Love Me Harder (Parte 2)

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Sólo me puedo concentrar en ver y escuchar las agujas del reloj: Tic, tac, tic, tac. Una y otra vez resonando en mis orejas, en espera de que la señora Hyo se digne a aparecer con las tazas de café y con los papeles que faltan por firmar con Kibum.

Han pasado poco más de dos meses de no saber más que lo indispensable de él —por el trabajo, obviamente—. Y hoy tenemos una junta para terminar de cerrar los puntos que faltan del contrato.

Levanto la vista de la computadora, él sigue sentado frente a mí, con las piernas cruzadas, mientras ve sus uñas, como si fueran la octava maravilla del mundo, y vaya que lo son —semejantes rasguños me han dejado antes como prueba de lo mismo—.

Debí hacerle caso a mi superior: "Nunca te metas con un cliente, Jonghyun", me decía, "tarde o temprano te verás enfrascado en más de un momento incómodo". 

¡Y vaya que tenía razón! Por algo me lo repetía como un mantra, pero ni así le hice caso.

Ahora no puedo ver a Key a los ojos, y a él pareciera valerle un pepino.

—Con su permiso, Señor Kim. Aquí le tengo lo que me pidió, cuando tenga los papeles listos, por favor me llama, necesito sacarles algunas copias para los archivos —le asentí, y traté de idear alguna excusa para que se quedara.

¡Es que no me puede dejar solo con este hombre! 

¡Y MENOS SINO DEJA DE MORDERSE LOS LABIOS!

Tengo un buen auto control, pero es que yo sé que lo está haciendo a propósito, una o dos veces las podría tomar como "coincidencias", pero ya no.

 Key piensa que no lo he visto sonreír cuando se muerde los labios, cuando estira sus largas y bien formadas piernas, o ¡cuando llegó!, antes de que se sentara, se quitó la chaqueta de mezclilla que llevaba puesta y de forma "despreocupada" dejó al descubierto su espalda. En ese instante no supe si bendecir o maldecir su buen gusto en la ropa, porque debo admitir que esa ¿blusa? le queda magnífica.

Y lo que era mejor, me dejaba una hermosa vista de la piel que hace mucho no aparecía frene a mis ojos.

Cuando mi secretaria salió, me levanté para sentarme en el pequeño sillón al lado de Key, puse los papeles en la mesita de centro haciendo a un lado las tazas de café, respiré profundo y le sonreí.

—Bien, Kibum —me miró tranquilo, pero sé que algo me esconden esos ojos delineados—. Hemos trabajado arduamente en estos meses, desde que nos brindaste la confianza de trabajar con nosotros, y personalmente, le tengo toda mi fe a este proyecto, los previos están listos para que los veas cuando gustes, y si estás de acuerdo con ellos —desvié la mirada a sus labios, de nuevo los mordía, pero no conforme con esto, lamió su labio inferior con la punta de su lengua de forma lenta—.  S-se pueden comenzar a lanzar desde la semana que viene.

—¿De verdad? —sonrió pero cubrió su boca con las manos—. ¿Los puedo ver ahora? —¿cómo puede cambiar de actitud así de rápido? ¿se dará cuenta de todas las reacciones que le provoca a mi pobre alma en cuestión de segundos?

—Por supuesto, le puedo pedir a Hyo que venga con las cosas necesarias, por lo pronto, te puedo enseñar las muestras de los espectaculares y de cómo se verían en los lugares que tenemos planeados —me levanté para ir de nuevo a mi escritorio detrás del ordenador y buscar los archivos.

—Enséñame lo que quieras —me quedé estático, evité mirarlo y fingí no haber escuchado nada, pero sobre todo, fingí no haber escuchado el tono sugerente con el que había hablado.

Key se paró a mi lado, lo dejé sentarse en mi silla para que viera con detenimiento cada diseño y forma, por lo pronto, le avisé a Hyo que trajera los archivos que me faltaban.

¿Sólo sexo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora