-Maldición.- Eleonor sin perder más tiempo había corrido hacía el pequeño príncipe, si le pasaba algo al hijo de la princesa ella no se lo perdonaría nunca.-¡¡¡Zajira!!! trae la mochila.
Zajira sin pensarlo se acerco corriendo hacía Eleonor y Jacob. Eleonor estaba viendo los ojos del príncipe, para después suspirar con alivio.
-Esta bien, solo se desmallo de los nervios.-Dijo avisando a todos los presentes, aunque más para Danna y Zajira que para los demás, pues el sabía que los demás no demostrarían ningún tipo de interés, pues no conocían al niño.-Pasa me la botella morada, y el gran diente.
Zajira hizo caso a lo que Eleonor le dijo, había sacado una botella en forma esférica de la bolsa, y acompañando la botella un enorme colmillo. Era un colmillo de la legendaria serpiente de lago, para los humanos era conocida como el monstruo del lago ness, en realidad no era un monstruo, era una serpiente legendaria que el mismo diablo mando a la tierra desde el infierno, o al menos eso cuenta la leyenda del cielo y el infierno. Cuando los demonios no eran demonios, si no ángeles caídos.
-¿Qué es eso?-Pregunto Danna algo exaltada.-¡Qué le vas a hacer?-Hablo de la misma manera.
Eleonor ignoro olímpicamente a Danna y puso el contenido de la botella en la punta del colmillo para después posicionar el colmillo enfrente de ella. Eleonor empezó a recitar palabras en griego, un lenguaje del cual nadie sabía. El colmillo empezó a teñirse de un color verde fluorescente, Eleonor agarro el colmillo y volteo a Jacob para que quedara de espalda a ella y elevo su brazo con el colmillo en mano.
Danna al ver lo que esa loca iba a hacerle al pequeño Jacob quiso detenerla pero la loca le había gritado a su compañera para detenerla.
-¡Zajira! re tenla.-Dijo Eleonor para después enterrar el colmillo debajo de la nuca del pequeño príncipe. Pero ella no contaba con que los demás se le tiraran encima para detenerla algo que no pudieron lograr a tiempo.
Elizabeth estaba despertando de su sueño para darse cuenta sobre que estaban volando. Ella lo reconocía, estaban en el Reino Luna, el pegaso estaba descendiendo al lado del Lago de las estrellas, eso significaba que estaba cerca de la manada. Cuando el pegaso descendió se convirtió otra vez en un caballo, Elizabeth bajo del caballo para ver si estaba en la entrada de la celda marítima, y en efecto, si se encontraba al principio del lago donde debería de estar la puerta. Asombrado volteo a ver al caballo que estaba pastando, como el sabía que ella necesitaba estar en ese lugar tan exacto. Sin perder más tiempo Elizabeth se dirigió a la entrada.
-Lacum missus sum.
Enfrente de Elizabeth se separo el agua dejando ver a unas sirenas sosteniendo sus tridentes. Al ver de quien se había atrevido mandar a abrir las puertas, las sirenas se inclinaron y hablaron.
-Maestra nos d gusto verla de nuevo, a que se ofrece su oportuna llegada.
-Hace un par de días atrás, una de mis subordinabas trajo a una prisionera y quisiera verla.
-Como ordene nuestra señora.
Las sirenas se unieron en la profundidad del agua, mientras Elizabeth las siguió hasta terminar las escalera.
-Mi señora no sería más cómodo para usted si mandara a por una almeja de mar para trasladarla, no queremos que se canse mi señora.
-No es necesario, quiero hacer esto rápido.
-Como ordene mi señora.
Elizabeth siguió a las sirenas hasta la celda más profunda justo como ella había ordenado.
-La prisionera no se encuentra en buenas condiciones, como se nos ordeno no le dimos de comer ni la atendimos, ni siquiera dirigimos una palabra hacía ella.
-Muy buen trabajo entonces. ¿Ella ya despertó?
-Sí, mi señora.
-Muy bien.-Dijo cuando se encontraban enfrente de la celda en donde se encontraba Sasha. Quien al parecer se encontraba dormida.- Necesito sus cantos para despertarla.
-Como ordene señora.
Los cantos de las sirenas para un hombre, era la cosa mas hermosa que podía escuchar en su vida, pues con estos cantos las sirenas inundan barcos, matan humanos etc...Pero para una mujer el canto de una sirena era solo horribles gritos que podían reventarte el tímpano, por eso una de las sirenas se posiciono detrás de Elizabeth para taparle el oído, ella poseían en sus manos aletas al lado de ellas unas muy pequeñas, lo que permitía que al taparle el oído con sus manos las aletas revolotearían y mandarían pequeñas corrientes de agua y sonido a sus oídos, impidiendo que los gritos de la otra sirena la perturbara a ella. La sirena canto para Sasha y la susodicha cayo de donde estaba durmiendo para tapar sus oídos.
-Suficiente.-Dijo Elizabeth.
-Como ordene mi señora.- Dijo la sirena para volver a su lugar con su tridente en manos.
-¿Cómo te encuentras Sasha?¿Cómoda? o necesitas algo más.-Dijo Elizabeth mirando en su dirección.
-Así que fuiste tú. Tú eres la responsable de que este en esta celda.-Dijo corriendo hacía Elizabeth, al parecer quería estrangularla ya que estaba tratando de alcanzarla sacando sus manos de los barrotes, pero al instante las sirenas pusieron sus tridentes en los barrotes para darle electrochoque por medio de los mismos, haciendo que Sasha retrocediera.
-Mas respeto hacía la señora!!!-Gritaron las sirenas.
-Basta.-Dijo Elizabeth.
-Esto es solo una pequeña demostración de lo que en realidad te pasara por haber dañado a mi cachorro, y por tratar de asesinarme. Espero y disfrutes tu celda, ya que pasaras el resto de la eternidad aquí.
-Cuando mi familia se entere de lo que me estas haciendo y de donde estoy te mandaran a cortar la cabeza.
-Quiero ver que lo intente, ya que creo que no sabes quien soy.
-Me importa un bledo quien seas, cuando te atrape y te mande a colgar en nombre de la Reina de los demonios ya no seras nadie, solo sera una pobre niña que mandaron a degollar, y te juro que tus mechas azules de cabello adornaran mis cortinas.
-Reina de los demonios, jajaja, yo también estuve por llamarme así, aunque pensándolo bien, retomar el puesto no me estaría nada mal. Como sea disfruta tu celda, que pasaras aquí el resto del tiempo que yo considere o hasta que logres escapar, cosa que no veo posible porque fuera de esa celda sin la autorización de un líder estarías uniéndote 200 kilómetros bajo del agua. pero diviértete tal vez te traiga un amigo de las profundidades para que juegues con el. Bueno no importa. Sabes que mejor si quiero mi almeja.-Dijo lo ultimo dirigiéndose a una de las sirenas Guardianas.
-Como ordene mi señora.-dijo para desaparecer por dos segundos y regresar con una almeja marina gigante.-Aquí tiene mi señora.
-Gracias. Bueno creo que te veré en... la verdad no se en cuanto te veré, pero ya me tengo que ir. Adiós querida, disfruta todo que es gratis.-Dijo alejándose encima de su almeja marina.

ESTÁS LEYENDO
*RECHAZADA*
Hombres LoboHay tantas cosas en la vida de las cuales las personas podemos decir que son nuestras, pero no lo son. E pasado por tanto en mi vida, que la única vez que recuerdo fui feliz, o que tuve una vida normal, fue diez años después del accidente de mis pa...