Blow your mind

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Desperté de un brinco, busqué el móvil que no dejaba de sonar, lo tomé y contesté la llamada.

—Señor Kim, la junta de las nueve se canceló, el representante del señor Xiao me pidió que cambiara el día de la reunión.

—Si, está bien ¿Tengo otro compromiso por la mañana? — cerré los ojos, y apenas me pude percatar del cuerpo tibio que duerme plácidamente a mi lado.

—No, señor. Su próxima junta es hasta las dos. ¿Llegará temprano?

Sonreí con malicia al ver el trasero de Kibum que era cubierto sólo por su ropa interior, tenía las sábanas enredadas en las piernas y respiraba con tranquilidad, seguía profundamente dormido.

—No, posiblemente llegue después del medio día.

Le colgué a la señora Hyo, dejé mi teléfono en algún lugar de la cama y miré ese bonito cuerpo a mi lado.

Jamás creí que me sentiría atraído por otro hombre, pero es que jamás había conocido a otro hombre igual a Key. Él es justo todo lo que no me gustaba en una mujer, con pene incluido, con mayor razón no debería de gustarme, ni siquiera su cuerpo.

Pero muy al contrario de mis pensamientos, me vi  apartando las sábanas de sus perfectas y blancas piernas mientras las rozaba con la punta de mis dedos, él se movió sólo un poco y alcancé a oír que habló entre sueños. 

Y yo ya me encontraba con un enorme problema presionando en mi ropa interior.

Una excelente idea cruzó por mi cabeza. Una excelente y pervertida idea.

Me acomodé boca arriba, aparté las sábanas de mi cuerpo y comencé a sobar mi pene con la mano izquierda aún por sobre mis boxers.

Kibum seguía completamente dormido a mi lado, con su trasero bien formado a mi completa disposición y deseos poco inocentes, normales a la primera hora del día. Porque vamos, todos los hombres nos levantamos con una erección por las mañana, pero sobre todo, con ganas de que dicha erección sea plácidamente atendida.

¿Y qué mejor forma de empezar mi día con el pie derecho que teniendo sexo con Key? Absolutamente nada.

Así que con esa idea en mi mente, liberé a mi miembro de su prisión de tela, y lo comencé a sobar, mientras observaba a Key dormir, o bueno, mientras veía sus pequeñas trusas rosas que apenas si le cubrían lo necesario.

Llevé mi mano libre a ese par de nalgas que me incitaban a tocarlas, podía sentir un imán que me atraía a tocarlo sin descaro, y eso hice.

Aún por sobre su ropa, empecé a acariciar su trasero, amasé todo lo que pude sostener con tan sólo una mano, pero claro, sin detener los movimientos en mi miembro que se encontraba más endurecido que hace unos minutos.

—¿Qué haces?— lo había despertado, sonreí todavía más.— Es muy temprano~— .- había presionado con mi dedo medio entre sus nalgas , alcanzando a rozar su entrada muy apenas con la punta de mi dedo, lo que provocó que se retorciera levemente y hundiera su rostro en la almohada.

—Pasan de las ocho— dije levantándome un poco para quitarme el boxer que me entorpecía las piernas y no me iba a dejar mover como quisiera.— Ya no es tan temprano—me estiré otro poco para quitarle los suyos y dejarlo completamente desnudo.

—Pero estoy seguro de que no hemos dormido más de cinco horas~— y a pesar de que se estaba quejando, no se opuso cuando levanté su pelvis para ponerle una almohada y que así estuviera más cómodo, me incorporé, tomé sus manos e hice que separara sus nalgas él mismo, dejándome ver su anillo rosa, que por obvias razones, ya no necesitaba ser dilatado más.

Perfilé mi glande en su entrada y empujé rápido, gemimos, él por la intromisión de golpe, y yo porque ahorcaba de forma deliciosa a mi pene.

—Y dormiremos todavía menos que eso~— susurré en su oído para luego morder su lóbulo, al tiempo que comenzaba con los pequeñas embestidas, apenas si salía y entraba mi miembro de su entrada, pero cuando comenzó a gemir, aumenté mucho más la velocidad y la fuerza con la que lo penetraba.

