Capítulo 5

116 10 1
                                    


Oh Dios, él no estaba tan listo.

Como si fueran millones de cables eléctricos caídos, los nervios de Jong crujían mientras seguía a Minho por el elegante pasillo hacia el condominio de Key. Situado en Pacific Heights, desde donde vivía Key se podía apreciar la bahía de San Francisco y el puente Golden Gate. Era tan exclusivo como el gusto en la ropa de Key. Minho, en una sorprendente muestra de conformidad, se había vestido para la ocasión. La vista lo estaba distrayendo, por no hablar que era una complicación que Jong no había considerado cuando había asumido que estaba preparado mentalmente para esta noche.

Cuando se acercaron al apartamento, el sonido de las risas y la música flotaba ligeramente por debajo de la puerta de Key. Minho se giró hacia él y de pronto Jong necesitó aire, así que se jaló la corbata, con la esperanza de aliviarse.

─Deja de moverte ─dijo Minho.

─No puedo evitarlo.

─Amigo, tienes que relajarte ─dijo Minho─. Te ves tan tenso como el alambre de una trampa que está a dos segundos de activar una explosión. Y recuerda...

Minho dio un paso adelante para ajustar la corbata de Jong, trayendo a su verde mirada cerca y a esas manos callosas aún más cerca. Jong deseaba saber qué especiado jabón era el que usaba Minho, y ¿cómo sería posible relajarse con Minho estando alrededor?


»─Sólo finge que no puedes quitarme los ojos de encima.

─Minho le dio a su corbata una palmadita incómoda, su mirada alejándose mientras caminaba de nuevo.

«Fingir». En este punto Jong apenas fingía.

Minho se había presentado en casa de Jong llevando unos bonitos pantalones de vestir, una elegante chaqueta de cuero, y una camisa azul de botones que hacía cosas locas con el color de sus ojos. Ojos que le hacían recordar La Mirada.

El momento en el bar cuando el cerebro de Jong había sufrido un colapso total.

Estaba mal, tan sumamente mal, sentirse atraído por su nuevo amigo. Sobre todo cuando dicha atracción tenía viendo a Jong cosas que no estaban allí.

Como Minho participando en La Mirada, como si sintiera la misma atracción.

Siwon y su novio habían tomado un asiento trasero entre las preocupaciones más urgentes de Jong. A pesar de su promesa anterior, Minho era un comodín. ¿Quién sabía lo que el hombre iba a hacer? Peor aún, ¿cómo se suponía que Jong iba a participar en conversaciones triviales, cuando en lo único que podía pensar era en el imaginario calor en los ojos de Minho?

EL NOVIO DE RESERVAWhere stories live. Discover now