-Máx...
-¿Si?
-Te has pasado mi casa...
-¿En serio? Creía que vivías en la 102.
-No, es justo esa de ahí -dije señalando hacia atrás.
Máx dio marcha atrás y abrí la puerta para bajarme, el chico de ojos color miel cerró la puerta antes de que pudiera bajarme del vehículo.
-Alison... ten mucho cuidado, en tres días vengo a por ti.
No recordaba que el efecto del brebaje para las alas se pasaba en tres días, eso sí podía ser un problema.
-De acuerdo, hasta dentro de tres días. -ahora si, me bajé del coche y fui hasta la puerta de esa casa.
Mientras que el coche de Máx se alejaba, gasté tiempo en buscar las llaves en el bolsillo trasero de mis vaqueros. Cuando perdí el coche de vista salí de allí corriendo, dirigiendome hacia mi verdadera casa.
Llegué agotada, había corrido siete manzanas. Entre en casa y mi padre estaba en el sofá leyendo el periódico.
-¿Has llegado? Creía que los Morrison te habían adoptado.
-Si, esto... voy a mi habitación, estoy un poco cansada. ¿Y mamá por cierto?
-Trabajando -mi padre se rió- tu madre trabaja todas las mañanas, ¿te han lavado el cerebro o que? -volvió a reírse.
Yo me reí también y pensé -algo parecido- subí a mi habitación, estaba tal como la dejé, la cama desecha, una montaña de ropa en la silla del escritorio, zapatos y cosas varias por el suelo. Lo recogí todo a lo loco, la mayoría de las cosas las metí en el armario, no tenía ganas de ordenar.
Fui al baño a lavarme los dientes y me quedé perpleja al ver mi rostro en el espejo. Tenía los ojos undidos y las ojeras más marcadas que nunca, los labios agrietados. Me levanté la camiseta y miré mi espalda, ni rastro de las alas, ni de los profundos cortes que se abrieron en ella. Me lavé la cara, pero no hubo mejora.
¿Se abría creído Máx que esa era mi verdadera casa? ¿Sería ese el Máx que yo conocía? Ahora era distinto, un chico serio, pero por dentro tierno. Antes era tierno por fuera y por dentro, el resto de los niños se metían con el, y yo no entendía por qué los seres humanos tienen que ser tan injustos, y sigo sin entenderlo. ¿Sería así de frío por todo eso? No creo, o tal vez sí.
-Alison -dije mirándome al espejo- por que te preocupas tanto por los problemas de los demás, cuando tu tienes uno aún peor.
Pero... ¿Y si todo fueron alucinaciones mías? ¿y si nada de esto es real? De todas formas, lo descubriría en tres días, cuando las alas empiecen a brotar de nuevo y el dolor no cese, entonces sabré que no estoy majara.
Día 1
El despertador tocó demasiado fuerte ¿o también era mi imaginación?
Me puse unos vaqueros blancos, sudadera gris y mis superstar y todo eso que se hace por las mañanas y empecé a caminar hacia el Instituto. Alex estaba esperándome en la puerta y me dijo:
-Tía ¿dónde te metiste ayer?
-¿Ayer? -dije atónita.
- No viniste a clase y teníamos exposición.
-Espera ¿qué? ¿a qué estamos?
-Martes 14...
Me quedé contando en mi mente el tiempo que había pasado en esa casa de locos. Como la mayoría del tiempo estaba desmayada, no me había dado cuenta de que fueron tres días.
Al ver que yo no reaccionaba, Alex siguió diciendo:
- Marzo, 2017...
-Ya Alex ya. Anda vamos a clase, creo que me espera una buena bronca con la de filosofía.
-Que fuerte que a la Srt. Stephani le haya pasado eso.
-Era una buena mujer.
-¿Ahora quién dará filosofía?
-Era joven.Toda esa clase de murmullos se escuchaban por los pasillos después de que nos dieran la trágica noticia de que la profesora de filosofía, Stephani, a tenido un accidente de camino al Instituto y a fallecido.
Claro que también se escuchaba:
-Era una zorra.
-Se lo merecía.
-Que se joda, por suspenderme el trimestre pasado.A mi también me suspendió, pero nunca le podría desear la muerte a alguien.
-He quedado con Zac y sus amigos para ir al parque está tarde ¿te apuntas? -Me ofreció Alex al salir del insti.
-Emm, sí, supongo que sí. -le dije sonriendo.
-Vale, a las 5 en el parque de las ardillas.
Asentí y me puse camino a casa. Había sido un dia agotador, mejor dicho, una mañana agotadora, entre la muerte de la profesora y todas las explicaciones que tuve que dar por faltar ayer, me iba a explotar la cabeza.
Cuando llegué a casa comí y a las 5 fuí al "parque de las ardillas" donde estaban Alex, Zac (su novio) y todos su amigos.
Me quería sentar al lado de Alex pero ese sitio ya estaba ocupado ataque me senté en el suelo con todos los chicos esos que no olían a nada bueno ¿dónde me e metido? -pensé-
-¿Quieres? -un chico que estaba en frente mía me ofreció un cigarro. Era muy atractivo pero aún así no iba a aceptar esa basura.
-No, gracias.
-Oh una chica sana y educada ¿como has acabado aquí? -dijo otro que llevaba un piercing en la lengua y se reía sin parar.
-Soy la mejor amiga de Alex, y tu ¿Cómo has acabado así? -el chico iba colocado hasta las trancas.
-Una larga historia muñeca -odiaba a los tíos como ese. El chico atractivo se reia disimuladamente, o eso creo.
-Oye Alison ¿te pasa algo? -Zac no me caía del todo bien, pero intente responderle lo mejor que pude.
-Si, genial. Bueno, ahora que lo dices me encuentro un poco mal, tengo que irme.
-¿Quiéres que te lleve? -dijo el chico atractivo.
Dudé pero le dije que no, no sabía que me pasaba, estaba mareada, era como si me fuera a caer, pero pude llegar hasta mi casa dando tumbos, el dolor de espalda había comenzado. Menos mal que no había nadie en casa. Subiendo las escaleras, notaba como la camiseta se estrechaba mas y mas a mi dorso. Fui al baño y miré mi espalda, ahí estaban, las putas alas negras, ahora mucho más grandes y resplandeciente que antes. Me derrumbé y empecé a llorar como nunca antes lo había echo. ¿Por qué a mí?
Bueno después de 1000 años he vuelto a subir cap. Ya he terminado el Instituto así que habrá caps más frecuentemente.
Espero que os guste este capituno, un besazo <3
-Ana
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Oscuridad
Teen FictionAlison es una chica normal, con una vida normal pero, una oscura noche algo cambia esa normalidad y todo a su alrededor se desmorona.