no tener que desenterrar algún día. Pero ese día había llegado.
Para el alivio de Elizabeth, Eileen Ya se había marchado junto con Eleonor, Jacob y con las ¨cargas extras¨.
El segundo guardián había llegado con un hacha de batalla. Elizabeth se encontraba tranquila al momento de interceptarlo, estaba en posición de batalla cuando el segundo guardián la ataco. Elizabeth dio una voltereta hacía atrás esquivando el golpe del guardián, el cual reacciono rápido y lanzo otro golpe hacía Elizabeth, ella lo bloqueo con su espada y con un giro partió la vara del hacha por la mitad, en la cara de Elizabeth se encontraba una mirada llena de malicia acompañada de una sonrisa cínica que se dirigió hacía Ian, quien se encontraba algo lejos con una mirada demasiado confiada para el parecer de Elizabeth. Sin mirar al guardia ella le había cortado la cabeza, haciendo que el cuerpo del guardián cayera inerte sin vida al suelo.
Los de mas Guardianes uno por uno fueron cayendo como copos de nieve en un día nevado, solo quedaban unos pocos cuando el mismo Ian decidió que si quería a Elizabeth con el de nuevo, tendría que ir por ella el mismo. Y así lo hizo. Pero lo que paso después fue bastante sorprenderte, ella no lo atacaba, solo esquivaba los golpes.
Ella sabía que no podía enseñarle a Ian de lo que era capaz, si lo hacía el sabría que esperar la próxima vez que la viera. Y ese justo día no seria el momento de su enfrentamiento.
-Tienes miedo de dañarme cariño.
Ella solo se dedico a ver detrás de él, para ver hacia la salida, conocía tan bien el castillo que si nada había cambiado, estaba segura que la salida daba hacía el corral de caballos.
Sin tomarse más tiempo, Elizabeth tomo la espada y le dio un gran corte a Ian en la pierna, fue lo suficientemente doloroso y grande, para que Ian cayera dando un grito de dolor sin poder levantarse, aprovechando la herida Elizabeth le dio otro corte rápido en la espalda haciendo que Ian diera un grito más fuerte que el anterior.
Sin voltear atrás Elizabeth salio corriendo a todo lo que podía con dirección hacía los establos, estaba esperando encontrar un caballo fuerte y rápido que pudiera aguantar desde el castillo al pueblo más cercano. Pero algo o mas bien alguien interrumpió esos pensamientos. Nigrum litterae pegasus.
Salí del castillo y escuche la voz de esa mujer otra vez. Sin dudarlo dije las palabras.
-Nigrum litterae pegauss.
En mi vista apareció un PEGASO!! pero qué!! Un pegaso de color negro estaba frente a mi, eso parecía una ilusión. Los pegasos eran seres sobrenaturales que se extinguieron hace más de seis mil años. Se decía que eran animales majestuosos que asistieron a los reyes y reinas de los imperios sobrenaturales pasados.
Mis ojos no se podían creer lo que estaban viendo, era imposible que un pegaso negro estuviera frente e mi. Saliendo de mi trance corrí hacía el pegaso, sin pensarlo subí en el y comencé a cabalgar, aunque nunca había cabalgado un pegaso en mi vida, el parecía mandarse solo.
-¿A dónde me llevas?- No esperaba que me respondiera pero, al parecer él tampoco quería responder.

ESTÁS LEYENDO
*RECHAZADA*
Hombres LoboHay tantas cosas en la vida de las cuales las personas podemos decir que son nuestras, pero no lo son. E pasado por tanto en mi vida, que la única vez que recuerdo fui feliz, o que tuve una vida normal, fue diez años después del accidente de mis pa...