—Además, es parte de nuestro trato— lo tomé de una de sus piernas para girarlo, sin sacar mi miembro de su interior.— Tengo que hacerte ver el cielo, para que sigas siendo sólo mío.

Llevó sus brazos a mi cuello, enredó sus piernas en mi cintura, pude sentir sus uñas enterrándose en mi piel, mis embestidas eran, de alguna manera, más fuertes, me perdí en los gemidos que no paraban de salir de sus labios directamente hacia mis oídos extasiados, mi pelvis chocando contra su trasero, todo en conjunto era música para mi persona.

—Y-y no m-me, me fallas~ Ah~ ¡ahí! — presionó más mi miembro en su interior, seguramente había dado con su próstata, intenté hacerlo de nuevo, por el puro morbo de sentir como su cuerpo se retorcía y él gritaba más fuerte.—¡Ah Jonghyun! No puedo, ya...—No terminó de hablar, cuando en una última embestida, sentí caliente debajo del ombligo, Key se había corrido, pero había sido demasiado y muy fuerte, tanto que su esperma le alcanzó el cuello.

Lo embestí un par de veces más y salí de su interior para también correrme sobre su cuerpo, ya que se me había olvidado ponerme el condón.

Internamente recé para que no me retara, o que no me matara, lo que fuera peor. ¿Qué tontería había hecho? Creo que en algún momento me "pidió", por no decir que me había exigido rotundamente y sin prórroga que SIEMPRE usara condón.

Me levanté rápido, tomé mi ropa y entré al baño, quizá, si tengo suerte, se haya quedado dormido y cuando se levante se le haya olvidado.

—¡JONGHYUN! ¡Eres un completo idiota!— y golpes en la puerta del baño, lo bueno es que alcancé a ponerle el seguro, claramente no lo iba a pasar por alto.

—¿Dijiste algo?—ya de nada valía reprocharme, ya lo había follado sin condón.— No te alcanzo a escuchar por el ruido del agua, espera a que salga.

—Arg— un último golpe a la puerta y ya me estaba quitando el jabón del cuerpo, de todas formas, no podía quedarme más tiempo aquí, tenía que trabajar.— Da de santos que eres bueno jodiendo, ¡Pero no lo vuelvas a hacer! Tengo suficientes condones en la cómoda que está al lado de mi cama, como para que por tus testículos quieras hacer lo que se te pegue en gana.

Asentí un tanto arrepentido, no por completo, debo admitir, ya que se sintió mucho mejor a cuando está el látex entre nosotros.

Cuando me terminé de arreglar, salí del baño, él ya no estaba en su cuarto, salí a la cocina, ya que el olor a café recién hecho me inundó los sentidos, y vaya, no me caería mal una taza.

Kibum me daba la espalda, pareciera que estaba lavando, me acerqué a las tazas de la encimera, y tomé una.

—¿Quién te dijo que te había servido café a ti?— me tomó por sorpresa el que se girara tan de repente y con la taza ya en mis labios.—Maldito follador irresponsable— se cruzó de brazos y me atraganté con el líquido caliente, comencé a toser.— Pero no te mueras— se acercó a mi y golpeó ligeramente mi espalda.— Porque yo te quiero matar.

—Igual te encantó— le guiñé un ojo.

Me gané un golpe con una cuchara en la cabeza.

Pero lo volvería a hacer.

Oh~ Por supuesto que si.





...

..

.

Soy el ser más miserable del planeta, no las merezco :c

¿Podrán perdonar mi ausencia? ;;

Pero ya tengo el próximo capi y juro que en la semana le seguiré avanzando a la historia, la terminaré, si que sí ;;

Por eso, gracias por todo el apoyo que me han brindado (aunque no lo merezco)

Los amo :'D

Voten, comenten (que eh de agradecer  a los últimos comentarios que me han llegado, fue por ellos que por fin pude escribir).

Nos leemos :3

¿Sólo sexo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora